Nunca hay que hacerse expectativas, son cosas que simplemente destruyen sí las cosas no surgen como uno piensa, no hacen ningun bien. Siempre hay que ver las cosas de tantos puntos de vista como sea posible y así no salir dañado, o evitar el mayor posíble. Nathaniel se creo expectativas de muchas cosas, su vida principalmente y el final felíz que esta debiera tener, aún su vida carecía de un final. Le faltaba mucho por seguir y andar, más ahora que dos pequeñas dependían de él.
Habia una cosa que le agradecía a su padre, al haber estado en la milicia, box y demás cosas de pelea había ganado buen dinero, bastante a decir verdad, pero nunca lo uso. Usarlo sería aceptar a aquel ser que su padre habia creado, pero ahora que s de aceptaba tal y como era lo estaba gastando, no en él sí no en sus niñas. El corazón se le hacia de gelatina cada vez que veia aquellos ojos azules griseasos, aquellas largas melenas castañas y esas despampanantes sonrisas, sus rasgos eran iguales a su difunta madre. Lo que más lo sorprendía era que Felicia le haya llamado a su primera hija Nuria, igual que su madre.
Gracias al dinero que había ganado compro una casa, no era grande simplemente era hogareña y simple: dos cuartos, un baño, una cosina y sala/comedor, era perfecta. Se encontraba en el cuarto de las nenas, ya llevaban dos años juntos Nuria ya tenía cinco años y la pequeña Lluvia tres, él veinticinco.
Lluvia se acerco a él con cepillo en mano, la niña adoraba que la peinara y él adoraba el hacerlo, ya que pasaban tiempo juntos. Nuria también se acerco, pero se sento tras de él y apoyo su espalda con la suya, ese gesto lo hizo sonreir aún más. Comenzo a cepillar aquella larga melena, a sus niñas no les faltaba nada y asistían a la escuel, llevaban su apeido y el de su madre "Beck Chamal". Gracias a Alex, la pareja de Lex, la adopción habia sido rapida y sin complicaciones, solo tuvo que de ar una gran cantidad de dinero...ellas lo valieron. Sus hijas lo valían.
— Papá. —Nuria hablo a sus espaldas.
— ¿Si, cielo? —pregunto mientras comenzaba a trenzar el cabello de Lluvía, sintio a su hija mayor darse la vuelta y pasar esos pequeños bracitos por sus hombros para así abrazarlo, el corazón se le derritió prácticamente.
— Hoy, en la escuela, nos hablaron sobre la família y que hay muchos títulos en ellas, por ejemplo: abuelos, abuelas, tíos, tias, primos y muchas otras cosas más.
— Tienen razón, Nuria, sí hay muchos títulos en una familia.
— Tenemos abuelos, ¿cieto? —dedujo Nuria.
— No, amor. Tu abuelita ya esta en el cielo —trago seco. —Ella...sí las hubiera conocido las amaria tanto como yo las amor y les cantaría igual que yo antes de irse a dormir, ella era realmente hermosa.
— ¿Cómo un ángel?
— Igual que un ángel.
— ¿Tenemos tios o tias? —la pregunta de su pequeña hija lo hicieron tener un escalofrío, cerro los ojos decidiendo dentro de él sí mentir o decir la verdad, pero sí queria que sus hijas fueran buenas debía empezar con dar el ejemplo.
— Si, amor, tienen un tio.
— ¿Cómo se llama? —Nuria susurro la pregunta emocionada.
— Su nombre es Gabriel, como el ángel. —sonrio nostálgico y abrio los ojos, colocando así una liga al final de aquella trenza. Asegurándole así que no se iba a deshacer.
— Es guapo, ¿cierto? —Lluvía lo volteo a ver sobre el hombro.
— Tan guapo como lo es tu papá, cielo, somos gemelos. —sonrio.
— ¿De esos niños que se parecen? —pregunto sorprendida Nuria.
— Si, de esos mismos. Yo nací dos minutos antes que él, eso quiere decir que soy el mayor.
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Nathaniel (Nuevas Especies 8)
Fanfiction¿Cuánto puede ocultar una sonrisa? Es una pregunta que millones de personas se han hecho y aun así no han logrado todavía describir: cuál es el límite de esta hermosa mascara. Puede que esto sea bueno, puede que sea malo, pero de que algún día lo sa...