A los malos tiempos...

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¿Qué es mejor que despertar con una sonrisa en los labios? Despertar rodeado por unos fuertes brazos que te hagan sentir seguro, que te hagan sentir bien y completo, Nathaniel nunca compartió cama después de Felicia y ahora...

Sonrió al lograr zafarse del abrazo de Gael, ya cumplían meses de andar juntos y (¿lo mejor?) públicamente. Al macho no le importaba nada, además de eso a los habitantes de la Reserva no les molestaba ni les hacían malas caras y eso era como el paraíso, un lugar donde el amor era aceptado en todas sus versiones.

Acarico el cabello rojizo de su compañero, depósito un beso en la frente y se levanto de la cama, quitándose la pereza de encima al bostezar. Se paso las manos por el cabello, haciendo una mueca al encontrar un par de nudos y sin más se fue al baño a tomarse una buena ducha.

Seguía sin creercela: vivía en la Reserva, estaba con su hermano, cuñada, sobrinos e hijas, todos en família y en paz, sin mierdas que la arruinaran.

Abrio la llave de la ducha, no habia de despojarse de la ropa...porque ya estaba desnudo. Se rio bajo ante la falta de pudor, claro que al principió puso resistencia ante la petición de Gael, la cual fue "Durmamos desnudos, en las noches hace calor y ademas no estoy acostumbrado a usar pijama".

Obvio que en aquel momento Nathaniel solto la carcajada y nego con la cabeza, tachandolo de loco y nudista, pero después de dias y noches que su compañero le mostro los beneficios que dormir sin ropa conlleva... Bueno, ya en su cama no se conocían las pijamas.

Entro en la ducha, bajo el agua ya tibia y lavo primero su cabello, para después enjabonar su cuerpo. Fue cuando  unos fuertes brazos lo rodearon y unos calidos labios tocaron su hombro derecho, la sonrisa tonta en sus labios se formo demasiado rapido.

— ¿Por qué no me has esperado para ducharnos juntos? —se quejo Gael contra su piel.

— Buenos días a tí también. —canturreo divertido, su macho gruño bajo.

— Buenos días.

— Así está mejor. —se giro en los brazos de Gael y le dio un beso en los labios, agradecía que estubiera inclinado...odiaba pararse de puntillas.

— Y así me gusta a mí. —susurro Gael contra sus labios antes de profundizar el beso, Nathaniel sintio juegos pirotécnicos en toda su piel y se abrazó a su compañero para no caer, hacer el amor en la ducha ¿quién lo diría?

Nathaniel bostezo y su hermano le dio un codaso en la costilla, eso lo hizo reír. Estaban en lo que sería el plan de poblar la isla donde su sobrino habia estado por un año, mira qué que buen susto se habia dado al pensar que su Ángel habia muerto. Gracias a los Dioses que su sobrino era un hueso duro de roer.

Enfrente de ellos un humano un tanto viejo y gruñon les explicaba como se divirian la isla, ya que en la isla había humanos debían tener precaución. ¿Precaución de qué?  Los NEs tenían un corazón puro, al igual que los Voraz. Frunciendo el ceño se inclino hacía su hermano.

— Me aburro. —susurro a Gabriel.

— No empieces. —masculló este, queriendo contener la risa y Nathaniel sonrió victorioso, sólo era cuestión de picar un poco más y  ya tendría un aliado.

— ¿Sabés que fecha se acerca, no?

— No. —frunció el ceño, al parecer estaba poniendo resistencia.

— Es una fecha muy, pero muy importante.

— ¿Ah sí?

— Si, y a Alegría le gusta mucho esa fecha.

Nathaniel (Nuevas Especies 8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora