Es Mía

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Draco miraba el techo de la Sala Común, con aire aburrido. Había terminado todos sus deberes y sus ÉXTASIS estaban terminando, no pasaba tiempo en la torre que compartía con Hermione. Sonrió ante el recuerdo de haber visto a Hermione mordiendo la pluma con la escribía, al contrario de parecer mal educada, se veía tierna.

En ese momento Astoria iba pasando frente a el, con su falda "levemente" levantada. Draco no podía negar que Astoria era una chica atractiva y con buen cuerpo, sus labios eran curvos y sensuales. Al ver sus piernas las vio de porcelana, blancas y lisas. Pero la sonrisa morbosa que apareció en su rostro, desapareció cuando recordó a las verdaderas piernas que deseaba acariciar. Soltó un bufido y cerro los ojos. Había echo el amor con Hermione 2 veces, las suficientes para que supiera que era ella quien lo complacía en esas circunstancias. Deseaba en ese preciso instante tenerla entre aua brazos y hacerla suya. Deseaba hundir su cabeza en el cuello de ella, para poder besar ese hermoso cuello.

Abrió los ojos con enfado dispuesto a salir a volar o algo con que distraerse. Pero entonces vio subir a Pansy con algunos libros hacia el dormitorio de las chicas. Tal vez complacerse con Pansy no era buena idea, pero necesitaba tener a alguien en su cama.

Subió rápidamente por las escaleras y se coloco enfrente de la puerta del dormitorio de las chicas.

-¿Que ocurre Dr...-los labios del rubio se estamparon con los de ella, impidiéndole tener control de ellos.

Draco vio la puerta de su antiguo cuarto como Prefecto y con las manos en la cintura de Pansy, la guió ahí. Cerro la puerta con el pie y al momento que susurraba "Fermaportus", Pansy le había quitado la camisa.

Draco dejo caer a Pansy en la cama y la beso con pasión desabrochando con agilidad los botones de la camisa de ella.

Fue hacia su cuello y lo beso, mordiéndolo y succionándolo que hizo que Pansy debajo de el, se retorciera de placer.

Draco se perdió entre el deseo, de un momento a otro, el cabello negro de Pansy se transformo en cafe, los ojos Azabache ahora eran Chocolate y la corbata en el suelo, tenia los colores rojo y amarillo.

Hermione estaba entre sus manos y con suma idiotez, sonrió. Pansy acariciaba el cabello de Draco, atrayéndolo hacia ella. Ella lo amaba, le habia gustado desde la primera vez que fue a la Mansión Malfoy a la cena de Navidad, cuando tenia 4 años.
Las facciones de Draco la hacían fantasear y soñaba con el contacto de su piel con la de el.

-Draco...-susurro mientras le acariciaba la espalda al rubio.

-Hermione...-el nombre retumbo en los oídos de Pansy y el corazón sintió una sacudida.

Draco, comprendiendo su error, la miro a los ojos y empezó a abrir y cerrar la boca, pero sin emitir una palabra.

Pansy dejo caer algunas lágrimas, para luego decir con voz suave:

-Aun la amas Draco, lucha por ella, si eso te hace feliz .-con un movimiento de varita, su ropa, volvió lugar a su cuerpo y antes de salir, se volteo y con voz fuerte y clara, dijo:

-Ve con ella. Anda, haz le saber que la amas. Y no te preocupes por mi. No es la primera vez que me rompen el corazón.-sus lágrimas adornaron los ojos Azabache y Draco se desplomo en la cama sintiendo estupido y prepotente. Lanzo una almohada con fuerza, haciendo que una botella de loción se rompiera. No era la culpa de haber lastimado a Pansy, era que no podía ir y decirle eso a Hermione. Quería que todo volviera a ser como antes, quería recordar lo que era ser feliz, quería pasar los días de su vida con su Princesa.

En otra parte del castillo, Hermione se encontraba leyendo un libro sobre Aritmancia, y al escuchar las voces de la Gran Fiesta, que se celebraría por la despedida del 7° curso, cerro y el libro y se dispuso a caminar un poco. No quería escuchar de Grandes Celebraciones, lo único que quería era que las dos semanas que faltaban para irse de ahí, pasaran rapido y pudiera regresar junto a Harry y Ron, como siempre.

