Estado de ánimo: bajo

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--Te repito, no sé muy bien de estas situaciones.

--No sé qué hacer, mamá.

--¿No deberías hablar con ella?

--Más tarde. Quiero descansar un rato.

--Bien.

Narra Isabella.

¿Tatiana conocía a esa chica? Y si ese era el caso, ¿cuál era su relación, precisamente? Más y más preguntas daban vueltas en mi cabeza.

Intenté dormir.

Narra Juan.

Toqué la puerta y la madre de Tatiana abrió.

--Hola, señorita Lina. ¿Tatiana está en casa?

--Sí, querido. Pasa...

--Gracias.

Parecía desanimada.

--Tatiana se encuentra en su habitación.

--Permiso.

--Estás en tu casa, Juan.

Subí rápidamente a la habitación.

--¿Tat?

Se quedó en silencio, mirando su ventana.

--¿Tatiana? ¿Qué pasa?

Me senté cerca de ella, decidido a escucharla.

--Pero ella no te quiso escuchar --traté de mirarla--. Tiene que estar confundida. Tú sabes muy bien que nosotros dos somos muy buenos amigos. ¿Sabes quién le dijo eso a Isabella?

--No lo sé, Juan. Ella, como tú ya lo has dicho, no me quiso escuchar.

--Todo estará bien --la abracé.

--Ojalá, Juan.

Estuve la tarde entera con Tatiana, diciéndole que todo se mejoraría, que no se preocupara. Lo que no sabía era qué tan cierto era aquello.

Narra Tatiana.

Sin más, Juan tuvo que irse al anochecer. Le agradecí por todo el tiempo que los dos estuvimos juntos.

--Hija, ¿puedo hablar contigo?

--Claro, mamá.

--Ayer hablé con tu padre sobre tu relación actual.

--¿Qué dijo? 

En ese momento, mi padre entró a escena.

--No quiero que vuelvas a tener contacto alguno con esa chica, Tatiana.

--Papá, son mis gustos.

--No me importa que sean tus gustos, me da mucha vergüenza que estés saliendo con una chica. ¿Qué va a decir mi familia?

--Soy tu hija. Soy tu familia.

--No quiero pasar vergüenza con mi familia por culpa tuya.

El alrededor quedó infestado de silencio después de aquellas palabras.

--Sinceramente no sé qué hice para merecer esto.

--Tatiana no se merece que la trates de esa forma -mi madre intervino.

--Tú no me dices qué hacer.

--Así que --los dos se volvieron-- para ti soy una vergüenza --miré directamente a mi padre.

-Tú siempre has sido un problema para mí, Tatiana.

Mi madre lo miró.

--Esa es la verdad, mujer. Y tú misma sabes por qué lo digo.

Sin nada más qué decir, se fue. Mi mirada estaba clavada en el suelo, tratando de entender todo aquello que allí acontecía.

--Hija, yo...

Fui rápidamente a mi habitación y cerré con fuerza la puerta.

Pasaron días y seguía encerrada en mi casa, sin hacer absolutamente nada, sólo pensar hasta que se me escapaban las lágrimas.
No fui varios días a la preparatoria, igual tenía muy buenas notas.
No me apetecía comer, mi madre era la que me obligaba.
A ésta se le veía bastante preocupada y, para agregar otro cambio drástico a la historia, mi padre no volvió en esos días.

Yo estaba completamente perdida.


--Señorita Lina, por favor déjeme entrar.

--Lo siento, Juan, ella no quiere ver a nadie.

--Yo sé muy bien cómo subirle el ánimo. Soy su mejor amigo.

--Te dejaré entrar, Juan --suspiró--. Ya no sé qué hacer para dejar de ver a mi hija en ese estado.

--Gracias.

Narra Juan.

La madre de Tatiana me comentó todo lo que había ocurrido.

Subí a su habitación  y toqué suavemente su puerta.

--Tat, soy Juan.

--Vete de aquí.

--Sabes muy bien que no me iré --abrí la puerta.

--No quiero ver a nadie, ¿no lo entiendes?

Fui rápidamente a abrazarla. Ella trataba de soltarse, pero al final no lo consiguió.
Acaricié su cabello hasta que poco a poco se fue calmando y cedió al abrazo.

--No me voy a ir de aquí, Tatiana.

--Perdóname.

--Tranquila. ¿Me llamaría tu mejor amigo si no estoy contigo en tus momentos no tan buenos? --los dos nos sentamos en su cama, todavía abrazados.

Se notaba cansada, tenía ojeras y estaba muy desaliñada. Tanto así, que mediante el abrazo ella se fue durmiendo en mi hombro.
La dejé en la cama y bajé para comentarle a su madre que pretendía quedarme a dormir esa noche.

Narra Isabella.

Estoy realmente preocupada por Tatiana.
Juan, mientras más me esforzaba por entablar una conversación con él, más me ignoraba.

Necesito ir a su casa, hablar con ella.
No quiero que sea demasiado tarde.

Amor complicado (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora