Capítulo 7: "Pronto te conoceré"

396 42 3
                                    


3 meses después:

Aún no sabes el sexo del bebé, decía la rubia, mientras caminaba junto a su amiga pelinegra que ya lucía un abultado vientre, por una tienda de ropa de bebé.

No amiga, quiero que sea una sorpresa, respondió con una sonrisa la bella pelinegra.

Cuando en eso el celular de la joven rubia empezó a sonar, la joven vio el nombre en la pantalla y se retiro un poco lejos de su amiga y luego de unos minutos volvió junto a ella.

¿Quién era?, pregunto con curiosidad la bella jovencita.

Krilin, mintió la rubia.

Si tienes que ir con él no hay problema amiga dijo la pelinegra.

No, como crees lo veré más tarde, respondió la rubia con una sonrisa, continuando su andar junto a su amiga.

Horas después:

En un restaurante un par de jóvenes platicaban mientras degustaban sabrosos platillos.

Si mi novio se entera que me hablo con alguien del gimnasio rival, se molestara conmigo, dijo la rubia con preocupación.

No tiene por qué enojarse contigo, no tiene nada de malo que seas mi amiga y que me quieras ayudar a acercarme a Milk, respondió el joven cabello de flama.

Si tienes razón, ¿Haber qué quieres hablar conmigo?, dijo la rubia.

Ya le falta poco ¿verdad?, respondió el joven de cabello de flama.

Si menos de un mes, en realidad en cualquier momento podría nacer el bebé, dijo la rubia.

¿Y ya tienen todo?, agregó el joven cabello de flama.

Si te refieres a todo, como la ropita y cuna del bebé, hemos comprado algo, pero no mucho, Milk quiere que el sexo del bebé sea una sorpresa por ello no se ha comprado mucho, dijo la rubia.

Toma, pronunció el joven entregándole un sobre con dinero a la rubia, al tiempo que añadía: Para lo que haga falta, dile que es de tu parte.

Eres un gran muchacho, cuando Milk, tenga a su bebe en brazos, ojala y quiera darse la oportunidad de tratarte, ella merece ser feliz, dijo la rubia.

Si ojala y algún día me permita acercarme a ella, yo solo viviría para hacerla feliz y compensarla por todo lo que ha sufrido, respondió el joven cabello de flama.

Departamento de Milk:

Te mueves mucho bebé, decía la pelinegra llevándose las manos al vientre para sentir las patadas y puñetes que el bebé lanzaba dentro de ella, al tiempo que agregaba mientras acariciaba su vientre: Serás muy fuerte. Ya falta tan poco para conocerte, si, pronto te conoceré mi bebe bello.

Alemania:

Una linda peli azul, se encontraba tomando la mano de un joven de cabello alborotado que yacía tendido en una fría cama de hospital.

Primito tienes que luchar, no puedes morir, yo no permitiré que te desconecten decía entre lágrimas la jovencita, derramando una lágrima sobre la mano del joven. Ante el contacto de la lágrima, el joven movió uno de sus dedos, la joven al ver la reacción, salió corriendo en busca del doctor.

Doctor, mi primo, mi primo movió uno de los dedos de la mano, pronunciaba la peli azul al llegar frente al médico, tomándole la mano para llevarlo consigo para que evalué al jovencito.

El médico lo evaluó, mientras la joven esperaba en los pasadizos. El doctor salió y la joven con ilusión le pregunto: ¿Está reaccionado?

Mire señorita, no podemos darle falsas esperanzas, lo que vio bien pudo ser una ilusión suya o un reflejo involuntario del joven, al examen no muestra mejoría sigue igual, creo que es momento que hable con su familia y tomen una decisión, pronunció el médico.

La decisión es que no lo desconecte, yo sé que mi primo va a levantarse en algún momento de esa cama, el siempre ha sido un luchador y esta batalla también la ganará, dijo la jovencita.

Está bien señorita, si así lo quiere, respondió el médico antes de retirarse.

2 semanas después: Departamento de Milk:

Dieciocho, pasa decía la pelinegra mientras le daba un fuerte abrazo a su amiga.

Y como está mi sobrinito consentido, pronunció la rubia acariciándole el vientre.

Se está portando muy bien, dijo la pelinegra.

Toma, agrego la rubia, entregándole las bolsas que llevaba en la mano.

Dieciocho, no tienes que seguir molestándote, ya me has comprado muchas cosas, decía la pelinegra.

Todo lo que necesite mi sobrino, lo tendrá por algo seré la madrina ¿no?, respondió la rubia.

Claro qué si amiga, dijo Milk.

Krilin te manda saludos, me dijo que espera estar disponible para el nacimiento de su sobrino, añadió Dieciocho.

Gracias a los dos se han portado tan bien conmigo, dijo la pelinegra.

No tienes que dar las gracias, tú eres mi mejor amiga, Krilín sabe ello, respondió la rubia, al tiempo que la pelinegra empezó a tomarse el vientre y cogerse de uno de los muebles de su departamento. ¿Qué te pasa amiga?, agregó preocupada Dieciocho.

Me duele mucho, dijo la jovencita tomándose el vientre.

¿Y tu padre?, añadió la rubia.

En la tienda, dijo adolorida la joven pelinegra.

Voy a llamar a tu padre, respondió la rubia.

Tras haberle marcado al padre de la pelinegra en más de cinco ocasiones, la rubia dijo en tono desesperado: No contesta y Krilin no está en la ciudad.

Me duele, mucho, pronunciaba la joven pelinegra tomándose el vientre, segundos después se  desmayo.

Dieciocho sin pensarlo llamó a su nuevo amigo, quien sin importarle los asuntos que estaba realizando partió lo más rápido que pudo al departamento de la jovencita, la tomo en brazos y junto a la rubia la llevaron al hospital, mientras la rubia intentaba comunicarse con el padre de su amiga.

1 hora después: en el hospital:

Una bella jovencita pelinegra abría pesadamente sus parparos y se encontró con una bata blanca en una cama de hospital, en una de sus manos vio una aguja, levanto sus ojos y vio que de un frasco de plástico pasaba lentamente a otro frasco más pequeño un líquido transparente que viaja a lo largo de la manguerita muy fina conectada a la aguja que estaba en su mano.

No te asustes niña, le dijo una de las enfermeras, haciendo una pausa para acotar con calidez: Estas entrando en labor de parto, pronto tendrás a tu bebé contigo.

SIEMPRE TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora