Capítulo XX

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"Tal vez sea la propia simplicidad del asunto lo que nos conduce al error"

Ian:

El profesor parloteaba sin parar sobre alguna mierda que no me interesaba, se quejaba de las malas calificaciones que mis compañeros habían sacado en el examen sorpresa que nos dio ayer. Todos se quejaban y era un caos en el aula debido a que los estudiantes discutían lo injusto que era dar un examen sorpresa. La verdad es que me importaba muy poco si impartían un examen sorpresa o no, siempre estaba preparado y nunca he tenido problemas con los exámenes.

Finalmente toco la campana anunciando que la jornada de clases había terminado, suspire aliviado. Ya me estaba cansando de escuchar las quejas de todos.

Salí primero que todos los otros y me encamine hacia la salida, me detuve en seco cuando la vi allí de pie charlando con Mason y Jason acompañados de Natasha, ¿Qué hacia ella aquí?, ¿Acaso estaba persiguiéndome? Si bueno, en todo caso el perseguidor vendría siendo yo debido a que la noche anterior me aparecí en su casa sin ninguna explicación.

Entre en pánico cuando vi su rostro arrugado con molestia por el susto que se había llevado, me pareció gracioso, cuando se enojaba su entrecejo se fruncía al igual que sus labios.

Sus labios... Iba a besarle, estaba ahí tan solo a un suspiro de distancia y en ese momento quería devorar sus labios. Nada de ternura, nada lento, solo un buen beso que me deje satisfecho y así acabar con ese "no sé qué", no podía creer el magnetismo que mis labios y los suyos han creado, a pesar de que solo nos hemos besado dos veces. No podía negar el temor que aquello me producía.

Todo terminara en cuanto la lleve a la cama, era lo que me repetía cuando se adueñaba de mis pensamientos. Dejándome tonto.

Por alguna razón me enoje, ella no tenía derecho a afectarme de esa manera.

-¡Hey chico! ¿Vas a venir o qué?- Aquella era la voz de Jason, me había quedado como estúpido en el medio de la entrada.

Camine hasta ellos con lentitud, alargando lo más que pueda el inevitable encuentro de sus ojos y los míos. Odiaba que sus ojos me gustaran de esa manera, odiaba que me gustaran tanto sus cabellos despeinados y su perfume a chocolate y vainilla, la odiaba por hacerme sentir de esta manera.

-Al fin, parecía que un demonio estaba arrastrándote hacia atrás mientras caminabas.- Dijo Natasha mientras rodaba los ojos.

-Eres tan malditamente exagerada.- Apenas fue un susurro, pero todos lo escucharon y todos rieron, pero yo solo preste atención a cierta risita que fue arrastrada por el viento con el fin de que llegue a mis oídos como una perfecta melodía. La odiaba.

Eso no es cierto.

-Bien, solo falta Erick y nos vamos. ¿Falta mucho? Estoy hambrienta.- Al parecer Nat no iba a parar de hablar nunca.

-Solo un momento, dice que está tomando unos apuntes.- Ese fue Mason que, con su mano libre revisaba su teléfono. Mi ceño fruncido se profundizo.

-¿Cómo diablos está tomando apuntes si está enviando mensajes?

Mi voz se escucho un poco más dura de lo que pretendí, estaba comportándome como un autentico idiota y lo supe por la mirada de advertencia de Mason.

-Tal vez deberíamos esperar en la cafetería.- La pequeña vocecita de Valentina hizo que apartara mi mirada retadora de Mason y la mirara a ella.

-Sí, eso parece una buena idea.- Respondió Jason dándole una sonrisita.

Ya basta, detente Jason.

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2017 ⏰

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