Recuerdo la primera vez que Jeremy me trajo a casa. Habían personas por todos lados vestidas de azul, cabizbajas y algo distantes. No se comparaba con ahora. La casa estaba vacía —a excepción de mis padres y mis tíos— y opaca en cierto modo. Era increíble cómo se podía percibir la tristeza y la soledad con sólo verla desde afuera, y me molestaba no poder hacer nada para cambiar eso.
No fue necesario que Jeremy tocara a la puerta, Heidi estaba afuera, sacando lo que parecía ser un suéter delgado del auto del tío Luc. Su rostro seguía tan pálido, aunque ahora sus mejillas tenían algo de rubor mientras pequeñas lágrimas se derramaban por ellas.
Jeremy se acerca a ella con paso vacilante, su rostro delata lo nervioso que está pero, a pesar de que le pregunté cinco veces que si estaba seguro de involucrarse en esto, él dijo que sí, que quería hacerlo. Me pregunté si acaso lo hacía por lástima o porque quería asegurarse que realmente no volvería a molestarlo.—Hola —la saluda con voz ronca, una vez que está lo suficientemente cerca de ella. Mi prima se detiene para mirarlo y hace una mueca, tratando de recordar su rostro. Al final se da cuenta que no lo conoce— Eres... Heidi, ¿cierto?
Ella lo mira con cautela. No responde, sólo asiente levemente, apretando el suéter con sus brazos.
—Mi nombre es Jeremy —continúa, presentándose— Yo... Era amigo de Katherin.
Heidi relaja inmediatamente sus hombros tensos, observándolo ahora con algo de brillo en los ojos y emoción evidente.
—¿De verdad? —Le pregunta, anhelante— ¿Ella te habló de mí?
Por un momento eso me hace sentir un poco mal porque, en realidad ni siquiera a mis amigas les hablé alguna vez sobre ella. Estaba muy enfadada como para hacerlo.
—Sí, lo hizo —miente Jeremy, mirándome de reojo.
—Yo... —lame sus labios— ¿Estuviste en su velorio? Creo haberte visto.
—Sí —él asiente nerviosamente, seguramente pensado lo mismo que yo. Cuando él fue, no sabíamos ninguno de los dos que yo ya estaba muerta, así que si lo vio cuando hablaba conmigo, tal vez crea que es un demente.
—¿Eras muy cercano a ella? —Vuelve a preguntar, sin abandonar ese brillo en su mirada.
—Sí, mucho. Aunque nadie sabía de nuestra amistad, íbamos en escuelas diferentes. Ya sabes, escuelas rivales —responde sin dudar.
Lo observo con el ceño fruncido y algo sorprendida. O era muy bueno inventando historias al momento, o lo ensayó de camino en el auto. Pero lo que me sorprendió más fue el hecho de que supiera que éramos de escuelas rivales. No recordaba habérselo dicho, ¿cómo lo supo?
—Vaya —asiente Heidi, sonriendo algo nostálgica— Yo... Lamento mucho su pérdida —tartamudea— Me alegra saber que ella alguna vez le habló de mí a un amigo —sonríe, tratando de no llorar.
Otra vez siento ese pinchazo en el estómago de culpabilidad. Dejo que Jeremy tome el asunto en sus manos ya que él parece tener su historia inventada bajo control.
Sonríe con amabilidad y da un largo suspiro.—Yo me preguntaba... si tal vez podríamos hablar un poco.
Heidi parpadea rápidamente y respira hondo sin dejar de mirarlo a los ojos.
—Claro —acepta— ¿Es sobre Kathie, supongo?
Jeremy asiente lentamente.
—Sí, si no te incómoda.
—No, está bien —sonríe débilmente— Ven, entremos a la casa.
El cuerpo de Jeremy se tensa con visible nerviosismo y me da una mirada rápida en busca de ayuda.
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Scars
Mystery / Thriller¿Qué pasaría si un día, de la nada, tienes un accidente y mueres? ¿Qué pasaría si regresas al mundo de los vivos... pero sólo una persona pudiese verte? ¿Qué pasaría si ves sufrir a los que amas, sin poder hacer nada al respecto? Angustia, terror, d...