Bali, Indonesia. Veintiocho horas de vigilia.
El agradable calor del sol acarició la piel de Norak de un suave color marfil. Guardaba un tono parecido a la tierra de Bali, teñida de los potentes rayos de luz que emanaban de un trozo de cielo despejado. Un potente olor a salitre humedeció sus fosas nasales, tan secas como sus ojos. Su mirada se encontraba escéptica ante lo que veía a su alrededor. La belleza de la naturaleza.
Había un sonido de fondo casi desconocido, que era muy diferente al ruido de la gente, los trenes, los vehículos y las fábricas echando un nocivo humo que pintaba el ambiente de negro. Lo que escuchaba en aquella playa era el oleaje, el fino sonido del mar arrastrándose por la costa blanca, los pájaros piando... Eso le hizo recordar que la humanidad tendría una deuda más con la naturaleza después de esta pandemia.
Lo primero que hizo Norak fue acercarse al agua. Una ola diminuta acarició la arena y empapó la suela de sus botas negras. Luego, se agachó y pegó la palma de su mano sobre la tierra húmeda. El tacto le pareció agradable, pero aún más cuando el mar frío le cubrió la mano. Pensó que aún había esperanza en este mundo para recuperar lo que había antes.
También llegó Descabezado, y se mantuvo algo alejado del agua, situado justo detrás de su dueño.
—Muy bonito, amo. Pero, ¿no cree que podría resfriarse?
—Anda, no estropees el momento —replicó Norak mientras se reía—. Tú también podrías venir aquí conmigo y darte un baño, ¿no quieres?
Norak intentó agarrarle para llevarle consigo, pero Descabezado hizo un gracioso sonido de protesta, y sus ruedas retrocedieron hasta que se atascaron por la arena.
—¡Amo Norak! ¡Esto es algo nuevo para mí y mi base de datos! ¿Desde cuándo usted es tan...? ¿Cómo se dice? ¿Playiro?
—Playero —corrigió—. Tal vez, siempre he dicho que no me gusta la playa, la naturaleza y demás, porque encontrar un poco de ella y verla es casi imposible. Por eso mismo, creo que deberías actualizarte otra vez ahora, y añadir a tu disco duro más información sobre Bali. Tu amo va a adorar todo esto a partir de ahora.
—De acuerdo. Aunque eso no significa que a mí también me tenga que gustar. Mis fuselajes no están diseñados para soportar estas cosas que se mueven... Esas amenazas acuáticas. No sé cómo se llaman. Nunca las he visto, amo Norak.
—¿Amenazas acuáticas? ¿No querrás decir «olas»? —Norak empezó a reír a carcajada limpia.
—Exactamente eso, señor. ¡Olas!
Norak reprimió las ganas que tenía de zambullirse en el agua, y arrastrar con él a su amigo metálico bajo esas amenazas acuáticas de tono celeste, como él las llamaba. Pensó que nadar podría espabilarle, pero al final terminó por echarse agua en la cara, y dejó que sus mejillas se enrojecieran por el contacto con el sol.
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Insomnio: Primeros Confederados | SC #1
Ciencia Ficción¿Te atreves a cerrar los ojos? Si duermes, mueres. - Primera parte de la Saga Confederados. - La Tierra. Año 3510 d.C. El planeta llega a un nivel de contaminación elevado, y para prevenir una catástrofe causada por la polución, la humanidad inventa...