Wish You Well

Capítulo 16 - Las rosas de Lena

La calle está totalmente sola, alumbrada de forma deficiente por luces intermitentes que prenden y apagan cada 3 segundos, es algo molesto, sin embargo, a pesar de la mediocridad de la luz, de esa escasez que disminuye el sentido de la vista, Noah ha notado un trozo de papel en su camino, en el suelo, esperando ser tomado por cualquier víctima que posea el atrevimiento de levantarlo de allí.

Noah se acerca a tomar el papel.

Lo levanta, escuchando el crujiente sonido del papel, se escucha de esa manera puesto que no hay ningún ruido más a su alrededor, cualquier rastro de sonido por más pequeño que sea, es tomado ruidoso bajo aquél ambiente tan silencioso.

"Para Noah.

-Vincent Laurent"

Dice el pequeño retazo que él logra visualizar.

-Demonios... -Dice Noah al leer eso-

Él sigue caminando hacia su apartamento, con la ilusión de al llegar, comenzar a leer "la carta" que Beth había dejado caer desde las alturas Notre Dame y que ahora posee en sus manos.

Sus pasos son apresurados y su respiración acelerada, el eco de los pasos se escucha a su alrededor, aquél silencio que inunda su entorno le aturde, se siente tan vacío, pero eso no es lo que importa, lo que realmente interesa es que él se encuentra totalmente ansioso por llegar a casa para que sus ojos se posen en la tan anhelada carta.

Se introduce ruidosamente a su apartamento, dándose cuenta del sonido que produce la televisión de su cuarto. Decide no prestarle atención, prefiere adentrarse, acomodarse, y asegurarse de leer la carta. Dejando la puerta abierta.

Él abre la carta llevándose una enorme sorpresa.

-No hay nada... -Dice él- Está en blanco, no hay más hojas, es solo una, como una portada. ¿Qué es esto? –Se detiene para pensar- Solo es la portada...

Embaucado por aquel trozo de papel en blanco, decide hacer un pequeño análisis, intentando extrapolar los hechos, extrayendo conclusiones a partir de datos parciales, basándose en los detalles reducidos. Intentando darle explicación, origen, respuesta a su pregunta. Su pequeña deducción prematura indica que el resto de la carta puede encontrarse dispersa por el lugar donde él recogió la primera hoja, el primer trozo, aquella pieza de ese rompecabezas que él desea realizar.

Levanta la hoja y se voltea para salir a revisar nuevamente.

-¿A dónde crees vas? –Pregunta Beth desde la puerta-

-Encontré la primera parte de la carta que se te cayó, debo conocer el resto. –Dice él mientras intenta pasarla- Debo leerla. Quiero leerla.

-No vas a encontrarla, Noah.

-Si encontré la primera parte, el resto debe estar esparcida a su alrededor.

-No lo está.

-¿Por qué tan segura? –Pregunta él a espaldas de Beth-

-Porque el resto lo tengo yo.

-¿Lo encontraste de venida hacia acá?

-No –ella hace una retardada pausa- nunca se cayó. Tan solo cayó (deje caer) la primera hoja. La que solo dice; "Para:-De:"

-Pero... Tú ibas a dármela. –Él se confunde-

-No, no es cierto.

Noah se encuentra enfermo, sumergido en obcecación, confundido, sin la capacidad para razonar como es de él hacer, sin comprender lo que estaba pasando.