Scars

Capítulo 16.

La cancha estaba lista. El partido se haría en la escuela James A. Garfield del este. En las gradas se encontraban estudiantes, familiares, y profesores de ambas escuelas.

Es bastante obvio recalcar que no tengo absoluta idea sobre el fútbol americano, por lo tanto, será algo difícil saber qué pasa mientras observo.

Jeremy prometió cuidar que Caroline no lo viera, ella asistiría al partido, y si lo veía, se daría cuenta que Jeremy le mintió, lo cual le causaría aún más problemas que el que ya tenemos con el agente Cleanstone.

Al ser el partido del fin de mes: del este contra el oeste, se consideraba el partido más importante puesto que, asistirían los encargados de otorgar becas a los mejores jugadores para que asistieran a sus universidades y, obviamente, entraran a los equipos. El equipo ganador competiría en el último partido de temporada contra los del sur.

Elijo un buen lugar para observar; ni tan cerca ni tan lejos. Simplemente en medio. Dos escalones hacia abajo logro distinguir a los padres de Jeremy junto con el hermano y la chica rubia, parecida a Failey moco de mono, pero no es ella; Es la novia de Jeremy. Ruedo los ojos.

En los asientos de hasta abajo-enfrente, Caroline, Lauren y Will toman asiento. Muerdo mis labios con nerviosismo. Sólo espero que Caroline no le llegue a ver el rostro a Jeremy porque si lo hace, sería un completo y horrible desastre.

El equipo de las porristas llega luego de un rato, junto con el equipo de fútbol del este. Los del este llegan del lado derecho, segundos después. Llevo mi dedo medio a la boca y comienzo a morder nerviosamente la uña que, extrañamente se siente tan real como si aún estuviese en cuerpo. Volteo hacia ambos lados, con tal nerviosismo que realmente me llega a preocupar. Se supone que es sólo un partido, ¿no es así?

Mi mirada se queda fija en una castaña demasiado sonriente. Sus labios rojo carmesí resaltan con desfachatez ante todo el lugar. Resoplo. Lana abraza a una de las porristas mientras ríen de algo que Olive dice.

—Atención por favor —. Se escucha una voz gruesa por toda la cancha. La gente guarda silencio, incluyendo ambos equipos y las porristas del este, esperando a que comience la presentación al juego pero la voz continúa— Antes de comenzar, nos gustaría hacer un pequeño homenaje —hace una pausa— si gustan participar.

Todos observan extrañados —incluyéndome— tratando de averiguar de dónde viene la voz.

Los chicos encargados de los tambores y las trompetas comienzan tocando los tambores cinco veces con unos pequeños golpes, dando espacios de tres segundos. Después, continúan esta vez dando tres golpes seguidos con espacio de dos segundos. Las trompetas se hacen sonar con un tono seco de tres segundos, siguiendo el mismo patrón junto con los tambores, mientras todos ellos —los que están tocando los instrumentos— se van colocando hasta quedar frente a las gradas donde nos encontramos todos. Todos miran expectantes, sin saber a qué va eso, puesto que regularmente se presentaba solamente a ambos equipos e iniciaban el juego sin tanto rollo.

Uno de ellos, un chico alto y delgado, da un paso al frente con el tambor colgando de su hombro, al mismo tiempo en que todo queda absolutamente en silencio.

—¡K! ¡A! ¡T! H! —El chico grita letra por letra, y seguido de eso, los tambores y las trompetas se hacen sonar en un ritmo más rápido e inclusive divertido, provocando que todos los estudiantes del este rompan en gritos y brincos, provocando confusión a los que venían del oeste. Las porristas y algunos de los jugadores del este hacen lo mismo, brincando en celebración. Excepto dos; Chain y Lana. Ambos aprietan su mandíbula con fuerza, y observan a todos con... ¿enfado?

Mi ceño se frunce al seguir sin entender muy bien lo que sucede. Los chicos de los instrumentos vuelven a gritar cada letra en el mismo orden, ésta vez junto con la mayoría de los presentes.