Capítulo 11. Dolor.

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Miré a Synyster y si, estaba llorando, dirigió su mirada a mi, se quitó las lagrimas de los ojos, tiró el cigarro y entró en la casa.

Un nudo se me hizo en la garganta, un nudo de dolor, tenía que hablar con él y arreglar las cosas.

-¿Te pasa algo Sam? -me preguntó Ben-.

-No, sólo es que me duele el estómago -mentí-.

Entramos y nos encontramos con que todos estaban sentados esperándonos, incluso Syn, me senté a su lado y Ben a mi otro lado.

Los ojos de Syn estaban inchados, no sabía que le molestase tanto que pasara el rato con Ben, realmente no lo entendía.

Synyster me miró a los ojos, tenía una mirada de dolor terrible, no podía verlo así, no lo soportaba.

Puso su mano en mi muslo rozándolo levemente para después levantarse e irse a su dormitorio.

No había tocado su plato de comida.

-¿Alguien sabe lo que le pasa? -preguntó Jimmy-.

Nadie contestó, todos negamos con la cabeza, creo que más de uno lo sabía y más de dos.

Estaba segura de que Zacky lo sabía por como me miraba.

Al rato me levanté de la mesa, Ben me siguió y subimos a mi dormitorio.

Ben entendía que no me encontraba bien, él también sabía lo que pasaba, nos tumbamos juntos en la cama mientras él jugaba con mi pelo y yo me apoyaba en su pecho, sólo tenía ganas de llorar.

-Sé lo que te pasa -dijo Ben- no contestes Sam, déjame seguir -hizo una pausa y suspiró- Synyster te gusta.

-¿Qué? -dije mirándole a los ojos- no, no me gusta, odio como me trata y todo.

-Te gusta -dijo seco- y lo sé, pero también te gusto yo, pero no de la misma forma que te gusta él.

-Vaya lios te haces -dije sentándome sobre él y entrelazando los dedos de nuestras manos.

-Te gusta Sam, pero aún no lo sabes, te darás cuenta-dijo Ben-.

-Bueno, si tu lo dices -le dije abrazándole-.

-Sam, escuchame, creo que estariamos mejor como amigos -comenzó a hablar- sé que al tío ese le gustas, estaba llorando por ti, y eso yo nunca lo haría.

Me separé de él y me senté a su lado en la cama, tragué con dificultad, se me había hecho el tercer nudo del día en la garganta.

-Vale, si tu lo quieres así -dije susurrando-.

-Te hará bien, lo verás, hazme caso.

-Vale.

-Me voy a ir, creo que aquí sobro -repuso él-.

-Pero Ben, quedate.

-Tranquila, no me vas a perder, te llamaré igualmente todas las noches -dijo él-.

-Vale -dije mirando al suelo-.

Ben agarró sus cosas y salimos de mi habitación, bajamos a la calle y nos despedimos.

-Habla con él -me dijo cuando se montaba en su coche y se iba-.

Llamé a la habitación de Synyster, pero no me quería abrir, yo hablaría con él, más que nada porque me sentía mal.

Abrí la puerta y Synyster estaba boca abajo en la cama, tapado hasta arriba, pero estaba despierto.

-Brian, ¿podemos hablar? -le pregunté sin obtener respuesta- no pases de mi por favor.

-Vete con tu amigo -dijo seco y cortante pero con la voz rota-.

-Se ha ido Brian -le conté- lo siento ¿vale? -volvió a pasar de mi y me sacó el dedo a modo de insulto- inmaduro, ¡que te jodan Brian!

Salí de su habitación dando un portazo y muy cabreada, Jimmy me vió y me miró confundido.

-¿Qué ha pasado?-preguntó confundido-.

-¡Que tienes un amigo gilipollas!-le grité-.

-¿Eh?, no me grites -me dijo cogiéndome del brazo- ¿qué os pasa a vosotros dos? -dijo refiriéndose a Syn y a mi-.

-No sé, preguntaselo a tu amigo -dije con ironía-.

Me solté de su mano y me encerré en mi habitación de un portazo.

Brian era idiota, vale que estuviera celoso, pero que no me tratase así, yo no tenía la culpa de sus celos.

Un encuentro inesperado (Asking Alexandria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora