Capítulo 3 Padres Malos, Visita Inesperada

95 11 0
                                    

Dos meses pasaron, Alec aún intrigado por esos ojos azul verdoso, como el cobarde que es nunca habló con Stacy, se acercaba y sus palabras no salían, era insoportable, no se controlaba por si mismo. Hoy sus padres vendrían a Los Ángeles, ellos invitaron a sus hijos a la casa, Alec y Cheyenne lo tomaron de sorpresa, era raro, ¿Porque ahora de pronto los querían cerca?

Alec se alistó y fue a la casa de su hermana, llegarían juntos. Durante el camino hablaron, y recordaron unas que otras locuras que hacían.

- I wish that i can wake up with amnesia, and forget about the stupid little things. - Cheyenne cantaba a todo pulmón la canción que sintoniza la radio en el auto. - ....The pictures that you send me still living in my phone.....¡Oye! ¿Porque quitas la canción? - Ella le dió una mirada oscura.

- Porque si. Lastimas mi oído. - Alec rió en broma.

- Eres un capullo. ¡Oh Dios amo esa canción! I can't feel my face when i with you, but i love it, but i love it. - Así pasó el viaje, su hermana cantando las canciones, no podía creer que se las supiera todas.

Entraron a la gran casa, a los hermanos Makena nunca les gustó ese lugar, no se le podía catalogar como hogar ¿Porque se le diría así? Un hogar es llamado cuando hay una familia, y eso no existía.

- ¿Lista? - Preguntó Alec.

- No, pero no tengo otra opción, solo quiero largarme. - El concordaba con Cheyenne.

Su madre y padre les señalaron el sofá, se sentaron. Ambos querían que fuese lo que les tenían que decir fuera rápido, no soportaban tener a esas personas cerca.

- Hola chicos. - Amelia no podía hacer una sonrisa más falsa, al igual que Alfonso.

- Hola. - Saludaron al unísono.

- ¿Como están?

- ¡Vaya! ¿Ahora les preocupa como estamos? Que gran padres son. - Ironizó Alec.

- Como siempre de malcriado tu Alec. - Este rió burlonamente.

- Será por como me criaron, madre. - Decir esa palabra le dieron ganas de vomitar. Amelia quería golpearle muy fuerte pero no podía hacerlo, la demandarían.

- No le hables así a tu madre, Alec.

- Pero tu si que no hablabas como se te pegaba la maldita gana verdad, señor. - Defendió Cheyenne.

- Tu cállate, niña. - Gritó Alfonso.

- ¡No le vuelvas a gritar! - Espetó furioso Alec.

- ¿O que?

- Te golpearé, me valdra mierda si eres mi padre, eres, son. - Se corrigió. - Despreciables, y no les digo humanos, porque no se les puede decir eso a bestias como ustedes. - Se levantó. - Vámonos Cheyn. - Agarró su mano y caminaron a la salida.

- Son mis peores errores que he cometido. - Aunque Alec quisiera fingir no tomarle importancia a esas palabras de Amelia, no pudo, esa mujer era su madre, desgraciadamente, pero dolían.

Iba a decir algo, pero se mantuvo callado. Ayudó a su hermana y luego se metió al auto.

- Ac, ¿Porque nos odian? - Los ojitos marrones brotaban lágrimas de dolor, el detestaba ver su pequeña hermana, aunque eran mellizos, Alec era mayor, por eso era sobreprotector, si un chico la lastimaba el iba a romperme todos los huesos por hacer sufrir a su Cheyn, pero verla llorar por sus propios padres, era peor.

No Te Enamores De Mi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora