Capitulo 11. Un casquillo.

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 De repente tras un largo descanso me encuentro vagando con mi grupo hacía no sé dónde. Ya es mediodía y estamos muy cansados, pero vamos a continuar, mi padre no descansará hasta ponernos a salvo, lo tengo muy en cuenta. Durante el camino no tuvimos muchos problemas con los caminantes, hoy fue un día tranquilo, quizá habremos visto y matado 20 caminantes en total, puede que apenas y unos más o unos menos, perdí la cuenta.

-Debemos adentrarnos en el bosque. Será más fácil llegar por ahí.- Dicho eso, todos lo seguimos al bosque.

El inconfundible olor a pino embriaga mis fosas nasales, algo que verdaderamente me gusta del bosque. En un momento nos detenemos y mi padre da la orden de descansar y comer algo, gracias a dios mis pies me estaban matando. Carol sacó algunas latas de comida, suficientes como para que cada uno tenga la suya mientras Daryl intentaba hacer una fogata, luego de que este logrará encender el fuego todos nos dispusimos a calentar las latas para comer su contenido. Siento que alguien se sienta a mi lado y puedo ver el rostro moreno de mi amiga Michonne.

-Hola niño sheriff. –Ríe la morena.

-Hola mujer del sheriff. –Largo una carcajada y puedo notar como la cara de Michonne se torna roja como un tomate.- ¿Cómo estás?.

-Bien, cansada, como todos. –Mira a los demás.- Espero que lleguemos pronto a esa "comunidad" –Resalta las comillas con los dedos.- Ruego porque sea como Alexandría y no sea una trampa como Terminus. –Suspira y me hace fruncir el ceño.

-Somos más fuertes ahora. Si es una trampa podremos acabar con ellos y si es como Alexandría podemos protegerlo. Es simple.

-Vaya, niño. Me sorprendes cada vez más. –Me da una sonrisa con su gigantesca dentadura. La sonrisa de Michonne hace que mis malos ratos pasen.

No dijimos más nada puesto que Michonne se fue a sentar junto a mi padre y yo me quedé solo. Terminé mi comida mientras todos seguían comiendo. ¿Por qué tardarán tanto en comer? Me puse de pie y salí a caminar un poco sin que mi padre se diera cuenta dado que si lo hace posiblemente me obligue a quedarme con los demás. Ya estoy lo suficientemente lejos como para dejar de escucharlos pero poder verlos. Pero pierdo mi atención en ellos cuando escucho unas pisadas torpes. Era un caminante, o muchos de ellos. Un muerto putrefacto se acerca a mí a paso lento, como todos los muertos rebeldes que deciden no morirse por completo, detrás de él otro y así consecutivamente hasta llegar a superar las diez unidades del pack de muertos vivientes. Solté un leve "mierda" acto seguido que tomaba mi cuchillo y se lo enterraba a uno de los caminantes entre los ojos, para luego retirarlo y continuar con el siguiente. Ya me estaba cansando y todavía quedaban cuatro o cinco caminantes. La cabeza de uno de los caminantes se abre y puedo divisar el filo de una katana, luego el arma es retirada de la cabeza para clavarse con otra y luego decapitar a un caminante más.

-No debiste salir a caminar solo. –Suspira Michonne todavía en guardia.

-No soy un niño pequeño. –Me acerco rápidamente a uno de los caminantes restantes y lo remato al mismo tiempo que Michonne remata al último. –Podía solo.- Dije mientras intentaba controlar mi respiración que era muy irregular.

-Estás muy cansado. No deberías usar tus energías para esto. Guárdalas para el camino. –Se da media vuelta y vuelve con el grupo, acción que yo imito.

Volvimos al camino para continuar con la caminata. La cual era una tortura para mí dado que el sol a pesar de ser invierno está muy fuerte, haciéndome transpirar y el ambiente es muy frío. Por esto podría pescar un grave resfriado y sinceramente en estas circunstancias no me agrada esa idea. El ambiente está muy tranquilo, no hay ningún caminante a la vista dado que estamos en una carretera que está rodeada por un bosque y no podemos ver nada a sus costados, exceptuando árboles.

Regresando de la muerte // Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora