Regresando de la muerte // Carl Grimes.

Capitulo 23. Sorpresa.

Me desperté sobresaltado ya que escuché unos disparos, Danielle se despertó cuando yo di un pequeño salto de la cama, enseguida busqué mi ropa y me la coloqué, observé el reloj y divisé que eran las 7 de la noche, ella me observaba confusa. Mientras me colgaba mis armas la castaña habló

-¿Qué pasa?

-Voy a investigar, quédate aquí.

Salí por la puerta y bajé al piso inferior, donde estaba Carol cargando unas pistolas, la observé por unos momentos y ella se percató de mi presencia.

-La horda llegó. –Dijo. –Deberías ir a hablar con Logan, ya llegó.

Asentí y salí corriendo de la casa, la gente estaba fuera, observando los muros. Un olor nauseabundo llegaba a mis fosas nasales, los muertos estaban amontonados al otro lado de los muros y su olor embriagaba a la ciudad. Corrí a la casa de Kate y Logan y toqué la puerta, pero no había nadie, por suerte logré ver gente amontonada en la reja principal, por donde solemos salir a hacer nuestros labores. Logré ver la cabellera de Kate y me dirigí donde toda la gente estaba. Al acercarme logré escuchar a alguien hablando.

-Tenemos que mantenernos en silencio, de noche todas las luces se quedarán apagadas. –Hablaba Logan.

Toqué el hombro de Kate y ella se dio vuelta.

-Hola, Carl. –Dijo observándome, para luego volver la vista a Logan. –Trajo unas cuantas personas. –Dijo.- La mujer que te mencioné, Michonne, junto al resto está en casa de Evangelina.

Asentí y me di la vuelta, quería ver a Mich. Corrí lo más rápido que pude, en el camino logré observar que la gente tenía bastante miedo, algunos se tapaban la nariz, otros simplemente lloraban del terror. Al llegar a la casa de Evangelina, no vi a nadie fuera así que me decidí por entrar.

-Ya vivimos esto, sé cómo manejarlo.-Dijo un hombre, que me pareció bastante familiar.

-No, no sabes cómo manejarlo. Acabamos con todos los caminantes porque entraron todos a la ciudad, pero solo por eso. –Aclaró la voz que me parecía era de Michonne.

Me adentré un poco más, sin que me vieran.

-Entonces, ¿Cuál es el plan? –Dijo Evangelina.

-Esperemos a que la horda pase, al ver que no tienen una presa dentro, se aburrirán y se irán. –Dijo otra voz de una mujer.

Me adentré.

-Creo que deberíamos hacer eso. – Dije, al observar a las personas una sonrisa se dibujó en mi rostro.

-¿Carl? –Dijo mi papá que tenía a Judith en brazos.

Michonne me sonrió y Maggie se llevó las manos a la boca, para luego abrazar a Beth. Corrí a abrazar a papá.

-El mismo. –Dije egocéntrico. - ¿Vamos a esperar a que pasen de largo? –Me acerqué para tomar a Judith en brazos, papá me la entregó.

-Sí. Eso haremos. –Dijo Evangelina. –Maggie, te necesito conmigo en todo momento, sé cómo fuiste con Deanna, Carl me habló muy bien de ti. –Me sonrió.

-Hablando de Deanna. –Dijo papá con su voz ronca buscando algo en su bolsillo trasero. –Tengo una carta, de parte de ella. –Se la entregó.

-Carl, muéstrales donde es su casa. Vivirán contigo. –Aclaró.

Asentí y me di media vuelta, comenzando a caminar hacia mi casa, Maggie se acercó a mí.

-¿Danielle está bien? –Preguntó con preocupación.