Amor complicado (Yuri)

Sombras

Al otro día...

--Tatiana, levántate que se te hace tarde.

--Ya voy, mamá.

Me levanté, me duché y me arreglé. Mientras caminaba por el pasillo, noté la presencia de mi padre. 

--Hola. Tat. ¿Cómo has estado?

--Muy bien.

No me acostumbraba a verlo todos los días ya que su trabajo dedicaba mucho tiempo. O eso era lo que solía decir.

 Bajé rápido a la mesa.

--Cariño, te preparé...

--Mamá, ya no tengo tiempo para desayunar --fui empacando con torpeza algunos libros--. Perdóname.

--Pero...

--Lo siento mucho. Los amo.

--Nosotros a ti, cariño.

Por algún u otro motivo, no soportaba estar cerca de mi padre. Siento que entre él y yo no hay tanta conexión. Es igual con mi madre: cuando él está en la casa no hablan frecuentemente. Traté de descartar ese pensamiento.

--¿Adónde va la señorita sin mí?

--Lo siento, Juan.

--Tranquila --sonrió de lado y se situó a mi lado.--¿Por qué querías irte más temprano de tu casa, Tat?

--Sólo que quiero llegar más temprano a clases. No es más.

--¿Ah?

--De ahora en adelante será así.

--Bien --miró detrás de nosotros--. Mira, ahí viene Isabella. Corriendo. 

Juan y yo paramos para que Isabella pudiera llegar a nosotros. Entre jadeo y jadeo, ella pudo hablar.

--Hola, chicos --dio un gran suspiro.

--Hola --contestamos los dos.

--Tat, ¿por qué no nos esperaste?

--Tatiana dice que quería llegar más temprano a clases --Juan alzó sus hombros--. Es por eso que venías corriendo, ¿verdad? --miró su reloj--. A esta hora tendríamos que estar los dos en la puerta de Tat.

--Bueno, si es así --Isabella nos agarró a los dos por el brazo-- Vamos.

Los tres íbamos conversando sobre lo que había pasado en mi casa. Vaya sorpresa de persona. 

--Hola, Tatiana.

--¿Tú otra vez? --me volví a ella--. ¿No entendiste que no quería verte, Cristal?

--Pero...

--Oye, chica --Juan me tocó el hombro y se puso a mi costado--. Déjala, vamos a llegar tarde a clases por tu culpa.

--¿Quién es ella? --preguntó Cristal señalando a Isabella--. ¿Quiénes son ustedes?

--Somos amigos de Tatiana. Por lo que sé, ella no quiere verte --Juan la fulminó con la mirada. 

--Juan --Isabela tocó el hombro de éste--. ¿Quién es ella?

--Ahora lo discutimos.

--Con que eres Juan --Cristal lo miró--. Un gusto, Cristal. Y tú, chica, ¿cómo te llamas?

--¿Te interesa eso, Cristal? --le dije, mirándola.

--Déjame preguntarle, Tatiana.

--Me llamo Isabella --ésta miró con extrañeza a Cristal.

--Encantada, Cristal --se acercó un poco más--. ¿Sabías que yo soy la ex de Tatiana? Me imagino que no. Bien, ahora lo sabes.

--Déjala --Juan se aproximó mucho más a Cristal.

--¿Qué? --preguntó Isabella.

--Sí. Como es, te lo digo --Cristal sonrió de lado--. También permíteme hacerte saber que Tatiana es una traidora: me ilusionó para luego dejarme. ¿El motivo? Nunca lo supe.

--¿Eso es verdad, Tatiana? --Isabella me miró con recelo.

--Sí, ella es mi ex --me dirigí a ella--. Pero lo que dice ella no...

--Isabella, no es cierto lo que dice Cristal --Juan miró de reojo a Isabella--. No es esa la verdad de todo. Te dije que ahora lo discutíamos. 

--Tú sólo me engañaste y ni siquiera pensaste un poco en mí --Cristal me señaló.

--Isabella, no le creas. Yo...

--Ya lo sabes, chica --Cristal alzó su voz--. Ella juega con los sentimientos de las personas. Tatiana nunca le han gustado las mujeres, sólo quiere experimentar. Y, si ella está coqueteando contigo, date por ilusionada. Les dejo.

--Isabella... --traté de llamar la atención de ésta--. Yo nunca haría...

--Tatiana, perdóname --su voz daba por hecho lo nerviosa que estaba--. Pero ahora, no sé qué pensar...

--¿Le crees a una persona que acabas de conocer? --Juan se volvió a nosotras.

--No lo sé... 

--No hice lo que ella dijo y no lo haré, Isabella --traté de acercarme a ella. 

--¿Sabes? Yo en verdad siento algo por ti --tenía su cabeza gacha.

--Te digo que no es verdad lo que dice Cristal. Sólo déjame explicarte...

--Sólo...--empezó a caminar, dándonos la espalda--. Lo siento. Déjenme pensar las cosas.