Un viaje aburrido

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- ¿Qué es Yamatai? - pregunté confundido.

- Es una isla situada en el medio del triangulo del dragón (es un triangulo de islas como el triangulo de las bermudas pero un poco más al sur de la isla central de Japón) - dijo Ieyasu - es un lugar muy peligroso tanto para entrar como para salir.

- ¿Es como el triangulo de las bermudas? - pregunté con interés.

- El triangulo de las bermudas comparado con el triangulo del dragón es como una simple llovizna primaveral - dijo seriamente - en las aguas hay remolinos, tormentas, vientos huracanados y rocas escarpadas y si logras llegar a la isla tendrás que enfrentarte a los onis que hay en toda la isla a las ordenes de la reina Himiko, la reina del sol y mi antepasada.

- ¿Quieres decir que ella también es parte de mi alma? - pregunté y él asintió - está su esencia en la isla ¿no?.

- No - dijo Ieyasu - ella pasa su alma de una persona ha otra hasta que murió sin tener ningún cuerpo para pasar su alma, ella es un ser parecido a un dios y un demonio. es capaz de controlar las tormentas gracias a la guardia de la tormenta.

- ¿Como puedo llegar a esa isla? - pregunté.

- Podrías ir volando - dijo pensativo - pero da igual, si vas solo sera como un suicidio, necesitas a alguien que te acompañe.

- Si tengo que ir con alguien no puedo ir volando - dije preocupado - mi kirin solo puede llevar a una sola persona.

- En barco es muy peligroso - él  dijo con preocupación - seria tentar mucho a la suerte, pero si Susanoo te dejara su barco podrías llegar fácilmente.

- ¿Que barco? - pregunté con entusiasmo.

- Un barco que unos hombres que pertenecían al clan del dragón que hicieron en su nombre - explicó Ieyasu - ese barco consta con la bendición del dios de los océanos y las tormentas, puede aguantar cualquier temporal y es imposible de hundir.

- Gracias por los consejos Ieyasu - dije agradecido - ha sido un placer hablar contigo, pero he de irme.

- Un momento - dijo él mientras me agarraba del hombro - existe una manera de conseguir mas fuerza - me dijo Ieyasu y yo escuché atentamente - sería dar tu alma a la diosa de la muerte, lo que te convertirá en un desalmado, ganado mucha fuerza y una inmortalidad parcial.

- ¿Como parcial? - pregunte con interés - no me interesa ser inmortal.

- No morirías en batalla ni por ninguna enfermedad ni por cualquier herida - el explicó - te podrán cortar la cabeza y tú no morir, pero podrías morir por fatiga.

- ¿Como podría hacer eso? - pregunté interesado - siempre es bien venida un poco más de fuerza contra el Nue.

- Hay una cosa más - dijo Ieyasu - perderás un poco de estabilidad mental y no se como dar el alma a alguien que no sea el mismo, se lo tendrás que preguntar a tu madre.

- Gracias por la información - dije mientras me inclinaba en señal de agradecimiento - iré al campamento para comunicase lo a los demás semidioses - le dije y el desapareció - ¿chicos me lavarais al campamento? - le dije a los komainus mientras me subía al lomo de Chi y me llevaron al campamento.

Cuando llegué al campamento era casi de noche, había poca gente por el campo, la poca gente que había se mezclaba con los tengus, mientras caminaba me encontré con Paula que vestía con la camiseta del campamento pero en vez de pantalones que era lo más normal llevaba una falda de color negro, cuando me vio se alegró de una manera notable y vino corriendo hacia mí.

- Aru has vuelto - dijo mientras salto para darme un abrazo - ¿donde has estado?.

- Hablando con mi antiguo yo - le contesté y ella me miro confundida - tengo que hablar con todos los semidioses, ¿me ayudarías?.

El Niño Prohibido: El Asesino De Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora