Capitulo 20

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Algo había cambiado, la energía en el aire era diferente, más fuerte y densa. Todo comenzó a cambiar desde que Baldazare nos mostró lo que sucedía con el sello cada vez que me hacía más fuerte. El encantamiento que protegía la ciudad se estaba debilitando y era mi culpa. Pero ¿cómo se suponía que me convertiría en el guardián de luz sin utilizar mis habilidades? Baldazare continuaba insistiendo en que no había necesidad de desarrollar más mis habilidades. Para eso estaba el consejo y su ejército. No obstante, continuábamos buscando alternativas para mantenerme desarrollando mis habilidades sin debilitar el sello.

―No hay otra opción. Si continúas utilizando tus habilidades, sobrepasando tus límites, la ciudad correrá peligro ―mencionó Luciano tirando el libro que leía.

Estábamos agotados y frustrados. Llevábamos varios días intentando encontrar algo que ya habíamos aclarado.

―Ahora lo más importante no es continuar tu entrenamiento. Ya eres capaz de defenderte sin necesidad de utilizar tus habilidades. El pueblo necesita un líder, un símbolo de esperanza y eso es lo que le vamos a dar ―dijo Luciano capturando mi atención.

No estaba seguro de comprender su plan, pero me causaba temor la idea de hacer pública mi identidad.

―Es tiempo de que te presentemos al consejo ―indicó Luciano.

Mi corazón dio un salto y mi pecho se sintió apretado al escuchar sus palabras. El consejo era el grupo que lideraba la resistencia en contra del imperio de Lucio.

―¿A qué se debe esta decisión? ―pregunté.

Siempre enfatizaban en mantener mi identidad en secreto.

―El imperio está en movimiento y ha estado saqueando aldeas en busca de maestros elementales para su ejército. Se ha establecido en varios poblados obligando al pueblo a trabajar para alimentar el ejército ―explicó Luciano.

No me sentía listo para salvar el mundo, pero tampoco estaba dispuesto a quedarme tranquilo sabiendo que fuera de Agvar la miseria y el sufrimiento continuaba en aumento.

―Muy bien ¿cuándo veremos al consejo? ―pregunté.

Baldazare sonrió dándome una palmada en el hombro.

―Cada día estás más cerca de cumplir tu destino. Ve a casa de Baruc en la tarde ―indicó Baldazare.

―Hay algo que debes saber. Al presentarte ante el consejo no debes hablar ni dirigirte a ellos sin que ellos lo hagan hacia ti primero ―explico Baldazare.

Lo miré confundido levantando las cejas.

―Debemos mostrar el respeto que se merecen ―dijo Baldazare.

Estaba consciente que me aconsejaba por mi bien, pero no me parecía necesaria tanta tontería.

―Nuestro ideal es la libertad y la igualdad, ¿por qué tanta reverencia ante cuatro líderes que se supone están buscando la misma libertad que nosotros? Puedo comprender que merezcan respeto, pero no se merecen mi reverencia ―dije molesto con la actitud de Baldazare.

―No seas tonto. Necesitas toda la ayuda que puedas recibir y el consejo controla el ejército de rebeldes de las cinco ciudades. Así que, te suplico te comportes a la medida de la situación. Ya habrá tiempo para que expongas tu punto de vista. Además, son solo formalidades ―dijo Baldazare.

Luciano que había permanecido en silencio disfrutando de la discusión, se acercó intentando calmar un poco la situación.

―Baldazare tiene razón, esta vez permítenos presentarte al consejo y sigue el protocolo ―dijo guiñando un ojo.

Agvar :La orden de los guardianes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora