Capítulo 18 - ¿El cuervo?

60 8 3
                                    

-¿Cómo sigues? -Pregunta Noah-

-Estoy mejor, gracias. -Responde ella-

-Te quedaste dormida... En mis brazos. -Dice él-

Lena se retira apenada de los brazos de Noah.

-Lo siento. -Baja la cara- disculpa las molestias.

Noah se queda callado con la cara hacia abajo, suspira, sonríe y la abraza una vez más.

-Lena....-Hace una pausa-Te quiero.

-Te quiero -responde ella decaída-

-¿Te sientes bien al haberme contado eso? -Pregunta Noah- es decir, ¿desahogaste un poco ese sentimiento?

-Me siento bien de haberte contado eso, pero la historia aún no termina.

¿Hay más? -Piensa Noah-

-Me desahogué un poco, realmente sí, pero ese sentimiento permanece. Por lo desconocido.

-¿Lo desconocido?

-El por qué. ¿Por qué mi hermana se suicidó?, la respuesta a esa pregunta es un total misterio.

-Entiendo... ¿No dejó si quiera una nota?

-No.

-Está difícil...

-Luego de aquél acontecimiento que conmemoro en mi mente día tras día, llegaron mis padres, la vieron allí en la cama, muerta y me vieron a su lado, observaron a la vecina paralizada, mi padre la levantó en sus brazos, porque aún no entendían, solo nos veían llorar a ambas y a mi hermana "acostada". Mi madre pregunta "¿Qué ocurre?" mis labios no podían repetir lo mismo que había dicho ya anteriormente, ¿con que fuerzas iba a repetir que mi hermana estaba muerta? Dejé que mi madre se acercara, la observara, la tocara y se desmayara. Mi padre soltó a la vecina corrió a auxiliar a mi madre y notó la situación de mi hermana, me observó con los ojos llorosos y me preguntó: "¿Quién fue? ¿Quién la asesinó?", me observaba como si fuese mi culpa, como si fuese sido yo.

-Pero no fuiste tú, Lena.

-Fui yo, Noah. Si hubiese abierto la puerta cuando ella me dijo que no podía, si me hubiese visto, si hubiese visto sus regalos, si fuese estado con ella, no fuese pasado eso Noah. Es mi culpa, dejé morir a mi hermana.

-Eso no es cierto, Lena. Ell-

-¡Noah! ¡Demonios! ¡Mi hermana murió porque no estuve con ella! Si yo no estuve con ella cuando me necesitaba, lo justo es que tampoco estuviese conmigo ahora que la necesito... -Comienza a llorar- la abandoné y por eso me abandonó.

-Eras una niña, Lena. No te digas eso, no te hagas daño.

-La extraño, extraño su sonrisa enorme que me daba felicidad, extraño sus abrazos, extraño sus hermosos ojos que posaban su mirada en mí para hacerme sonreír. ¿Por qué tuvo que hacerlo? ¿Por qué tuvo que dejarme? No tenía ninguna razón... -decae y suspira- Retomaré la historia -dice Lena forzadamente- la vecina se retiró hacia su casa corriendo, a los minutos llegaron sus padres incrédulos de lo que había dicho la pequeña vecinita, ella venía en los brazos de su padre aun llorando. Mis padres continuaban sin creerlo, la acostaron en su cama como si estuviese dormida y no paraban de llorar, yo estaba en un rincón sola. Mi padre me amenazaba con la mirada culpándome. Mi madre me preguntó lo que había ocurrido, con mucha dificultad les conté y mi padre se tomó de allí para culparme. "¡¿Por qué no abriste la puerta, idiota?!" me gritaba, me culpaba, me llegó a decir que mejor fuese muerto yo, a que fuese muerto mi hermana.

Wish You WellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora