Valentina:
Creo que nunca terminas de conocer a las personas pues las personas cambian constantemente tanto de humor como de pensamiento, las personas nunca tenemos un pensamiento totalmente concreto sobre algo o alguien.
Las personas somos una de las cosas más complejas sobre la tierra, algo que cuando conoces a alguien como Ian Thompson no queda duda de que es totalmente cierto.
***
Una gran facultad se alza ante mis ojos, me adentro con paso lento y seguro. Me dirijo hacia la cafetería sin titubear, conozco este sitio perfectamente. Al llegar a la cafetería recibo varias miradas perversas del sexo masculino no soy estúpida sé perfectamente que soy guapa pero tampoco soy tonta y sé exactamente lo que quieren.
Visualizo una melena rubia y sé inmediatamente que pertenece a mi loca amiga Natasha, camino hasta ella sintiendo las miradas perversas que se clavan en mi nuca o más bien en mi trasero y mi sorpresa es grande cuando me fijo que mi amiga no está sola, los gemelos Saintgnue la acompañan. No se si sentirme nerviosa o feliz de que esté aquí, ya no queda nada de la seguridad con la que llegue aquí pero cuando recibo una sonrisa deslumbrante de parte de los gemelos me siento mejor y avanzó hasta sentarme justamente al frente de ellos y al no saber qué hacer ni qué decir miró a Natasha en busca de ayuda.
Mason separa los labios para hablar pero una voz grave lo interrumpe y, sin siquiera levantar la mirada se de quien se trata, finjo estar ocupada en mi móvil y rezo en silencio porque no me note pero todo eso se va a la mierda cuando fija su penetrante mirada en mi. No lo veo, pero lo siento lo cual es peor.
-Buenas tardes, damas, caballeros y...-hizo una pausa para observarme con una mueca que no supe descifrar pero se exactamente que oscilaba entre entre el asco y la indiferencia.
-....Tu.- Finalizó, sentándose justamente delante de mí, clavando sus ojos que se convirtieron en mi perdición desde el momento que atravesó aquellas puertas del Starbucks.
No me gustaba como me hacía sentir este chico, lograba sacarme de mis casillas tan fácilmente sin siquiera intentarlo.
Odiaba cuando que me escudriñaba con la mirada, me hacía sentir más tímida y insegura de lo normal. La atracción entre ambos era palpable era como si sus ojos enviará electricidad estática directamente hasta mi columna vertebral, Tengo la sensación de que Ian Thompson me mira como un asesino que se enamora de su presa, aparte la mirada cuando sus labios se curvaron en una sonrisa lobuna. Odiaba el cinismo y la arrogancia que destilaba de su cuerpo.
-Y...Valentina ¿no? ¿que estas haciendo aquí, es decir, por que venir a arruinar nuestro perfecto día?-Levanté la vista de mi móvil para darle una mirada completamente indignada y me odie por hacer que sus palabras lograran su cometido. Sentí vergüenza. Y aunque no lo admitiría nunca sus palabras perforaron en lo profundo de mi pecho casi asfixiándome.
-De hecho vino porque yo se lo pedí, hijo de puta.- Replicó Natasha furiosa tratando de defenderme.
Ian me miró y a pesar de que sus palabras tenían cierto tono de burla sus ojos estaban serios y fríos como un iceberg, aparte la mirada. No quiero ver el desprecio en su mirada.
-Ok, creo que deberíamos irnos.-dijo Masón soltando una risita nerviosa que carecía de humor.-¿No lo crees Jason?
-Claro, de hecho es muy tarde y hay mucha...mucha ta-tarea si...eso.- Dijo Jason tratando de ocultar su nerviosismo sin éxito.- Sentimos tener que dejarlos solos, pero mama nos llamo y tenemos que ir a hacer los ¿deberes?
Los gemelos huyeron de la escena tan rápido que ni siquiera nos dio tiempo a responder. Los entendía.
La siguiente en levantarse de la mesa fui yo, no quería seguir aguantando las miradas de desprecio de Ian. Mire a Natasha fijamente para que se levantara, amaba nuestra forma de comunicación era increíble como con una miraba desciframos los pensamientos de la otra, Natasha asintió en mi dirección pero no se levantó, sin embargo, fulmino a Ian con la mirada.
