Wish You Well

Capítulo 1 - Pont Neuf

Todo comenzó, mientras él se encontraba reclinado en uno de los balcones ubicados en "Pont Neuf" el puente que cruzaba el río Sena, en París, la ciudad capital de Francia. Se hallaba deleitado por un libro que recién compró, llamado: "Un beso en parís" escrito por Stephanie Perkins, no es el chico al que le guste leer novelas románticas, pero éste libro era mucho más que eso, lo cual le atrajo muchísimo. Cerró el libro y dedicó un poco de tiempo a disfrutar de la vista, mientras lo hacía pensaba en la chica que lo volvía loco, una chica de su pasado, alguien muy importante para él, que, por sus errores, la distanció de sí mismo, lo que lo condujo a hablar solo y a permitirse decir lo injusto que es todo lo que ocurrió y dejó de ocurrir entre él y ella.

Él, llamado Noah Laurent. Y ella, Sorcière Leblanc.

- Sigo creyendo que el amor es una droga, la más natural, intensa y la más adictiva de este mundo. Siempre se termina adolorido, sufriendo, pero se vuelve a caer, una y otra vez, a diferencia de las demás personas que se desmoronan por otras, yo caigo por la misma chica... Es tan injusto, pero nadie elige enamorarse, ni de quién lo hace. -Suspira- He escuchado a muchas personas afirmar que el tiempo quita el dolor, pero sigo siendo el mismo. ¿Qué es lo que me lleva a desear a alguien con tanto ahínco cuando sé que no me quiere? -Se pregunta ladeando su cabeza a su derecha- Quizá sea el brillo de su mirada, su risa que destaca entre todos los demás, eso de ella que me rodea, como si fueran brazos, me hacen sentir tan bien, feliz, como nunca me he sentido antes. Es que, ella, es mitad mujer y mitad un sueño.

Fue ahí cuando emergió de las espaldas de Noah, la voz de un chico, que había oído todo lo que él había dicho, su monólogo, no fue solo para él, estaba ese chico allí, alto, delgado, cabello castaño oscuro, gafas, y una mirada algo aterrada y preocupada al haber escuchado tal expresión de Noah, éste se acercó y le indicó.

- He escuchado todo, absolutamente todo. Disculpa si era sólo para ti, pero, debes hablar contigo en un lugar más cerrado si vas a tocar un tema tan –hace una pausa- delicado.

Noah se congeló, aún no había volteado a ver al chico por la impresión, se encontraba anonadado, frío, él no se percató, solo habló, expresó lo que sentía y se dejó llevar, al menos estaba aliviado de que no haya sido ella, Sorcière quien lo haya escuchado decir todas sus cursilerías. Sin embargo, se sentía apenado y no sabía que decir, después de todo, un completo desconocido tuvo la oportunidad de escuchar todo su discurso, todo lo relacionado a sus sentimientos ya no tan ocultos.

- No te preocupes, fue mi culpa. Todo está bien. –Hace una pausa- un momento, ¿Hablas español? –dice Noah sorprendido-

Se encontraban en París, es inusual encontrarse con alguien que sepa hablar español.

- Sí, hablo español. Y no creo que todo esté bien, pero si eso es lo que quieres que me crea, entonces, está bien, te creo.

- Gracias por creerme –Cara desconcertada- supongo.

- Por cierto, mi nombre es Íkaros. Íkaros Fontaine.

La cara de Noah expresa estupor, al escuchar ese nombre.

- Noah, mucho gusto.

Ambos se dan un fuerte apretón de manos e intercambian miradas.

-Íkaros -Comienza a decir Noah con una sonrisa-, ¿Desde cuando tienes ahí escuchándome? (No creo que haya escuchado todo, no todo, espero que no haya escuchado todo, di que poco tiempo, dilo.).

-Desde que comenzaste a decir todo eso... De esa chica, del amor, que cursilerías balbuceaste allí. Está mal hablar solo lo que puedes contarle a alguien para desahogarte.

- ... Demonios, tienes razón. Eso te pasa cuando no tienes amigos en París.

- No te preocupes, yo tampoco poseo muchos amigos, soy un chico de pocos amigos. –Sonríe simpáticamente- Un momento, ¿Lees "Un beso en París"? O bueno, ¿Te gusta leer? ¿En serio? No a todo el mundo le gusta leer.

La razón por la cual Noah estaba leyendo ese libro, es simplemente "Ella", le gustan libros similares a este, luego de ella recomendarle algunos libros de ese tipo, a él le llamaron la atención, y comenzó a leerlos por su cuenta, un libro romántico, pero con su toque de realidad, agregando el hecho de que Noah es nuevo en París, el libro le ubica un poco en ésta ciudad. Anteriormente, a él le encantaba leer libros de misterio y de asesinatos, su pasado no es del todo agradable.

- Sí, me encanta leer, después de todo, es entretenido para estimular la imaginación y obtener conocimientos, bah –Dirige su mirada al río Sena-, la incomprendida y podrida sociedad actual se pierde lo bueno.

- No leo el tipo de libro que tú lees, pero comparto tu opinión de que se pierden de lo bueno. –Se reclina al balcón al igual que Noah-

-Por cierto, ¿Qué te trae a interrumpir mi interesante monólogo? -bromea Noah-

- No lo sé, me gusta escuchar a las personas que hablan solas. -bromea Íkaros-

-Que raros gustos –Sonríe-.

-Íkaros suelta una carcajada-, lo dice el chico solitario que lee un libro romántico reclinado al balcón de un puente, en vez de ir por su chica, vaya, consideraré mis gustos de ahora en adelante.

-Noah suelta una carcajada- -Golpea el brazo de Íkaros en señal de amistad-

El destino los presentó porque creyó que congeniarían bien.

- Bueno, tengo que irme. -Dice Noah-

- Vale Noah, nos vemos en otra oportunidad. -Dijo Íkaros-

-Noah se aleja-

-Íkaros se aleja-

Ambos en caminos contrarios...

Noah es un chico al que le gusta estar solo, a pesar de su carencia de amigos en éste nuevo mundo para él, se siente a gusto en soledad. O al menos, es lo que él dice. Noah se dirige a la plazoleta Square du Vert-Galant donde se encuentra con un sin fin de parejas a su alrededor.

Una cabeza cubierta de extraños cabellos color púrpuras rondan alrededor de Noah, intentando camuflarse entre las demás personas, como un cazador que ha visualizado a su presa, como un león tras una cebra.

-Bien, estás acá, en París. Un nuevo mundo, una nueva vida. Ánimos. -Se dice a sí mismo-

No se había percatado de que lo estaban siguiendo.

-Pasos largos, y algo apresurados, le calculo alrededor de 21 a 26 años, cabello negro, ojos... ¿Qué color?, ¿color miel oscuro?, parece estar en forma... Me acerco... ¡No! -Grita asustada- Me acerco... ¡No! -Ella comienza a entrar en duda-

A espaldas de Noah, lo han comenzado a detallar.

¿Quién será?