Capítulo 19.

81 14 3
                                        

La casa se encontraba en un silencio persistente. De vez en cuando se escuchaban los pasos de la tía Marie o de Heidi yendo y viniendo de un lado a otro. Papá y mi tío Lucas habían salido desde muy temprano a no sé dónde. Mamá no había salido de su habitación puesto que la tía Marie le estuvo insistiendo en que se quedara en cama y descansara, en lo cual estuve totalmente de acuerdo. Lo menos que quería era ver que mamá se enfermara o algo malo le pasara, sinceramente no creo que podría resistir a algo como eso. Y menos por como eran las cosas ahora.

Subí hasta la habitación de mis padres. La puerta estaba abierta por si mamá necesitaba algo solamente tuviera que gritar a mi tía o a Heidi. Entré con paso lento y observé desde la entrada a mamá acostada en la cama, con una manta cubriendo la mitad de su cuerpo. Su rostro lucía un poco pálido pero nada fuera de lo normal. Un tono rosado reposaba cómodamente sobre sus mejillas dándole un toque tierno.
Sonreí levemente. A pesar de su apariencia los días posteriores a mi muerte, ahora lucía un poco mejor. Se notaba con más vida, y eso me reconfortaba demasiado.
Me adentré más en la habitación y tomé asiento en uno de los pequeños sillones que se encontraban al costado izquierdo de la cama. Ahí me quedé por un largo tiempo, solamente observándola y observando la habitación de mis padres, a la cual entré demasiadas veces estando viva. Muchas de ellas para sentarme en la cama y contarles a ambos lo increíble que había sido mi día, lo bien que la había pasado con mis amigos o con Chain. Inclusive hubieron bastantes veces en las que sólo venía a contarles sobre lo perra que Failey había sido conmigo en el día.
Y era tan estúpido que sinceramente me arrepentía. Me arrepentía de siempre haberles contado cosas que probablemente no eran para tanto. Me arrepentí de nunca haber llegado y solo preguntarles por ellos, preguntar cómo había estado su día, o simplemente de haber llegado y solo haberles dicho lo mucho que los amaba y lo agradecida que estaba de tenerlos como mis padres.

Antes de que mi lágrima fantasmal cayera por mi mejilla, entró tía Marie con una charola en sus manos, donde traía un par de emparedados, fruta picada y un jugo verde —favorito de mamá— acompañados de un pequeño sobre.

—Aquí tienes, Gloria —le dijo, colocándole con cuidado la charola por encima de la mesilla de cama. Mamá le sonrió.

—Muchas gracias, Marie, no era necesario que lo trajeras a la cama. Estoy mucho mejor, puedo bajar al comedor sin problema —soltó un pequeña risita.

—Sí, bueno, eso lo sé. Pero no quiero que lo de ayer se vuelva a repetir, tenemos que cuidarte, lo sabes.

Mordí mi labio inferior, sin dejar de mover mis pies de adelante hacia atrás.

—El doctor dijo que estoy bien, sólo fue un desmayo, nada fuera de lo normal.

Mi tía tronó la boca y tomó el sobre para ponérselo frente a sus manos.

—Matthew hizo una reservación para los dos en uno de sus restaurantes favoritos para esta noche. Me dijo que te entregara esta carta.

Mamá ensanchó su sonrisa, como si de una adolescente se tratase. Tomó el sobre y comenzó a abrirlo para luego sacar una hoja y comenzar a leer lo que tenía escrito. Lo leyó en silencio, sin dejar de sonreír y sin quitar el brillo de sus ojos. Una parte de mí brincó de emoción al verla de esa forma, feliz, emocionada.

—A pesar de lo que ha pasado —comenzó a hablar mi tía— creo que esto va a servir muchísimo para seguirlos manteniendo unidos —señaló la carta, con una medio sonrisa.

El rostro de mamá se volvió serio de un segundo a otro y agachó la mirada.

—Sí, creo... creo que sí.

—Vamos, Gloria. Tienes que ser fuerte, tienes que echarle muchísimas ganas, continuar con esto. No sólo por ti, también por Matthew, por Katherin —hizo una pequeña pausa. Sentí un retortijón en la boca del estómago. Mamá apretó la mandíbula y miró a mi tía como reprochándole por dentro el haberme mencionado. Mi tía se dio cuenta y rápidamente continúo, ensanchando una sonrisa— Y también por el bebé que viene en camino.

Mi alma cayó diez mil pies.