-No. Ian nos llevara a casa.- Una sonrisa sarcástica se instaló en sus labios y tomando las llaves que yacían sobre la mesa, se dirigió a la salida riendo mientras Ian se levantaba totalmente cabreado pero no me moví. No podía, mis pies eran como cemento pegados al piso, estábamos solos y los nervios eran como una víbora que apretaba mi garganta y no me dejaba respirar.
Joder.
Empece a caminar hacia el estacionamiento no sin antes ver como Ian rodaba los ojos ante mi bloqueo, el ya estaba unos pasos adelante y estaba totalmente cabreado. La idea casi me hace reír.
Casi.
Dejando a un Ian cabreado detrás empece a caminar hacia el aparcamiento cuando una idea me golpeó. No tengo ni puta idea de cual es el auto de Ian, me detuve abruptamente haciendo que chocara bruscamente contra mi espalda, el impacto casi me hace caer pero él fue lo suficientemente rápido y sus brazos se envolvieron en mi cintura apretándome contra él evitando que cayera contra el asfalto. Mire en el momento justo para ver cómo sus labios se curvaban ligeramente casi imperceptible. Pero lo vi.
Una carcajada salió de mis labios al ver la cara de cabreo que llevaba Ian.
-¿Que coño te pasa?- Rodé los ojos ante su tono borde. Pero una sonrisa tímida se dibujó en mis labios, de pronto la seguridad me abandonó y me sentí desarmada.
-Bueno... No se donde esta tu auto así que...- Replique.
De repente sus labios se curvaron en una sonrisa lobuna, se acercó lentamente hacia mi como un asesino a su presa. Mi corazón se acelero y temí que Ian lo pudiese escuchar, siguió avanzando hasta mi arrastrando sus botas aún con esa sonrisa suya. Era incapaz de retroceder, mis piernas no cedían y sentí que en cualquier momento iba a caer. Estaba tan cerca que nuestros alientos se mezclaban, mi respiración era acelerada y me perdí a mi misma en su mirada, nuestros labios se rozaban y estábamos a un suspiro de distancia. Inevitablemente mis ojos se dirigieron a sus labios pero luego dándome cuenta de mi error volví mi mirada a sus ojos. No me miraba. miraba mis labios, un fuego abrazador se instaló allí donde miraba, mis manos estaban inertes a ambos lados de mi cuerpo. Picaban por tocarle pero sabía perfectamente que no sería capaz, se acerco aun mas si era posible y mis ojos se cerraron esperando...¿Esperando que?.
-Pues eres muy tonta porque estamos justo enfrente de el.- Susurro
Hijo.De.Su.Puta.Madre.
De repente los acontecimientos de la noche pasada llegaron en una oleada ahogándome, incapaz de devolverle la mirada a Ian empecé a caminar hasta el auto, me subí y cerré la puerta del asiento trasero escuchando las carcajadas de Ian. Mis mejillas se sonrojaron y mis ojos se estaban llenando de lágrimas, pero no me permití llorar , aleje las lagrimas lo mas rápido que pude y miré por la ventanilla cuando el se subió al auto. Odiaba esto solo quería irme a casa...
El auto empezó a moverse e Ian y Natasha inmediatamente se enfrascaron en una conversación en la que fui incapaz de participar, debes en cuando sentía la mirada de Ian en mi. Pero no podía verle, mi plan desde ahora era evitarle todo lo que podía, sus palabras quemaban como fuego dentro de mi y no podía permitir esto. Me sentía humillada y cansada así que apoyé la frente contra la ventanilla y cerré los ojos cuando ''Scars'' de James Bay inundó el ambiente.
Un pensamiento llego a mi mente como un flash, era un dicho que mi madre decía todo el tiempo ''Del odio nace el amor, no lo olvides Val.'' Siempre decía. Me di cuenta de algo, el amor y el odio eran sentimientos tan complejos, tan iguales y diferentes a la vez que eran fáciles de confundir, es decir, ¿Como sabes cuando realmente amas a alguien? ¿Amar verdaderamente? ¿Y si en verdad el amor y el odio van de la mano? ¿Qué pasa si el odio es aquel sentimiento de negación, aquella fase de negación que atravesamos cuando amamos a alguien? No lo sabía... Y tal vez nunca lo sepa.
Hola hola!
Gracias por leer!
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Dark Heart
Teen FictionSinopsis: Sus ojos eran como dos ventanas al mismo infierno, aunque a veces siento que estoy en el cielo cuando veo hacia ellos.