Sus zapatos sonaban en el piso de piedra y al doblar una esquina, pudo observar a Ron ayudándole a cargar algunas cazuelas y cucharas a un elfo domestico. Ron le sonreía y sus mejillas, tenían un tono color rojo.

Hermione se acerco a el y cuando el elfo se fue, le dio un beso en los labios. Ron se sorprendió pero la exquisita textura de los labios de la castaña, la fue atrayendo hacia el y la beso mas intensamente.

Cuando los pulmones reclamaron oxigeno, se separaron y Ron pregunto:

-¿A que se debió eso?.

-Solo quería...agradecerte por estar aquí conmigo. Eres la única persona que me queda ahora.

-No digas eso, tienes a Harry, mi familia, Luna, Neville. Todos te aman Hermione, yo mas que ninguno.-dijo Ron acariciando su mejilla.

Hermione sonrió con un leve sonrojo. Ella tambien amaba a Ron...¿verdad?

-¿Porque aun no te has ido?.-pregunto acomodando el libro en su brazo.

-¿Acaso me estas corriendo?.-contesto Ron y su sonrisa se torno divertida.

-Claro que no. Pero, llegaste aquí hace mas de un mes y esta tu trabajo con Harry...

-No hay problema con eso. Además, voy a hacer algo el día de la fiesta. Necesito hacer algo.

-¿Que harás? ¿Es importante?

-Muy importante, lo mas importante que haré en mi vida.

-¿Me puedes decir?

-No...es una sorpresa, para ti y para todos. Espera solo dos semanas.-Draco la tomo de la mano y siguieron caminando.

-Solo dame una pista.-dijo ella acariciando su brazo.

-Veamos...es algo que cambiara nuestras vidas y si tengo suerte, en algunos meses, se celebrara otra GRAN fiesta.

Hermione fruncio el ceño y medito las palabras de Ron, sin llegar a una idea en concreto.

Miro al fondo del pasillo y observo a Draco jugar y reír con Crookshanks. El gato, pasaba por los hombros de Draco y ronroneaba cerca de las mejillas de el.

Draco vio a las dos siluetas tomadas de la mano y solto una risa.

-Mira quien es Oink, tu antigua ama.-dijo Draco tomando al gato.

-¿Antigua?.-dijo Hermione volteando los ojos.

-¿Acaso no te enteraste? Te presento a El Señor Oink 1° duque de La Mansión Malfoy y mascota oficial de la Casa de las Serpientes. En cortas palabras, mi gato.-Draco acaricio a Oink y dejo ver su sonrisa de autosuficiencia.

-Estas loco, dame a mi gato.-Hermione se acerco pero Oink se erizo y soltó un gruñido.

-Aja, mientras tu estabas por ahi, paseando en el pueblo o haciendo lo que la gente como tu acoatumbra hacer, este pequeño se moría de hambre y frio. Y quien lo salvo, yo. Ahora es mio.-Draco estaba apunto de irse, pero antes agrego:

-El y yo, ya no te queremos. Creemos que tienes cosas mas importantes que hacer que arreglar las cosas con nosotros.

-¿Ustedes?.-Hermione se desprendió de la mano de Ron y se acerco con enfado a Draco.- Yo no tengo que arreglar nada contigo. El idiota que arruino todo, fuiste tu.

-Aja, como digas...

-Vámonos Herm, no vale la pena pelear con este mortifago.-dijo Ron tomándola por los hombros.

-Oh si claro, mortifago. Pues este mortifago hizo que ella riera y disfrutara este año. Este mortifago la hacia sonrojar con cada pequeño detalle. Este moetifago bailo y se arriesgo por ella. Le enseño a patinar, dibujar y dormir.

-Eso no se compara a todos los insultos que recibio de ti en todo este tiempo. Yo fui quien estuvo...

-Con ella. ¿Eso que? Entiende algo de una vez Weasley. Ella es mia, cada vez que este contigo, pensara en mi. Cuando te bese o te acaricie lo hará pensando en mi. Y sabes que es cierto, porque ni siquiera se esta negando. Ella es mía Weasley y siempre lo sera.-le dio una mirada a Hermione para después, con Oink en las manos, irse de ahí, con una sonrisa astuta.

Esa misma noche, Ron pensó en aquellas palabras, y con una risa en su rostro, se imagino la cara de Malfoy al momento de pedir la mano de Hermione.

Solo faltaban dos semanas y haría que Malfoy se tragara todas sus palabras.

El 7° Año.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora