Capitulo 14

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Tomando en consideración las palabras de Luciano y lo indefenso que me encontré al enfrentarme a Ágata. Decidí dedicar las semanas que siguieron al accidente, para mi entrenamiento. Nos aislamos de todos, para evitar distracciones. Llegamos a un llano rodeado de un espeso bosque donde acamparíamos para entrenar. Una mañana llegué unos minutos antes que Luciano, por primera vez. Aproveché el tiempo para sentarme y contemplar las estrellas que adornaban la madrugada. Cerré mis ojos por unos segundos, deseaba sentir la calma y la armonía a mi alrededor. Cada mañana, si escuchabas con atención podías percibir el viento cargando una dulce melodía que anunciaba el alba. Luciano decía que muy pocos habían podido comprender el lenguaje del viento, pero si prestas atención en ocasiones puedes sentir el mensaje. Un casi imperceptible silencio cortó la melodía, instintivamente detuve el filo de la espada con la mía.

―Los músculos tienen memoria ―dijo Luciano seguido por varios ataques más con su espada.

El sonido del metal y las chispas hacían eco en el silencioso paisaje.

―Te estás haciendo viejo y muy ruidoso ―dije entre carcajadas.

―Tu padre estaría muy orgulloso, has alcanzado dominar tu cuerpo para el combate en muy poco tiempo. No eres un caso perdido después de todo ―comentó.

Regresamos a la roca, que estaba ubicada casi en el centro del valle, desde donde observamos en silencio los primeros rayos del sol aparecer en el horizonte.

―¿Qué haremos hoy? ―pregunté.

―Ya no hay nada más que pueda enseñarte sobre combate, tu madre hizo un buen trabajo al enseñarte a luchar, ahora debemos entrenar tus habilidades ―respondió Luciano abriendo el libro de encantos en mis manos ―. Concéntrate en el libro y deja tu energía fluir libre.

Al abrir mis ojos las paginas lucían diferentes, con textos que no se encontraban en el las veces que lo hojeé intentando encontrar algo sobre las armas de los guardianes. Todo estaba en detalles, cómo manipular la energía, cómo sanar, cómo utilizar la energía como ofensiva, en fin, todo lo que necesitaba saber estaba escrito tan detalladamente que era imposible cometer errores.

―¿Qué es todo esto? ―pregunté maravillado.

―Todas las respuestas. El libro es mucho más que una herramienta, es la llave para que puedas conectarte con tu energía interior. Ya sabes concentrar la energía y lanzarla. Esa es una forma de manipulación muy útil en un combate. Pero la energía no solamente es ofensiva, un guardián de luz utiliza la ofensiva como último recurso, el diálogo y la paz son su fortaleza. Y la paciencia su mejor defensa. En muchas ocasiones la paz y el diálogo no son una opción viable y ahí es donde entra la defensa. Puedes concentrar la energía en tu mano creando un escudo que te proteja de cualquier ataque, mientras puedas mantener la energía estable. Es una técnica sencilla, pero al mismo tiempo muy difícil de sostener. Necesitarás que la energía fluya constantemente para poder mantener el escudo, por lo que debes utilizarla para garantizar una salida o adquirir ventaja sobre tu oponente ―dijo Luciano y dio unos pasos atrás formando un escudo, con una luz blanca translucida entre sus manos.

Era exactamente igual al que formé en mi encuentro con Ágata.

―Ahora extiende tus manos y deja la energía fluir, visualiza el escudo frente a ti y dirige la energía.

El símbolo en mi mano comenzó a iluminarse según la energía fluía, luego de varios intentos logre mantener la energía constante formando el escudo frente a mí.

―Sostenlo ―dijo Luciano antes de golpear el escudo con su espada.

Podía sentir cómo cada golpe consumía un poco de mi energía, pero la recuperaba casi instantáneamente.

Agvar :La orden de los guardianes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora