Enemigos Internos

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Perla estaba enfrascada en una batalla ante un oponente de ataque extraño; buscaba atravesar con su lanza a una gema carnívora de la mitad de su tamaño e increíblemente rápida. Simplemente, era como querer atrapar un conejo hiperactivo.

- ¡quedate quieta tu...cosa! - gritó la blanca agitando su lanza de un lado a otro. De pronto, otra gema de menor tamaño apareció atrás y le pegó en la nuca con algo parecido a un bate.

- ¡aah! - exclamó la blanca y giro para golpear a su agresor pero ya no estaba; otra gema pequeña la golpeó en la espalda nuevamente. Perla cayó hacía el frente.

Amatista no estaba mejor, usaba su látigo para mantener dos gemas a distancia pero no las había podido golpear. De pronto tres le cayeron y Amatista giro y se movió de lugar, pero casi de inmediato estaba nuevamente rodeada. Una de las gemas le golpeó la cabeza con su arma.

- ¡malditas cosas! - exclamó tallando su cráneo.

Garnet lanzaba golpes, igual no conectaba ninguno.

- así no iremos a ningún lado - pensó mientras se defendía y contraatacaba. De igual forma ya le habían golpeado un par de veces. Temía que en una de esas, tuvieran tiempo para morder. Sin contar además, que Peridot había desaparecido.

TEMPLO, SALA DE LA CASA.

El brillo del portal ilumino la sala, el típico sonido con milenios de antigüedad retumbó dando a entender al joven de camiseta roja que alguien había llegado.

- están aquí las chicas - pensó - ¿donde habrán ido?

Steven se paró del sillón y camino lentamente hacia el portal, no había ningún sonido. Eso de por si era raro.

Camino hacia el portal y no había nadie.

- ¿nadie? - dijo Steven buscando una respuesta de que, quizá, era una broma de Amatista.

Llegó al portal y no halló nada, miro al rededor, nada.

- ¿chicas? - volvió a preguntar - esto no es gracioso por favor salgan - dijo mientras retrocedía a la sala mirando a todos lados.

Chocó con algo. Algo blando a la altura de su espalda pero metálico a la altura de sus pantorrillas.

- Peridot - pensó Steven y se dió la vuelta.

KINDERGARDEN

No había avance y ellas se agotaban. Amatista bufaba, Perla tenía ya varios golpes acumulados, y Garnet comenzaba a desesperar. Al inicio eran cinco, pero quien sabe de donde se habían multiplicado, ahora eran 10 pequeñas gemas traslúcidas.

Todo tomó un giro severo cuando una gema carnívora hizo por morder la cabeza de Perla.

- ¡no! ¡Agachate Perla! - y Amatista lanzó un latigazo que evitó la fatal tarascada golpeando de lleno la boca del pequeño monstruo.

- ¿estas bien Perla? - dijo la morada mientras la ayudaba a levantarse.

- si, gracias a ti - contestó la blanca.

- eso es - dijo Garnet y gritó - ¡gemas, seguimos bajo ataque, no se distraigan tengo un plan, reunanse conmigo! -

Amatista y Perla llegaron donde Garnet quien corrió hacia una especie de cueva amplia de una estrecha entrada.

- aquí nos van a acorralar - dijo Amatista,

- no, respondió Garnet, aquí las vamos a enterrar - y sacó sus puños.

Aunque era alta la entrada (unos dos metros) era bastante estrecha y sólo pasaría una gema a la vez.

- atentas - dijo Garnet

Lo Que Desconocía De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora