Esteban...Baje a desayunar, era aún temprano, poco usual que a esta hora estuviera de pie, pero bueno debía ir por mi traje lo necesitaba para mañana, además aún debía comprar algunas cosas que necesito.
Salude a mi madre.
Como amaneciste Esteban? - pregunto ella mientas me servía el desayuno.
Bien mamá y tu? - sonreí mientras saboreaba su comida, era una cualidad de mi madre, cocinar se le daba muy bien.
Me alegra, hoy debo irme temprano hijo, tu padre me está esperando en la oficina- dijo muy apurada.
Esta bien mamá, yo ire a casa de Elena- dije mientras tomaba un sorbo de jugo de naranja - y luego iré a comprar algunas cosas.
No se te olvide almorzaremos juntos- una sonrisa se dibujo en su rostro, amaba verla tan feliz- Y no se te olvide traer a tu amiga.
Si, así era mi madre muy insistente, aun que ya conocía a Elen, quería saber más de ella, eso me incomodaba pero como decir que no a la señora Elois.
Esta bien mamá te lo prometo vale - le dedique una sonrisa, tal vez una de mis mejores sonrisas.
Bueno te veo luego hijo debo irme- tomo su maletín y cartera, las llaves del auto y salió despidiéndose, moviendo su mano de un lado a otro.
Me despedí.
Mis padres eran personas muy ocupadas, quien lo diría hasta hace un año la relación con mis padres había sido pésima, pero algo, una persona quizás, había logrado cambiar la forma de comportarme con mis padres.
Suspire, al recordar que esa persona era Eliz, ella llego en el momento más terrible de mi vida. Tuve muchas relaciones quizás una por semana, buscaba algo que no sabía que era, pero no lo encontré en ninguna chica, por eso nunca había tomado a nadie en serio, nadie llenaba mis expectativas, llegue a creer que el amor no era más que sexo de una noche.
Acá chicas eran las que sobraban, era raro encontrar una chica que a mi edad fuera virgen, algunas lo único que buscaban era sexo, otras dinero.
En ese momento no me importaba nadie, casi repruebo el año, por mi estupidez y perdería la oportunidad de graduarme este año, creo que Eliz llego como un ángel para mi, ella era distinta, bueno rara con esos ojos negros profundos, oscuros llenos de misterio, su cabello hacia juego con sus ojos era negro, su sonrisa que resaltaba sus mejillas cada vez que se dibujaba en sus labios.
Muchas veces me había dicho que la razón de esa sonrisa era yo, ahora siento que no la merezco. No quiero hacerla sufrir.
Todo había comenzado como una apuesta con mis amigos del grupo, la verdad no se como llego ella ahí, ya que todos los del grupo eran de México la mayoría eran mis amigos que vivían a una cuadra de mi, les había hablado de Eliza y lo mucho que yo le interesaba aunque no lo decía, pero era obvio.
Comenzamos a hablar por video llamada y la verdad era linda, había algo muy especial en ella, un no se que, sin explicación.
Tome mi celular y decidí mandarle un mensaje. Se suponía que estaba dejando de lado mi orgullo,y por fin después de nuestra última pelea decidía mandarle un mensaje, pero no, lo que estaba haciendo era escribiendo, no un mensaje de perdóname sino de olvídame, por que necesitaba terminar con esta relación con este sentimiento de culpa, estaba siendo tan egoísta pero, ya le había advertido la distancia siempre fue nuestro mayor problema.
abrí mi WhatsApp, busque la conversación que tenía con Eliza, abrí el chat y para mi sorpresa ella no se había conectado desde hace dos días, me extraño mucho pero lo deje por un lado y comencé a escribir un mensaje, quizás sería un testamento, pero necesitaba explicarle todo lo que estaba pasando y el por qué de mi decisión:
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No Te Quiero Perder ❤ (EDITANDO)
Teen FictionAveces el amor a distancia duele pero saben algo el amor es de dos no de uno si quieres algo arriesgarte ve por lo que amas y bueno aqui estoy yo camino hacia la persona que amo no me arrepiento lo he arriesgado todo me he jugado el todo por el todo...