Una bella jovencita pelinegra se encontraba sentada en el borde de su cama con las manos cubriéndose el rostro, llorando amargamente su desilusión, en una modesta habitación de un departamento, mientras escuchaba en su laptop la música de uno de sus grupos favoritos de rock en ingles "Aerosmith". En la latop empezó a sonar la canción "Cryin". Gruesas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas y sus manos ahora se posaron en su pequeño y diminuto vientre.
¿Porqué jugaste conmigo?, ¿Por qué me usaste de esta forma?, decía la jovencita, limpiándose con toallitas de papel las lágrimas que no dejaban de caer por su bello rostro y terminaban empapando no solo su ropa, si no parte de las sábanas de su cama . Tú no tienes la culpa de nada, eres fruto del amor, al menos de mi amor. Te amaré y te protegeré siempre, agregó la jovencita acariciándose su pequeño e imperceptible vientre al tiempo que la música inundaba su habitación parecía aumentar aún más su dolor.
¿Por qué te tuve que conocer? ¿Por qué tuve que asistir a esa fiesta?, pronunció la jovencita con amargura a pesar de su temblorosa voz, mientras recordaba el momento en que conoció al padre de su futuro hijo.
-.Tiempo atrás.-
Vamos anímate, desde que te conozco no asistes a ninguna fiesta, nunca asististe a las fiestas de de los compañeros de aula de la escuela y ahora que estamos en preparatoria menos, además es mi cumpleaños y se supone que eres mi amiga, mi mejor amiga, ¿no?, decía con una sonrisa una bella rubia.
Por supuesto que soy tu amiga, pero a mi padre no le gusta que asista a fiestas y menos que salga cuando él se va de viaje, respondía la bella jovencita pelinegra.
Pero Milk, tu padre no tiene porqué enterarse además mi novio va a traer algunos amigos luchadores famosos y súper atractivos y quién sabe y allí encuentras a tú príncipe azul, agregó guiñándole un ojo la rubia.
No lo sé Dieciocho, ya te dije que no me gusta mentirle a mi padre, pronunció Milk.
Entonces yo le pido permiso a tu padre para que el fin de semana te quedes en mi casa, dijo la rubia, haciendo una pausa para acotar con calma: ¿Cuál es el número de tu padre?
Pero Dieciocho, respondió la pelinegra.
¡Dámelo amiga¡, confía en mí , dijo la rubia con una sonrisa, mientras la pelinegra le mostraba el número de teléfono de su padre que tenía registrado en el celular. La rubia marco él número y después de una conversación con el padre de su amiga la rubia colgó mientras le mostraba una gran sonrisa en su rostro.
Pero no le dijiste que me quedaría en tu casa por tu fiesta sino porque haríamos un trabajo grupal, pronunció con preocupación la pelinegra.
Bueno Milk, la idea era que te de permiso ¿no?, ya conseguí el permiso, ahora puedes asistir a mi fiesta amiga, dijo feliz la rubia, mientras Milk, solo miraba con resignación a su amiga.
El día de la fiesta:
¿Qué tal me veo amiga?, decía la rubia mientras daba vueltas con un hermoso vestido turquesa.
Te ves hermosa, respondió la pelinegra.
Toma este es para ti, pronunció la rubia entregándole un hermoso vestido color coral a la pelinegra.
No amiga, yo con esto estoy bien, decía la Milk que llevaba un modesto vestido color rojo.
Amiga tu vestido es lindo pero muy sencillo, ponte este no me desprecies, respondió la rubia.
Pero Dieci..., decía la pelinegra.
Milk, pronuncio la rubia.
Esta bien, ¡gracias! dijo la pelinegra cediendo ante la petición de su amiga.
La jovencita se coloco el vestido, el cual hacía resaltar su esbelta figura, haciéndola ver aún más bella de lo que ya era.
Te ves hermosa amiga, pronunció la rubia tras ver a su amiga ya puesto el vestido. A más de uno tendrás a tus pies en mi fiesta, agregó riendo la bella rubia.
Horas más tarde: "Jardín de la casa de Dieciocho"
Felicidades preciosa, decía un joven calvo que le entregaba su obsequio a su novia y le daba un apasionado beso que era visto por una sonrojada pelinegra que prefirió girar su rostro para no seguir viendo las demostraciones de afecto de su amiga y novio.
Cariño, pronunció la rubia una vez que se separo del calvo, haciendo una pausa para acotar: Te presento a mi mejor amiga Milk Ox.
Mucho gusto Milk, eres muy bella, dijo el calvo dándole un beso en la mejilla.
Si vuelves a decir eso cariño me arrepentiré de haberla invitado, pronunció riendo la rubia.
No hermosa, solo digo la verdad, pero tú sabes que la dueña de mi corazón eres tú, dijo el calvo volviéndola a besar a la rubia.
¿Y tus amigos?, añadió la rubia cuando se separaron.
Se quedaron por allí dando algunos autógrafos a algunas fans, ya sabes que muchos de ellos son muy famosos, respondió riendo el calvo.
Claro amor, pero luego me los presentas a mí y a mi amiga, dijo la rubia.
Por supuesto que sí preciosa ellos estarán encantados de conocerlas, sobre todo a tu amiguita que se encuentra sola ¿verdad?, pronunció el calvo.
Si querido Milk, nunca ha tenido novio, ni nada que se le parezca, pero estoy segura que esta noche encontrara a su príncipe azul, respondió la rubia.
Qué raro, porque es muy bella, pero ya verás que en cuanto mis amigos la conozcan no la dejaran ni respirar, dijo riendo el calvo, al tiempo que la pelinegra se alejaba de ellos.
Luego de algunos minutos la bella pelinegra se encontraba en medio de los jardines de la casa de su amiga, un tanto alejada del bullicio de la música, mirando entre los rosales, sin percatarse que a lo lejos un apuesto joven de cabello negro alborotado no dejaba de mirarla.
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SIEMPRE TU
Roman d'amourMilk Ox una bella joven a tenido una mala experiencia con su primer amor, dejándola destrozada y sin ganas de volver amar, cierto día conoce a un joven que le devolverá la ilusión de volver a creer en el amor, pero el destino se encargara de volver...