Capítulo 11 - ¿Verdad o reto?

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-¿Cómo que una Wallenstein?

-¿Por qué te alteras tanto?

-Porque conozco a una Wallenstein.

-*Tshk*

La cabeza de Noah piensa en las millones de posibilidades existentes, es familia de Beth Wallenstein, o es Beth Wallenstein, ¿Cómo podría ser Beth? ¿Bipolar? ¿Doble personalidad?

-Mi hermana es Beth. Supongo que la conoces.

-Sí.

-Ella me dice Caos. Si sientes la necesidad de llamarme por algún nombre, dime Caos.

-Caos –Susurra Noah-

Eso explica la expresión de Beth al él pronunciar "Caos", o bueno, no explica nada en absoluto, sin embargo ya entendió por qué esa reacción, más o menos.

-O puedes decirme White Rabbit

-Un momento, ¿cómo sé realmente que eres una Wallenstein?

-No lo sé.

-Y... ¿Si conoces a Beth y me dijiste eso para hacerte la más interesante?

-Quizá lo he dicho para que no me dejaras sola.

-No te iba a dejar sola.

-Ibas a dormir, ¿qué querías que hiciera? ¿Dormir yo también?

-Posiblemente, bueno sí, en el sofá.

-Odio sentirme sola. –Hace pucheros-

-Está bien, te acompaño, duerme tú en ese sofá –Noah señala el sofá enorme- y yo duermo en ese sofá –señala el sofá de enfrente-

-Tengamos un juego interesante. –La chica se acerca a Noah sonriente-

-¿Qué clase de juego? –Noah la observa retóricamente-

-Pensé que titubearías.

-Sabía que me subestimabas.

-Que sean dos, para comenzar, propones tú, luego realizo yo el mío.

-De acuerdo. –Dice Noah confiado-

Ambos toman asiento, se colocan uno frente al otro.

-¿Cómo haces para nunca poder verte los ojos? ¿Tú si me puedes ver a mí? ¿Por dónde? ¿Qué color son? ¿Por qué los ocultas?

-Calculo que la sombra siempre oculte mis ojos, si puedo verte, ¿Cómo que por dónde?, intenta adivinar, los oculto para que solo puedan observarlos las personas a quienes les arrebato la vida.

El silencio ocupa toda la habitación. Noah coloca sus codos sobre sus rodillas, su quijada sobre sus manos ocultando sus labios y parte de su nariz y su mirada cae en la mesita que los divide a ambos.

-No temas perder tu vida, no me has ni le has—

-No temo perder mi vida, no digas ridiculeces. –La voz de Noah es firme-

-Bien, entonces juguemos.

-Apostemos.

-Exacto, eso iba a decir—

-Apuesto mi vida. –Dice Noah mientras sus ojos se dirigen al lado oscuro donde supone que están sus ojos-

Se comienza a dibujar una tenebrosa sonrisa en los labios de esa chica misteriosa, comienza a sonreír, su respiración comienza a tomar cierto tono, y de alguna manera, la tensión de la habitación se encuentra palpable, la voz de esta chica se pronuncia de una manera diferente, como si fuese otra voz.

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