Capítulo 35

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Nuevamente todos estaban reunidos esperando por mí en el puerto. No necesitaba tener la habilidad de leer los pensamientos para saber que André estaba muy molesto con mi demora.

—¿Qué sucedió? ―preguntó John al acercarme.

—¿Qué me perdí? ―pregunté ignorando su pregunta, John negó con la cabeza y explicó que ya el barco estaba listo solo faltaba que yo llegara y que el consejo terminara su reunión con sus soldados, para que nos permitieran subir al barco.

—¿Somos parte de la misión o no? ―comentó Dante enfadado.

—No me agrada la idea de comenzar una misión sin saber los detalles―comentó Enzo secundado por Thiago.

Ventilamos por un rato toda nuestra incomodidad al ser excluido de los detalles de la misión hasta que André se acercó a nosotros.

—¿Aun no terminan? ―dijo André caminando con los puños apretados hacia el barco—. ¿Acaso piensan que puedo detener el puerto solo para ellos todo el día?

Hizo una seña a John para que lo siguiera y se dirigieron al barco. Los soldados del consejo los detuvieron apuntando hacia ellos con las lanzas evitando que subieran al barco. Todos nos miramos confundidos y con más razones para desconfiar del consejo. Escuchamos a André gritar a los soldados antes de lanzarlos al agua y abordar el barco siendo rodeados por los guardias. Dante y los campeones nos apresuramos a subir tras André y John.

—¿Qué significa esto? ―cuestionó André colérico—. Ordenen a sus hombres a bajar sus armas o me veré forzado a utilizar más fuerza.

Estábamos listos para desenvainar nuestras espadas cuando Roul se acercó ordenando a sus guardias a bajar las armas.

—Disculpen a mis hombres, sólo están siguiendo órdenes―comentó Roul con arrogancia.

—Deberían aprender a respetar la línea de mando―dijo André soltando su espada.

—La respetan muy bien o mejor dicho a la perfección—comentó Roul—. Ya que estamos todos aquí, el objetivo de la misión es rescatar los rehenes, Lagos aquí estará a cargo de obtener el arma antes que el enemigo la encuentre mientras John y su equipo se concentrarán en rescatar los rehenes―explicó Roul.

Asentimos esperando más instrucciones, pero Roul sin decir nada más bajó del barco con sus hombres.

—No bajen su guardia y estén preparados para lo peor―dijo André y bajo de prisa tras Roul.

El barco quedó casi desierto. El equipo de Lagos estaba compuesto por cuatro soldados todos con la misma armadura negra con una llama roja dibujada en el pecho. Con nosotros había treinta soldados del ejército de Agvar y veinticinco del ejército del consejo. Ente los soldados se encontraban Luke, Ignacio y Hermes a quienes no había visto en mucho tiempo. Los tres fueron voluntarios al escuchar que John dirigiría la misión y que yo estaría con ellos.

—Al fin vamos a conocer Erena en persona―comentó Luke tras saludarme seguido por Ignacio y Hermes.

Una vez al barco zarpó John nos reunió a todos junto con Lagos.

—Será un camino largo hasta Erena descansen sin bajar la guardia nuestras fuentes han informado que el camino hasta Erena está despejado y no ha habido señales del impero en semanas. Pero no debemos dejar de estar alerta―informó John seguido por Lagos quien continuó explicando los detalles de la misión. Debíamos estar bajo la cubierta antes de cruzar el portal. Sólo los miembros de la tripulación y algunos soldados sin uniforme permanecerían en la cubierta actuando como pasajero.

Agvar :La orden de los guardianes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora