Era la mitad de la semana, nadie quería ir al colegio pero no podían faltar a clases. Miles guardo sus cuadernos y libros en su mochila y la colgó en su hombro, bostezó y salió de su habitación, agarró una pera y la llevó a boca odio el colegio, odio los maestros, odio las clases. Salió de su casa y se subió a la moto, pensaba que tal vez recibiendo aire se le quitaría el sueño, pero no fue así, llegó y se fue directo al aula, se recostó en el pupitre y se quedó dormido hasta que una dulce voz le decía que se despertara.
- Despierta dormilón.
- Mmhmm.
- Alec, cariño tienes que despertarte.
- No quiero.
- Pareces un bebe. - El levantó la cabeza de su pupitre.
- No es cierto.
- Oh créeme que si. - Dijo Stacy.
Las horas de clases fueron rápidas, el día estaba enormemente aburrido, Alec se despidió de Stacy y de sus amigos, llegó a su apartamento, se quitó la camisa y fue a su habitación, estaba con mucho sueño, cerró los ojos y de ahí, todo se convirtió en oscuridad.
Ya al despertarse salió de su habitación y fue a la cocina para servirse un vaso con jugo de naranja, al entrar se encontró con su hermana y Alex besándose, tapó sus ojos.
- ¡Dios! Mis ojos. - Gritó llamando la atención de ellos.
- No exageres, como que si tu no haz besado a Stacy.
- Si, pero no en donde vives. - Respondió. - Además.... ¿Porque están en mi apartamento? ¿Que les costaba besuquearse ahí o en la casa de Alex?
- Bueno, yo llegué aquí, te llamé y tu no respondías, así que asumí que estabas dormido, use mi llave y entre, después Alex llegó, entonces estuvimos hablando y nos besamos, en eso tu entraste. - Los miró a ambos.
- De acuerdo... ¿Y a que vinieron? - Abrió el refrigerador y sacó el jugo por el que se había levantado.
- Yo venia a pasar tiempo con mi hermano. - Cheyenne se sirvió jugo también, Alec la quedó viendo. - ¿Que?
- Es mi jugo.
- ¿Y? No me importa, yo quiero jugo.
- No toques mis cosas. - Parecían niños pequeños peleando por un jugo, Alex disfrutaba ver esa escena, las peleas entre ellos siempre eran graciosas de observar.
- Alec, no seas así, dame jugo. - Alec alejó mas el jugo, aprovechaba que era mucho más alto que ella.
- Es que no te voy a dar, me costó mucho. - Hizo un puchero.
- Alec esos jugos cuestan solo 20 $ - Este abrió enormemente la boca y se llevó una mano al pecho.
- ¡No mientas! lo compré en Walmart. - Ella rodó los ojos.
- Eres un idiota. - Gruñó enojada.
- Es un halago, gracias. - Sonrió. Ella se alejó pero Alec no la dejó y la agarró del brazo. - Toma.
- Ya no quiero.
- ¿Segura? - Movió de un lado al otro el jugo, subía y bajaba las cejas de forma divertida. - Yo se que quieres.
- Te odio. - Gruñó y tomó el jugo, estaba delicioso, era el favorito de los dos desde pequeño, por eso cuando su niñera les compraba, terminaban peleando.
- Yo se que me amas. - La abrazó y dió un beso en la mejilla de su hermana. - ¿Y tu a que venías? - Le preguntó a Alex.
- Quería preguntarte algo sobre Stacy.
*****Stacy se despertó de la gran dormida que se había dado al llegar de su colegio, al mirar, no estaba en su habitación, estaba en la de su padre, algo que se le hizo raro ya que ella al dormirse no fue ahí, se levantó y salió para buscar a su padre, al encontrarlo, este se situaba en el patio trasero llorando, preocupada, Stacy se sentó a su lado y se le quedó viendo con el ceño fruncido.
- ¿Estas bien, padre? - El no respondía. - ¿Padre?
- Yo tengo que decirte algo hija.
- ¿El que? - Preguntó con curiosidad Stacy.
- ¿Sabes de que murió tu madre? - Asintió. - Esa enfermedad provocó su muerte, hija y... - Empezó a llorar.
- ¿Y que? - Lágrimas se aproximaban de sus ojos.
- Lamento....decirte que. - Respiró profundamente. - Tu tienes esa enfermedad.
Stacy no sabía que hacer o que decir, era como que su mente se apago, no había nada, comenzó a llorar fuertemente, ahora su cerebro se había convertido en una máquina de tiempo, la trasladaba de un momento a otro, la primera vez que caminaba, que reía, que comía, que abrazaba a su padre, la vez que su padre le contó de su madre, todo eso se acumulaba. Ella no podía respirar, era un dolor muy fuerte en su pecho, un nudo en la garganta, sintió unos brazos que la rodeaban.
- Lo siento Stacy, lo siento. - Repetía una y otra vez al oído de ella. - Su padre no tenía la culpa de eso, quería decírselo pero lo único que Stacy hacia era llorar, sabia las consecuencias que traía tener esa enfermedad, una de ellas, mejor dicho la peor de todas, era morir, y ella no quería morir. ¿Que haría sin su padre? ¿Sin sus amigos? ¿Sin Alec?
- Puedes combatirla, Hija, me di cuenta a tiempo, podemos ir al hospital mañana... ¿Te parece?
- No.. -Lloró.. - No es así.. - Sorbio su nariz. - Mamá murió, ¿Porque no lo haría yo? - Preguntó con sus ojos llenos de lágrimas.
- Porque cuando se enteró fue muy tarde, en cambio tu estas joven.
Aunque su padre decía esas cosas, ella no podía creerlo, la primera vez que su padre le dijo de la muerte de su madre ella investigó sobre esa enfermedad y en muchos sitios decía que no había cura, al darse cuenta rogó nunca tener eso, pero no fue como quería, ahora la tenía.
- No es cierto padre, eso no tiene cura. - Lloró aun mas de lo que ya hacia.
- Hija...
- Quiero estar sola.
- Hija, Tienes...
- ¡QUIERO ESTAR SOLA! - Gritó haciendo que su voz se entrecortara. Su padre asintió y se fue dejándola en la habitación.
Nadie quiere morir, todos le temen a eso ¿Como no? Dejas de ver a las personas que quieres, dejas de pasar bonitos momentos, dejas de sonreír, dejas de reír, dejas de hablar, dejas de llorar, dejas de amar, dejas ir a tus lugares favoritos, dejas de existir.
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No Te Enamores De Mi.
RomanceMuchas veces el amor te hace decidir cosas difíciles, te hace hacer sacrificios que probablemente toda tu vida lo recordarás.