Capítulo 31 - Revelaciones

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Recuerdos de Íkaros

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-Íkaros... -Dice Leticia gimiendo mientras Íkaros la mantiene bajo la llovizna de agua que hay en la ducha-

-Leticia, tú lo querías así. -Dice Íkaros sonrojado, apenado, con su pecho apretado e intentando mantener la parte de abajo alejada de Leticia-

Si ella siente eso, yo me muero. -Piensa Íkaros intentando que eso no rozara a Leticia-

Leticia le aruña la espalda, Íkaros aguanta y le besa el cuello. 

-No, no, ahí no... -Dice Leticia levantando una pierna y sintiendo que a Íkaros le ha nacido una nueva extremidad- ¡Íkaros! -Exclama apenadísima-

-Lo siento... -Dice Íkaros- Eso no puedo controlarlo, y-

Leticia le calla con un beso y lo presiona contra la pared.

Íkaros se voltea y la presiona a ella.

-Quiero dominarte yo. -Dice Íkaros bajo un suspiro mientras la acorrala-

-Quiero que me domines... -Susurra Leticia antes de morder los labios de Íkaros-

De beso en beso, sus cuerpos desnudos y mojados se dejan ir a la cama, dejando el pasillo del baño a la habitación, totalmente húmedo, con los manos dibujadas en las paredes, besándose con deseo, abrazándose, y sintiendo piel con piel, sin nada de por medio.

-Maldición, Leticia, me encantas. -Dice Íkaros mientra besa el pecho de ella y se dirige a bajar más-

Leticia agarra con fuerza las sábanas y gime.

La respiración de Íkaros choca contra la piel de Leticia a una velocidad acelerada y con una intensidad increíble.

Leticia mantiene sus ojos cerrados, no para de morder sus labios, respirando rápidamente y tomando todo lo que encuentra en su camino para soltar esa presión que siente, esa excitación, ese deseo...

Íkaros se detiene y se retira un poco para observarla.

Leticia abre lentamente los ojos.

-No te detengas, Íkaros... No lo hagas, sigue... -Le dice con su voz delicada y un toque de salvajismo que acelera a Íkaros-

-Eres preciosa, me fascina tu cuerpo... Me encantas Leticia. -Dice Íkaros al observarla con detenimiento-

-Tú también me encantas, Íkaros... -Dice ella abrazando a Íkaros con sus piernas-

El corazón de Íkaros se acelera a millón, ya no sabe si está mojado por haber salido de la ducha o si es sudor por los nervios, la intensidad y el calor que pasa de cuerpo a cuerpo mientras rozan su piel.

Íkaros besa el abdomen de Leticia y lame el ombligo.

La mano de Leticia no aguanta y llega hasta su entrepierna, presionando y tapando al mismo tiempo.

-Me da mucha vergüenza que fijes tu mirada ahí, Íkaros... -Dice Leticia sonrojada-

Íkaros muerde sus labios e intenta observar, pero Leticia ya se ha tapado.

-Nunca he estado con un chico, Íkaros. -Dice ella apenada-

A Íkaros se le detiene el corazón.

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