Un punto no es el final, es el comienzo de un algo especial. Solo espera y deja que la vida te sorprenda.
Nuria soltó un suspiro, se froto el cuello con ambas manos y volvió a ver por medio del microscopio, la sangre de su padre volvía a ser consumida. No había nada que hacer, era tan injusto. Se alejó de aquella imagen, sentándose tras su escritorio y lloro en silencio, no podía perder a su padre de aquella forma. Él no lo merecía.
Su padre se merecía vivir hasta que la vejes fuera la única causa de su muerte, aunque sus errores cometió, siguió adelante y aprendió de cada caída, nunca mantuvo la cabeza baja. Siempre encontró la forma de salir adelante aun cuando tanto amor se le fue arrebatado, pero ahora parecía no haber salida y eso le aterraba.
Había intentado de todo, incluso la droga que usaba para que Caleb y Alysia continuarán con vida, pero esa droga había destruido en milésima de segundos la sangre humana de su padre. Que horrible era aquello, se cubrió el rostro y se permitió soltar unos sollozos, no sabía que más hacer. ¿Qué más podía hacer ella? Nada. Escucho la puerta abrirse, se limpió de inmediato las lágrimas, pero entonces al darse cuenta quien era el que acababa de entrar sintió la ira surgir en ella y sabia lo mal que eso estaba, Brass no tenía la culpa de lo que a su padre le pasaba.
- Debes comer algo. –dijo Brass, entrando sin permiso y cerrando la puerta tras de sí.
- Ya lo hice, largo.
- Nuria, no pienso irme hasta que pruebes un bocado. –se sentó enfrente de ella, extendiéndole una bolsa, esta contenía un platillo. Ella negó con la cabeza.
- No te perdonare lo que hiciste, Brass. El darme de comer no es la forma.
- Te he pedido perdón de tantas formas que esta es la última que se me ha ocurrido, pero veo que tampoco es la indicada...
- Dime algo Brass. –se cruzó de brazos. – ¿tú que harías si digiera el nombre de otro macho mientras me tocas?
El macho no respondió, solo la vio directo a los ojos y pareció quererle dar la respuesta con ese gesto, pero el corazón herido es lo más lento puede sanar en el cuerpo humano. Nuria desvió la vista, se levantó de su silla y se iba a poner de nuevo a buscar la cura de para su padre, pero entonces un rugir resonó por las paredes. El sonido la dejo helada.
Brass salió de su consultorio y ella salió tras de él, después de que el shock se le pasara. Corrió tras el macho, sabía que él iría hacia donde había provenido el sonido y así fue...
Frente de sus ojos miles de sonrisas y miradas llenas de orgullo aparecieron, la voz de su papá venia de todas direcciones. Sus concejos, sus risas, sus regaños, sus bromas...todo desapareció como si de un sueño perfecto se hubiera tratado.
- ¡AYUDA! ¡POR FAVOR! Nuria, ayúdame. –le pidió Gael con los ojos llenos de lágrimas.
Gael tenía en brazos a su padre, este se veía pálido y no se movía en absoluto, su papá... empujo a Brass lejos, corriendo hacia su padre y dando órdenes a los demás para que los ayudasen, pero parecía que nadie podía creer lo que pasaba frente de sus ojos. Ella estaba igual y lo sabía, sus manos estaban temblando sin control y su cabeza daba vueltas, debía calmarse si quería ayudar a su padre.
Trisha estaba a su lado ¿Cuándo había llegado? Le tomo él puso a su padre mediante el chequeo de las venas del cuello, ¿Por qué ella no había hecho eso? La mujer de Slade puso una cara triste, Nuria negó con la cabeza y volteo a ver a Brass, él la vio a los ojos...
- Llévalo a mi consultorio, por favor. –el macho asintió y cogió con delicadeza a Nathaniel en brazos, Gael estaba destrozado, pero fue tras el macho que llevaba a su pareja.
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Nathaniel (Nuevas Especies 8)
Fanfiction¿Cuánto puede ocultar una sonrisa? Es una pregunta que millones de personas se han hecho y aun así no han logrado todavía describir: cuál es el límite de esta hermosa mascara. Puede que esto sea bueno, puede que sea malo, pero de que algún día lo sa...