—Lo sé —respondió mamá volviendo a tener ese brillo en los ojos— Será un nuevo comienzo. Para todos.

No podía creer lo que estaba escuchando. Me rehusaba completamente a creer que era cierto lo que había escuchado. Entonces la vi acariciando nuevamente su abdomen exactamente como lo había hecho el día anterior y sentí náuseas. ¿Esa había sido la razón?
Y recordé a Jeremy, la forma en la que me miró cuando pregunté a qué se refería el doctor.
Tuve una sensación de un frío envolverme con burla, dejándome sin habla y sin nada de lo que mi cuerpo fantasma pudiese ser capaz de hacer.

De un momento a otro ya estaba en el patio, dentro del pequeño kiosko que habían construido. Sentía una especie de vibración por todo mi ser, incapaz de describir. Sentía como si miles y miles de sentimientos comenzaran a posarse uno sobre uno en mi cabeza, no lo podía controlar ni mucho menos detener. Empecé a caminar de un lado a otro sin tener ni idea de lo que estaba pasando conmigo o de siquiera cómo era que me sentía en ese momento.
Me topé de frente con un pequeño recuadro en el cuál mis padres habían gravado algunas palabras, mismas que no era capaz de leer. Las letras se volvían en diferentes formas, distorsionándose y moviéndose a todos lados impidiéndome leerlas. Llevé ambas manos a mi rostro y lo tallé con frustración, solté un grito ahogado incapaz de hacer algo más.
Ahora sentía como si mi alma estuviese ardiendo en un fuego incandescente imposible de ser apagado.

Estaba furiosa. Estaba muy dolida. Y aunque fuese demasiado egoísta, no podía aceptar que todos estuviesen dispuestos a empezar otra vida, sin mí, así tan pronto. No quería creer que sería otra persona quien ocuparía mi lugar, que yo simplemente iba a desaparecer de sus vidas, que mi recuerdo iba a ser reemplazado por un nuevo hijo, que yo... jamás volvería a tener nada de lo que alguna vez tuve.

Una parte de mí se sintió molesta por pensar aquello, pero no podía detenerlo, era algo que sentía y crecía a cada segundo. No supe cómo pasó, ni cómo lo hice, pero todas y cada una de las flores comenzaron a secarse a una velocidad impresionante. Como si mi enojo consumiera su vida entera hasta dejarlas inservibles. Sentí fuego en la mirada, mis pupilas ardían; Y grité.
Grité con todas mis fuerzas. Grité de dolor, de desesperanza, de frustración, de tristeza, de terror. Solamente escuché el crujir de los jarrones y el estrépito que estos hacían al caer al piso.

Después no puedo estar muy segura de lo que pasó. Entré en algún tipo de trance. Mi alrededor se volvió negro y como si hubiese algún tipo de neblina cubriéndome de pies a cabeza. Mi cuerpo estaba flotando, rígido, impidiéndome hacer nada más. Todos mis sentimientos, mis pensamientos, todo se estancó. Se detuvieron, como si alguien los hubiese dejado en pausa. Frente a mis ojos aparecían varias sombras, rostros y cuerpos nebulosos. No entendía nada de lo que estaba pasando, ni siquiera podía parpadear o hacer cualquier movimiento.

Comencé a escuchar gritos estremecedores, voces, y una melodía que parecía hacer todo aún más siniestro. Una espesa nube blanca cubrió mis pupilas, cegándome por completo. Lo único que fui capaz de percibir por lo que me pareció una eternidad fueron las voces, aquellos gritos que desgarraban con bravura partes de mi alma, risas burlonas y aquella melodía que se arremolinaba en el centro de mi ser y lo apretujaba con fiereza.

No luché contra eso, no podía, simplemente me dejé llevar. Si era ese el final, lo prefería antes que la realidad.

.

.

.

¡Hola, holaaa! Sé que abandoné por muchísimo tiempo esta novela y que incluso, muchas de las personas que la leían se fueron. Es algo que a veces no se puede evitar, realmente no quiero hacer esto muy largo pero estoy bien feliz porque este es el primer capítulo no sólo del año, sino que es el primer capítulo de Scars que escribo después de tanto tanto tiempo ¡Una locura!
Me había desconectado por completo de esta hermosa historia que comencé a escribir siendo una adolescente y ha sido un verdadero cambio desde entonces. Así que los pocos que quedan y todos los que vengan: ¡Gracias! ¡Mil gracias por leer esta historia y por su apoyo! ❤❤❤

Ig: jaymoonb

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 16, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ScarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora