5. "Dañado, cicatrizado y recompuesto"

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Eché a correr en dirección contraria a ellos en busca de algún lugar abierto, donde hubiese gente, mas a la hora de comer era difícil que hubiese algún alma rondando por las calles.
Lo mejor en este tipo de situaciones era toparse con un callejón sin salida, que fue justo lo que me pasó.

- ¿Por qué huyes, gallina? - vaciló uno -. ¿No tienes huevos?

Se suponía que debía reírme porque los demás lo hicieron y se chocaron los cinco entre ellos.

- Pensé que era mariquita... - contradije.

- También eres un burro porque no haces más que menear el rabo.

Volvieron a reírse en grupo. Yo desvié ma mirada hacia arriba suspirando por estar mentalmente agotado después de este par de chistes "descojonantes".

- Bueno, tengo que hacer la colada y ducharme antes de ir a follarme a alguien así que si sois tan amables de dejarme ir... Gracias.

Me dirigí al hueco que había entre ellos pero éste fue bloqueado al momento y yo retrocedí.

- ¿Ya te vas? Venga, chicos, entretenedlo un rato.

Fueron acercándose de dos en dos y yo me pegué a la pared. No había salida en aquella situación.

- Perdonen, disculpen... - alguien fue abriéndose paso entre los acosadores -. Dejen pasar, por favor...

¿Greg? ¿Qué hacía él aquí?

Me sorprendí mucho por su aparición pero me limité a observar lo que ocurría.

- Vaya, parece que aquí no hay salida - dijo mirando en mi dirección -. ¿Sabéis como se llega al otro lado del edificio?

- Dando la vuelta. Lárgate - soltó descortésmente el líder -. Estorbas.

- ¿Y si me pongo aquí? - dio un paso a su derecha.

- Vete.

- Pero he quedado con un compañero de clase y aun no ha venido.

En ese momento, dos de los chicos cayeron al suelo tras haber sonado un golpe hueco contra sus cabezas.

- Ya estoy aquí.

Elmer llevaba un barrote enorme entre las manos que dejaba apoyar sobre su hombro después del golpe.
En cuanto el grupo lo vio, tardaron en reaccionar a lo que acababa de suceder. Esos tres segundos fueron suficientes para que Elmer volviera a pegar a alguien y entonces fue cuando los demás también empuñaron sus armas.
Greg recogió el bate de uno de los caídos y me dijo que me fuera, que ellos se encargarían de distraerlos.
Elmer le metía golpes a quien se le acercase y no tenía piedad alguna, pero técnica tampoco; parecía una atracción de feria dando vueltas con el barrote.
Greg volvió a insistir en que me fuera y no tardé en largarme cuando divisé al líder de ese grupillo señalándome con el índice. Salí corriendo por los callejones sin mirar hacia atrás hasta que me quedé sin aliento y me senté detrás de un contenedor de basura. Comprobé que nadie me siguiese y vi como los acosadores pasaban de largo preguntándose dónde me había metido. Al verlos irse, suspiré y estuve dispuesto a levantarme cuando alguien me cerró la boca y me volvió a sentar en el suelo.

- Aun no - dijo.

Era Elmer. Tenía una marca de un golpe fuerte sobre la mejilla izquierda y varias más sobre los brazos. Asentí y me soltó permaneciendo sentado junto a mí tras aquel contenedor pestilente.
Ninguno de los dos nos movimos sino que, por el contrario, tras volver a comprobar que no estaban, nos acomodamos contra la pared.

- Esperemos un rato - murmuró.

El callejón estaba bastante oscuro a pesar de ser de día. Los edificios que nos envolvían eran muy antiguos, hechos de un material ya prácticamente descompuesto, y el suelo parecía ser el cajón de arena de todos los animales de la ciudad.
Mantuvimos un breve silencio hasta que yo lo rompí.

6eis meses (SR #2) [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora