Punto de Quiebre.

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- ¿ Estas lista para lo que se te viene enzima?- preguntó Cesar sin quitar la vista de la carretera.

- Nunca se esta lista, lo sabré cuando tenga todo frente a mi, no se nace lista querido amigo.

- Tu y tus frases - rió un poco- ¿Sabes que puedes contar conmigo?

- Lo se, me lo has dicho mil veces- le dirigí una mirada rápida, para luego volver a mirar el camino - y te agradezco mucho lo que has hecho por mi hasta este día.

- No tienes nada que agradecerme, he aprendido mucho de ti, estaré contigo siempre, a ver una sonrisita - aveces podía ser tan bobo.

Sonreí por puro reflejo, el hizo lo mismo agachando un poco la cabeza, era la faceta mas linda de este chico.

- Promete que cuidarás tu corazón esta vez y no terminaras igual que yo- dije sin pensarlo, el no merecía que alguien le hiciera daño, esa chica no se merecía el corazón de este chico, pero como dicen uno no elije a quien amar.

Y yo se lo duro que es tener tu corazón hecho pedazos, volver a confiar y que esta vez ya no este en pedazos; sino hecho polvo, y darte cuanta que poco a poco te vuelves una persona sin corazón, sin sentimientos.

- No te preocupes, bien dicen que el que no arriesga no gana, y estoy dispuesto a arriesgarme por ella - se veía serio y vaya que hablaba enserio- ya perdí una vez y tal vez suene masoquista pero quiero intentarlo de nuevo, además hay una cosa que tu no sabes de esta historia, pero eso ya no importa, estoy seguro que me ama y pues yo igual, que sea lo que Dios quiera.

En eso tiene razón el que no arriesga no gana, eso era lo que pensaba hace tres días, antes de llegar hasta esto, y ahora puedo decir que tampoco pierde, si arriesgas tienes un 50% ganar y un 50% perder son puras probabilidades y creo que la balanza del amor nunca estuvo a mi favor.

Que podría ser esa parte de la historia que no se, a caso no me dijo toda la verdad.

- Esta bien, es tu decisión y cuanta conmigo para cualquier cosa.

- Lo se chaparra, por eso te quiero - se acerco a mi y beso mi mejilla.

Sonreí, el logro que me olvidara de los nervios que traía enzima.

-¿ Nerviosa?- preguntó.

- No. ¿ por que lo preguntas?.

- Por que ya llegamos al lugar.

Trague saliva sonoramente, los nervios volvieron a mi en cuanto el aparcó en el estacionamiento de la universidad.

--Bueno, llego la hora señorita- apagó el motor del carro, desabrocho el cinturon, y yo, bueno yo me encontraba petrificada, a tal grado que ni una posima de mandragoras podria hacer que me moviera de ese sitio.

-¿pasa algo?-pregunto con una mueca de preocupación en el rostro.

-No creo estar lista-respondi, intentando sonreir aunque mas bien fue una mueca deforme la que mostre.

-No se nace listo, querida amiga-dijo burlon, citando la misma frase que no hace mucho le había dicho, lo mire con el ceño fruncido-así que - bajo del carro rodeo por la parte frontal, abrio la puerta, desabrocho el cinturón, me tomo de las manos-Es hora de acabar con todo esto.

Baje lentamente para no torcerme un tobio con los tremendos tacones que llevaba puestos, aunque para algotra chica serian facil de manejar, yo preferia tenis o balerinas. Cesar me extendio su brazo, lo tome.

-Apoyate en mi.-sonrió- no quiero que beses el suelo.

-Aveces tu sentido del humor me abruma-dije poniendo los ojos en blanco.-pero gracias por ser todo un caballero.-ambos reimos.

No Te Quiero Perder ❤ (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora