Capítulo 32

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En cuanto llegamos a las ruinas saqué la bolsa que había encontrado en la bóveda y le entregué una piedra a cada uno. Sus ojos estaban llenos de emoción y confusión. Lucas con la mirada distraída me preguntó, para qué eran las piedras y Alus simplemente se mantuvo atento esperando mi respuesta. Expliqué que las piedras les permitirían controlar sus habilidades canalizando la energía para que pudiesen controlarla y acceder a ella por completo.

―Todos los elementales poseían una piedra como esta para poder controlar sus habilidades, esta se entregaba a cada estudiante al momento de comenzar su entrenamiento―expliqué mostrándoles la piedra en mi collar y Kala se acercó señalando la piedra en su oreja.

Ambos estaban maravillados con su piedra y el brillo en sus ojos causaba en mí una sensación de plenitud que no podía describir. Les pedí que nos sentáramos formando un círculo y abrí el libro de encantos para buscar el encantamiento que despertaría y el vínculo entre ellos. Una vez el enlace estaba hecho la piedra quedaba impregnada con el alma del maestro haciéndola funcionar solamente para él. Ambos recitaron el encantamiento y una tenue luz blanca comenzó a brillar desde las piedras rodeándolos. Su energía comenzaba a tener más intensidad y podía ver como recorría sus cuerpos reestructurando sus fuerzas.

—Vacíen sus mentes y concéntrense en su respiración. Sigan el ritmo en cada latido de su corazón. La energía fluye en cada uno de nosotros, dejen atrás todo pensamiento y sientan como recorre su interior y su alrededor―dije y esperé que identificaran la energía.

Necesitaban comprender lo más básico de la energía para poder entrar en el plano de Edeza. Luego de unos segundos el aura de Alus comenzó a brillar con una tenue luz blanca.

—Liberen sus mentes de todo pensamiento y dudas. Sientan cómo fluye a su alrededor, como el viento que rosa sus rostros en el campo, como las caricias del agua cuando se sumergen en el río―continúe diciendo y el aura de Alus se volvía más brillante e intensa.

Lucas continuaba con sus ojos cerrados sin lograr percibir su energía. Kala agarró mi mano derecha y la apretó con delicadeza proyectando en mi mente la expresión en el rostro de Lucas cuando le entregó las flores a Kaíra.

—Sientan como la energía llena su ser acariciando sus rostros visualicen las manos de esa persona especial por la que darían su vida, la que hace que cada segundo sea una aventura. Lucas, siente la energía acariciar tu rostro como si fuesen las manos de Kaíra―dije acercándome a su oído y regresé a mi lugar en silencio.

El aura alrededor de Lucas comenzó a adornarse la tenue luz blanca. Ambos se encontraban en contacto con su energía y podía sentir como fluía en su interior.

—Esa es su energía, ese es el poder del maestro de luz, la esencia del espíritu de la vida. Todos estamos conectados por esa energía que nos hace parte de algo aún mayor que nosotros. Ahora dejen que los guíe sientan su alrededor a través de ella. Permítanse volar en las alas de la luz. ¿Qué ven? ¿Dónde están? ―dije y permaneció en silencio esperando respuestas.

Sus rostros estaban llenos de asombro y alegría. Alus levantaba sus manos hacia los lasos y reía.

—Estoy volando sobre la ciudad puedo sentir el viento en mi rostro y escuchar las aves que vuela a mi lado―explicó Alus emocionado.

Lucas permaneció en silencio mientas una lágrima recorrió su rostro al momento que se dibujaba una tímida sonrisa en sus labios.

—¿Dónde estás Lucas? ―pregunté observando su rostro que reflejaba dolor y alivio al mismo tiempo.

—Puedo ver cómo sus lágrimas recorrer su rostro mientras abraza las flores―respondió.

—Ahora abran sus ojos lentamente―ordené y ambos abrieron los ojos casi simultáneamente, tambalearon un poco y se dejaron caer hacia atrás.

Agvar :La orden de los guardianes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora