Capítulo 1

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Un hermoso amanecer rosado deslumbraba nuestras almas mientras abordábamos. Rostros desconocidos pasaban a mi lado revelando en sus ojos la misma pasión que despertaba en mí ese extraño amanecer. El hermoso sol dorado emergía de las rosadas aguas mientras el cielo aún oscuro exhibía los curiosos astros que permanecían inertes observando el comienzo de una nueva aventura.

—Mamá, ¿por qué el cielo está rosado? —preguntó un niño. Tenía una melena cobriza que descansaba en sus hombros y unos ojos azules que se resaltaban con el color de su cabello.

—Hoy es un día especial mi amor, un amanecer rosado es un buen presagio —explicó acariciándole el rostro con la punta de sus dedos.

La encantadora escena revolvió mis sentimientos aumentando la angustia en mi corazón. Continué caminado por la cubierta buscando ignorar los pensamientos. Me senté lo más alejado que pude del resto de los pasajeros buscando un rincón donde pudiese disfrutar tranquilo del viaje. El sol ya se encontraba en lo alto del cielo cuando anunciaron que zarparíamos. Luego de unos segundos la nave se estremeció soltando un rugido como un trueno y comenzó a alejarse del muelle dejando atrás todo lo que deseaba poder olvidar. El viento soplaba lentamente sobre la superficie del barco y el cielo se cubría con un manto gris que anunciaba la lluvia que estaba por llegar. Un agradable silencio arropó la nave amplificando el ruido del agua que golpeaba con sencillez las paredes del barco. La calma y la tranquilidad que inspiraba el silencio me daban la oportunidad de apreciar el paisaje sin pensar en nada más que el verdor de los árboles que se movían lentamente al ritmo del viento quedando atrás en el recuerdo mientras navegábamos río arriba hacia nuestro destino. Habían pasado unas dos horas cuando anunciaron la primera parada en Zelenia, una ciudad al norte de Erena, muy famosa por su comercio y diversidad. Se decía que era el centro del comercio de Helengar. Una tentadora oferta, siempre soñé con vender las esculturas de mi madre en un mercado como este.

Recostado de las barandas podía observar la ciudad mientras desembarcaban los pasajeros. La vista era increíble, me llenaba de asombro ver cómo el mercado se extendía desde el muelle hasta perderse en el horizonte como si no tuviera fin. Se podían distinguir personas de todas partes de Helengar, sin hablar de la variedad casi infinita de mercancía que iba desde frutas, ropa, animales, armas, entre muchas otras cosas. Siempre escuché decir a mi madre que cualquier cosa que necesitara lo podía conseguir en Zelenia. Realmente, es un lugar interesante al que no pierdo las esperanzas de visitar.

Todos los pasajeros bajaron y continuamos nuestro curso río arriba. Una brisa refrescante sopló a medida que nos alejábamos. El sonido de las corrientes de agua golpeando el barco y la suave brisa me ayudaron a relajarme hasta que poco a poco mi conciencia fue alejándose y el sonido del barco se transformaba lentamente en un silencio que desarmaba mis sentidos hasta que finalmente quedé dormido. Desperté confundido en la casa de mi madre rodeada en llamas. Podía escuchar en la distancia los gritos de mi madre pidiendo ayuda. Comencé a patear las paredes de madera intentando escapar del calor del fuego para poder ayudarla. El ardor del humo hacía que mis ojos se empañaran y mi garganta se resecara, haciéndome toser. Finalmente logré derribar la pared cayendo de rodillas frente a la entrada de la casa mientras observaba en la borrosa distancia a mi madre siendo arrastrada por los guardias del ejército imperial. Desperté de un salto sintiendo el toque y la voz de uno de los tripulantes que no dejaba de preguntarme si me encontraba bien. Tenía un aspecto cansado, aunque lucía bastante joven, quizá unos veinticinco años como mucho. Traía el cabello castaño y corto y unos grandes ojos marrones que indicaban varias noches de sueño perdido.

—¿Hacia dónde se dirige? —preguntó con una mirada confusa—. Ya hemos pasado Zelenia.

Confundido por su pregunta le respondí que me dirigía a Agvar y frunció el ceño, permaneció en silencio unos segundos.

Agvar :La orden de los guardianes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora