Resumen de un año

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Hola chavales,he pasado un año un poco raro, en otoño un tigre iba conmigo a bares para ligar con chicas y en invierno una tortuga me ha invitado muchas veces a beber alcohol, os haré un pequeño resumen.

Mediados de verano.

Me desperté en mi habitación de mi casa en Tokio con la extraña sensación de que me observaban, levanté la cabeza de la almohada y vi a una mujer con el pelo rojo largo que le caía en cuatro mechones de pelo, sus ojos azules oscuros se clavaban en los míos, sus ojos no mostraban ningún sentimiento o emoción.

- No sé si gritar o decirte que te alejes despacio y que te largues - dije mientras me peinaba el pelo que me llegaba hasta los ojos de color castaño.

- Te he estado observando desde las ocho de la mañana - dijo y mire mi reloj, eran las diez - eres muy malo detectando presencias divinas, menos mal que vamos a entrenar en unas horas por cierto, feliz decimoquinto cumpleaños.

- Gracias - dije mientras me desperezaba - ¿te han dicho alguna vez que eres una acosadora?.

- Si - dijo mientras salia del cuarto - ¿que significa?.

- Significa que no dejas a alguien en paz - dije mientras me cambiaba - deberías dejar de hacer eso.

Cuando salí vi al fenix sentada en el suelo con los brazos rodeando sus piernas mirándome fijamente como si fuese una niña pequeña que mirara su programa de televisión favorito.

- ¿Ahora qué? - dije mientras me ponía a su altura.

- No te muevas - dijo mientras sacaba unas tijeras de la parte de atrás de su pantalón.

Tras hacer un movimiento rápido cerré los ojos y cuando los abrí vi un montón de pelo de color blanco en el suelo.

- Ahora te queda mejor - dijo con un sonrisa - mírate.

Ella me dio un espejo de mano que quedaba en la habitación de Tori-nee y me miré, mi peinado era distinto, el pelo de loas lados y la parte de atrás de la cabeza era corto y el flequillo y la parte de arriba lo suficientemente largo para que se quedara semialborotado  y semidepunta pero decidí peinarme el flequillo de lado y hacia arriba.

- Así esta mejor - dijo ella al final - venga vamos hay que salir ya, mi playa queda lejos.

- ¿Como de lejos? - pregunté mientras cogía mi bolsa ya preparada para salir de aventura.

- Es la playa mas al sur que hay en el país - dijo como si nada - tardaremos más o menos tres horas, iremos volando en mi forma de bestia.

- ¿Enserio? - dije sin creerlo.

- Sí - dijo con indiferencia - tienes una casa muy grande, ¿que son, 1800 metros cuadrados?.

- Más o menos - dije mientras lo pensaba - si vamos a despegar lo podemos hacer en el patio interior.

La guié hasta el patio donde había tres arboles de cerezo y una diana de tiro con arco con barios agujeros en el centro, la diosa del verano se adelantó y se transformó en un ave fenix de color rojo con cuatro colas doradas, el fenix media unos dos metros y medio y de envergadura al rededor de diez metros, ella se agachó para que me pudiera poner a su espalda y alzó el vuelo.

Estuvimos volando unas tres horas hasta llegar a unas islas que estaban situadas muy al sur de la isla central de Japón, la playa era muy bonita, arena fina, palmeras y una casa de tamaño normal de dos plantas.

- Bien venido a mi lugar sagrado - dijo la deidad - nosotros entrenaremos en la playa, dormiremos en aquella casa, por ahora nos instalaremos en la casa.

El Niño Prohibido: El Asesino De Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora