Era sábado, Stacy estaba en una videollamada con sus tres mejores amigos en Alemania.
- ¿Como van las cosas por allá? - Preguntó Engel, uno de sus amigos.
- Maso menos, no los tengo a ustedes. - Respondió hablando Alemán, sus amigos no hablaban otro idioma.
- Oh nena, te extrañamos demasiado. - Dijeron Mario, Engel y Julianne.
- Y yo a ustedes. - Comenzó a llorar. - Nada es igual, los quiero ver. - Sollozó.
- Tal vez vamos un día. - Julianne sonrió.
- Eso me encantaría mis Mejs.[1]
- También a nosotros. ¿Haz hablado con Eugine?
- No, desde nuestra separación, no he sabido nada de el.
- Te extraña, pero, como que tiene algo con una chica. - Si hubiese escuchado eso antes, de seguro le hubiera dolido, pero no ahora, ahora que estaba con Alec.
- Me alegra mucho, yo le dije que se enamorará de otra chica. Además yo no se, como que me gusta un chico. - Sus amigos abrieron la boca de sorpresa.
- Cuéntanos. - Dijeron al unísono los tres.
- Pues se llama Alec, Lo conocí en el colegio, es muy amable, guapo.
- ¿COMOOOOOOO?¿CUANDO DEMONIOS NOS IBAS A HABLAR DE EL? - Todos estaban gritando.
- No griten, me dejarán sorda.
- Hija, es hora de dormir. - Dijo su padre tras la puerta.
- Chicos me tengo que dormir. Los amo.
- Y nosotros a tí. - Cerró la computadora y se acomodó para dormir. Abrazó a su pequeño gatito y se dejó llevar por el sueño.
****
El único pensamiento que tenia era Stacy, habían pasado la noche juntos, se habían besado nuevamente, esa chica tenía algo que lo traía loco, siempre que estaba con ella se sentía feliz, no había poder humano que le quitara esa felicidad.
- Realmente, felicidades hermano, estamos muy felices por ti. - Dijo Marco.
- Gracias chicos, se los agradezco mucho. - Les había contado que estaba enamorándose de Stacy.
- Es hora de irnos, no queremos que te pases de copas y hagas una idiotez. - Este asintió.
Domingo fue un día aburrido, no tenía nada que hacer, sus amigos estaban ocupados, su hermana estaba con Alex, Stacy estaba con su padre, no tenía a nadie. La única opción que tenía era dormir, cuando se estaba acomodando una llamada hizo que no siguiera.
- Aló. - Contestó sin fijarse en quien era.
- Alec, ven para nuestra casa, tenemos que hablar contigo. - ¿Como esa mujer se podía atrever a hablarle, cuando fue tan mala con su hermana y con el? Y sobretodo ¿Como tenía su número si lo había cambiado?
- ¿Para que quieres hablar conmigo? ¿Para volver a tratarme como mierda? Pues, te digo algo, no iré con ustedes, creen que después de ser unos padres de mierda yo haría que no paso nada, estan muy equivocados. - Su respiración estaba agitada, la vena de su cuello se marcaba por lo enojado que estaba.
- ¿Terminaste de pelear? Desde pequeño eres un impulsivo. - Miró sus uñas con desinterés de lo que su hijo decía.
- Vete al carajo.
- ¿Así le hablas a tu madre?
- Yo no tengo madre. - Apretó el celular con mucha fuerza. - No quiero hablar con usted, Señora. Adiós. - Colgó la llamada y empezó a pegarle a pared, provocando un orificio, pero no le importaba, siguió pegando a pesar que en sus nudillos salían sangre y tenían varias heridas. Unos pequeños brazos abrazaron su cuerpo, tardó unos segundos y se dió vuelta, encontrándose con el rostro de su hermana menor.
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No Te Enamores De Mi.
RomansaMuchas veces el amor te hace decidir cosas difíciles, te hace hacer sacrificios que probablemente toda tu vida lo recordarás.