Ultimo asalto en la ciudad de Tokio

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Cuando aparecieron los quinientos tengus los semidioses y demonios nos pusimos en posición de ataque hasta que tocaron tierra y corrieron en nuestra dirección, nosotros hicimos mientras la gente lanzaba gritos de guerra como "aplastadlos" o "a por ellos".

Saqué mis guanteletes y mi guadaña y empecé a atacara los tengus, por mi derecha pude ver a a la división de suelo dirigida por Maebara luchando con tengus que se quedaron en el suelo que empuñaban katanas y wakizashis mientras que la división de arqueros atacaban a los que estaban en el aire, la división de ilusionistas atontaban a los demonios cuervos permitiendo a la unidad montada de Avalon matarlos, a mi izquierda veía como los semidioses intentaban hacer algo, salvo los hijos de Hachiman, de Vishamon y mis amigos, los demás parecían princesitas remilgadas intentando montar a caballo por primera vez, las doncellas de Uzume usaban sus abanicos mientras que las princesitas usaban sus propias armas.

Mientras peleaba veía como sombras que se movían por el suelo así que decidí levantar la vista para ver como los tengus del infierno se enfrentaban a los del mundo humano como una peli de ángeles contra demonios, solo que los ángeles son todos pero con plumas negras.

-Tú - me dijo un tengu que se posó delante de mi - pelea contra mi.

- ¿Por qué he de hacerlo? - le dije al demonio - ¿quieres pelear o tu jefe quiere pelear?.

- Yo quiero pelear - me dijo confiado - Yukio me salvó la vida de morir a manos de los humanos que me perseguían por el monte Kurama, ahora prepárate.

El demonio se lanzó sobre mi empuñando una naginata y yo le propiné un golpe con el mango de mi guadaña tirándolo al suelo, me coloqué de pie encima de él que aprovechó y lanzó sus plumas que me protegí cubriéndome con los brazos haciendo que yo retrocediera haciendo que el demonio me patease las piernas para tirarme a mi al suelo, se colocó encima mía agarrándome del cuello para asfixiarme, cuando estaba a punto de desmayarme cogí algo que estaba a mi alcance y le golpeé la cabeza, cuando logré levantarme vi que era una lata de fanta naranja vacía.

El demonio se levantó con una brecha en la cabeza que sangraba, se limpió la sangre y se precipitó contra mi haciendo un tajo de derecha a izquierda que logré bloquear con mi guadaña que conseguí coger con el pie, intenté darle un puñetazo que el esquivó hechándose para atrás haciendo que me diese un tirón en el brazo izquierdo, cosa que aprovechó para darme un puñetazo en la cara que hizo que viera las estrellas, mientras flipaba me dio una patada en la boca del estomago que me tiro nuevamente al suelo para que él demonio cuervo me diera puñetazos en la cara repetidamente, a los cuatro minutos de recibir puñetazos decidí "dejarme llevar".

Hice como que me quedaba inconsciente y una vez que el tengu se levantó encendí mis puños en fuego negro, le agarré una pierna haciendo que las llamas recorriesen toda su ropa quemando cada centímetro de su cuerpo, él gritaba de agonía mientras yo me ponía de pie, cuando su cuerpo estaba tirado en el suelo con solo una pizca de vida en él le cogí la cabeza y se la aplaste con el suelo hasta que su cuerpo se quedase reducido a polvo morado, esto era divertido, no hay nadie que pueda detenerme en este momento, guardo mi guadaña en mi reloj y me lance a por los demás tengus creando mini explosiones haciendo que reventasen sus alas para luego hacer que mis vectores de oscuridad rompieran todo y cada uno de sus huesos, los demonios de mi facción se quedaban mirando con horror el espectáculo que les ofrecía, estuve jugando con los tengus hasta que una persona de pelo negro azabache y ojos azules muy claros que vestía con una ropa en plan casual con una camisa de color negro, unos pantalones baqueros azules oscuros y unas botas de montaña de color marrones.

- ¿Qué crees que estas haciendo? - me dice el hombre - un mestizo como tú no puede ser capaz de matar a sangre fría a tantos tengus.

- Deja que me presente - dije cortesmente - soy Álvaro León, Aru para los amigos, soy hijo de Izanami, encantado.

El Niño Prohibido: El Asesino De Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora