Capítulo 4 - La Noche

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-¿Qué haces aquí?

Sorcière se encuentra totalmente asombrada. No puede creerlo.

-Yo... Esto... Vine a saludar. -Responde Noah- (¿Vine a saludar? ¿En serio? ¡¿Eso es todo lo que dirás Laurent?! ¡Ni siquiera tiene sentido!) -Piensa Noah-

-¿Qu-Qué haces aquí? -Repite Sorcière mientras se aleja de Noah-

Sorcière no tiene ni la más mínima idea, de que Noah se encuentra allí por ella, para verla a ella, para saber de ella, para darle un abrazo. Sorcière retrocede sin dejar de mirarlo, se tropieza y casi cae.

"-Sorcière, vine por ti." *Era lo que él quería decir* Pero no...

-Noah se aproxima lentamente a Sorcière-

-¡Hey! Noah, amigo, ven acá -Sonríe Íkaros mientras lo arrastra lejos de Sorcière-

-¡¿Qué haces?! -Pregunta Noah-

-¡¿Qué hago?! ¿Qué haces tú? Noah, ¿Qué es eso de "vine a saludar"?

-Yo... Todo está bajo control.

-¿Bajo control? Anda, campeón. El discurso de la vida en clases, todos te aplaudimos y hasta pensamos en darte la idea de ser el presidente, a ella la ves, te quedas idiota y le dices "vine a saludar" y ¿Eso es bajo control?

-No, yo... -Noah titubea- Tienes razón.

-Toma -Íkaros le da goma de mascar- Eso ayuda cuando estás nervioso.

-Sí, lo sé, aleja los nervios ya que el cerebro lo toma como: "Si estuviera en peligro, no estaría comiendo".

-Exacto -Íkaros ríe- Ve. ¡Pero antes! Creo que exageré un poco, es decir, no queremos que seas presidente.

-¡Gracias! ¡Por ambas cosas! -Noah se echa a reír-

Él regresa frente a Sorcière con una sonrisa en la cara.

-¿Podemos hablar en otro lugar? -Pregunta Noah-

-Por supuesto. -Dice Sorcière con voz minúscula-

Ambos caminan en silencio, sin tener idea a donde dirigirse para conversar, el silencio debería ser incómodo, pero extrañamente no lo es, ambos consiguen el lugar perfecto y toman asiento.

-Bien, ¿Cómo has estado? -Pregunta Noah-

-¡Bien! -Sonríe- Vuelvo a preguntar, ¿Qué haces por acá? ¿Cuál es la razón?

-Noah suspira- Para empezar, no llevo mucho tiempo acá en París, llegue hace poco, me inscribí en Dauphine hoy fue el primer día de clases, siendo totalmente sincero la principal razón... Bueno, vine por—

-No me digas que viniste por mí. –Se anticipa Sorcière-

-¿Venir por ti?

-Estoy muy bien, Noah, estoy muy bien sin ti.

Extrañamente a Noah no le ha dolido esto. De hecho, se encontraba aliviado de no haber dicho el "ti" porque hasta allí fuese quedado, a menos qué...

-Vine por ti Sorcière –Noah toma aire y se llena de valentía- para que seamos amigos. Tuvimos una relación de amistad increíblemente unida, ¿Recuerdas?

- ¿Amigos?

A Noah realmente le sonaba la mejor idea del mundo, se sentía tan feliz, que no dejaba de sonreír.

-Amigos.

-¡De acuerdo! –Sorcière Sonríe- pero con una condición.

-¿Condición? Por supuesto, ¿Cuál?

-No te enamores de mí. No de nuevo.

-Eso no te lo puedo asegurar, no soy yo el que elige de quién enamorarme –Susurra Noah-

Sorcière se ha dado cuenta de que su propuesta condición no era bastante brillante, después de todo, él tiene razón. Sorcière solo ladea la cabeza hacia abajo.

-Tienes razón. –Susurra- Está bien, seamos amigos.

-A decir verdad, te extrañé. –Se detiene en silencio por 5 segundos- A decir verdad, estoy mintiendo. -Piensa Noah-

No era cierto, no extrañó a Sorcière, extrañó todos los recuerdos, los momentos que vivió con ella, más no a ella.

-¡Noah! –Salta una voz detrás de ambos sin dejar responder a Sorcière-

-¡¿Beth?!

Noah observa a Beth, ella posee un helado, lo sostiene sobre la cabeza de Sorcière y...

*Flush*

-¡¿Qué tienes?! ¿Estás demente? –Reclama Sorcière-

-No le grites. –Dice Noah en una voz gruesa y fuerte-

-¡Yo también te extrañé idiota! –Grita Sorcière antes de marcharse-

A Beth se le borra la sonrisa de su rostro, para de reír, observa a Noah.

-¿Por qué hiciste eso Beth? –Frunce el ceño-

-No quería hacerlo... -Susurra Beth-

-¿Cómo qué no? Sostuviste el helado en su cabeza y... *¡Plush! –Imita el movimiento de sus manos- Beth, ¿Qué has hecho?

-No quería hacerlo... -Repite mientras su rostro se llena de lágrimas-

-No, no llores. –Noah se aproxima a Beth-

-No quería hacer enojar a Noah. Eso no quería hacerlo.

Cuando Beth se prepara para huir de allí, cuando da media vuelta y se encuentra a punto de correr, Noah la toma de una mano deteniéndola.

-Espera... -Noah tira delicadamente del brazo de Beth y la abraza-

El tiempo se detiene, la noche se congela, todo se torna blanco y negro a excepción de ellos, el mundo no existe, el tiempo no existe, sólo existen ellos, solo existe ese indescriptible y apasionado abrazo. Se separan, se miran a los ojos, se sonríen y permanecen en silencio.

Ya estaba oscuro, era tarde, 10:00 pm.

-¡Noah! Debemos marcharnos –Clama Beth-

-Con una condición –Vocea Noah-

-¿Condición? Condición... -Beth observa la luna-

-Sí, con una condición.

-¿Condición para qué?

-Beth... Vamos a mi apartamento, y dormimos allí.

-¡¿Cómo?!

Beth se ruboriza, mientras ladea su cabeza de un lado a otro negando el hecho de haber escuchado eso.

-¡Sí!, digo... ¡No! –Beth tapa sus ojos- ¡No sé!

-Anda, juguemos a que nos tenemos confianza de hace ya un tiempo, y tomemos la libertad de dormir juntos, por una noche. Te prometo que será sólo dormir.

-Nadie dijo nada de otra cosa. –Lanza una mirada asesina a Noah-

-Sígueme.

Ambos caminan mientras tienen una conversación divertida, Beth da giros alrededor de Noah,  riendo, cantando, bailando, iluminados por las luces de los carros, de los edificios, también por la luz de la luna.

Ambos se encuentran frente a la puerta del apartamento, apenados, sin poderse mirar el uno al otro a los ojos.

-Esto puede ser un gran error –Dice Beth rompiendo el silencio-

-Hay cosas en la vida que son errores, pero que no sabes que son errores, porque la única forma de saber que lo son, es cometiéndolos. Mirar atrás y decir "Sí, fue un error". Así que el más grande error, sería no cometer el error. Porque pasarías toda tu vida sin saber, si algo era un error o no. –Dice Noah en una voz baja pero clara-

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