Punto de vista de Ivar.
Tras llegar el demonio noté un aura potente con solo estar delante de mi, en unos segundos llegó Natalia con su naginata en posición de ataque.
- ¿Ha que has venido? - dijo ella con cautela.
- Tranquilidad - dijo el demonio - soy Koutaro, líder del ejercito del Nue y he venido para hablar.
- ¿Hablar de que exactamente? - dije mientras examinaba al hombre - ¿o solo es una escusa para ganar tiempo y atacarnos en el momento más inesperado?.
- Juro por los siete anillos del yomi que solo he venido a hablar - dijo mientras convocaba unas sillas - quisiera discutir las condiciones de vuestra rendición.
- Entonces ya te puedes largar - dijo Natalia con enfado - nosotros jamas nos rendiremos ante vosotros.
- Yo diría que si - dijo Koutaro - ni siquiera todos los semidioses del mundo podrían acabar con el Nue ahora mismo, ha conseguido unir su alma con muchos demonios y los dioses no vendrán a ayudaros ya que están luchando contra el deidarabochi.
- Cuando vuelva Aru te dará una paliza - le contestó la semidiosa.
- ¿Es que no escuchas niña? - cortó Koutaro - da igual quien se atreva a enfrentarse a Nue-sama, caerá de una forma inevitable.
- Koutaro - dije - por favor vallase, no vamos a rendirnos sin luchar.
- Muy bien pero ateneos a las consecuencias - nos informó - atacaremos en breve.
El demonio se desvaneció con la brisa de la mañana dejándonos a Natalia y a mi, nos dimos una mirada y los dos nos entendimos con solo eso, ella se fue a la torre mientras yo me fui a reunir con los tengus y con los semidioses que protegían los exteriores del campamento.
- Señor Kurama - dije y el susodicho tengu vino en mi encuentro - el enemigo nos atacará muy pronto, por favor movilice a sus soldados lo más rápido posible.
- Muy bien - dijo mientras daba una palmada - ¿donde está la chica?.
- Se lo ha ido a contar a los demás semidioses - dije seriamente - quedas al mando de la defensa hasta que vuelva voy a avisar al sensei.
Él asintió y yo me fui a la tienda medica, al entrar vi sangre tirada por las paredes de la tienda y el suelo, mis hermanos y algunos hijos de la diosa de las flores estaban en el suelo muy malheridos, tirada encima de una camilla estaba Maya, sentí pánico y fui a ver como estaba.
- Maya - dije mientras comprobaba su pulso, era dedil y mi miedo fue aumentando.
Concentré toda la energía que me habían enseñado a usar para curar, tras unos instantes tuve una repuesta.
- Ivar - dijo débilmente - el sensei.
-¿Que sucede? - dije mientras la sentaba.
- Él lo ha hecho - dijo ella - lo están controlando.
- Bien, se lo diré a Natalia pero primero tengo que comprobar al resto - le dije y ella asintió.
Comprobé a todos y cada uno de los semidioses que estaban en la tienda, de quince que había en total conseguí salvar a la mayoría, sobrevivieron nueve contando con Maya pero murieron seis, maldije en vos baja a los demonios del Nue.
Cuando conseguí estabilizar a los supervivientes fui a reunirme con Natalia y le conté lo sucedido en la tienda medica.
- Dioses - dijo muy triste - ¿cómo han conseguido controlarlo?.
- No lo sé - dije muy serio - pero hay que conseguir que vuelva tiene mucha experiencia en combate, no sería bueno tenerlo como enemigo.
No pude decir nada más ya que empezó a sonar una alarma que habíamos puesto en caso de ataque, Natalia cogió su naginata y yo convoqué mis garras de lobo y fuimos al frente de los semidioses para encontrarnos con una horda de demonios que era la más grande que había visto nunca, al frente de ellos estaba una persona con pelo negro y ojos amarillos, la persona vestía una camiseta de color negro con un dibujo de un escorpión y un martillo ensangrentado, unos pantalones holgados de color gris y unas botas de montaña de color marrón.
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El Niño Prohibido: El Asesino De Los Dioses
AdventureÚltima parte de El niño prohibido, en esta parte Álvaro descubrirá su legado histórico y se enfrentará a Kazama en una pelea final bajo la escasa luz de un eclipse, ¿ganarán los semidioses o los demonios leales al Nue?.