Uno || Plataforma 9¾

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Capítulo 1.
Plataforma 9¾.

– ¿Entonces por qué yo no puedo ir, Maly?

– Ya debes de saberlo, Aly.

– Sí, pero quiero oírlo decírtelo nuevo porque te ves graciosa enojada.

– Ja, ja – Malia se dió la vuelta para ver a su hermana menor, esta tenía una sonrisa burlona adornando su rostro –. No da risa, Alina.

– Sí, sí da.

– Como sea – puso los ojos en blanco y unos suaves golpeteos se escucharon en la puerta –. Pase – anunció Malia, un niño de cabello rubio platinado entró por la puerta con una gran sonrisa, miró a sus hermanas y caminó hacia la cama en la cual no tardó en aventarse y acomodarse a su gusto.

– Scorp, Maly está enojada conmigo — le contó Alina a su hermano, mientras hacía un falso puchero.

– ¿Y esta vez por qué?

– Le dije que se veía graciosa repitiéndome a cada rato que no podía entrar a Hogwarts hasta los 11 años. Como si yo no lo supiera.

Los dos rieron mientras Malia los fulminaba con la mirada.

– Sigan riendo, mientras yo me voy mañana ustedes se tendrán que quedar aquí aún dos y tres años más.

– Sí, sí, ya sabemos.

– ¿A qué viniste Scorpius? ¿A molestarme también?

– Deja de ser tan amargada, Lia – dijo con diversión mientras se sentaba en la cama con una sonrisa, Malia volvió a poner los ojos en blanco –. Mamá me mandó, me dijo que les dijera que bajaran, al parecer ya vamos a cenar.

– ¡COMIDAAAA! – Alina salió corriendo del cuarto escaleras abajo, Scorpius y Malia se miraron para después reír a carcajadas. Scorp se paró de la cama y se colocó al lado de su hermana mayor.

– Deberíamos bajar.

– ¿Ya tienes todo listo, cariño?

Astoria miró a su hija con una sonrisa llena de ternura. Parecía una mujer dura a plena vista, pero si había algo que ella amaba era, sin duda alguna, a su familia.

Como cada 31 de Agosto los adolescentes magos y brujas se preparaban para al día siguiente tomar el tren que los llevaría a Hogwarts y despedirían al verano.

Malia Malfoy no era la excepción.

Con 11 años bien cumplidos se preparaba con ansias para poder asistir a su primer año en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria, en su habitación ya tenía su baúl el cual contenía sus iniciales «MM», listo y colocado a un lado de la puerta, acompañado junto a la jaula de Layne, su hermosa lechuza negra.

Malia era una chica guapísima para tener solamente 11 años, tenía una larga cabellera rubia platinada la cual había heredado de su padre; Draco Malfoy. Sus ojos grises en vez de mostrar un sin fin de emociones como los de las demás personas normales, no mostraban nada, eran fríos y oscuros, pero hermosos. Tenía la estatura media que una niña de 11 años puede tener, y era tan flaca como su madre Astoria Malfoy lo es.

Malia es una bruja sangre pura pero, aparte de eso, podía controlar un poco los elementos desde muy temprana edad. No le había contado a nadie puesto que no creía que ninguna bruja o mago normal pudiera hacer eso, pero aun así presentía que sus padres lo sabían ya que cuando se enojaba no lograba controlarlos del todo y siempre ocurrían desastres.

– Sí, ya tengo todo listo.

– ¡Eso es genial!

– ¿Por qué yo no puedo ir, Maly? – preguntó Aly con una sonrisa traviesa, Scorpius rió por lo bajo.

Juntos por el destino » James Potter. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora