Juntos por el destino » James Potter.

Quince || Navidad compartida » Parte 1/2

Capitulo 15.
Navidad compartida » Parte 1/2.
MARATON 1/2

- ¿¡QUE IREMOS A DÓNDE!?

Era 24 de Diciembre, día de nochebuena, hacía frío pero el cielo estaba despejado y no parecía que iba a llover como días anteriores. Todo estaba a favor para que fuera un día agradable, a excepción de que Malia Malfoy había recibido la peor noticia que le podrían haber dado.

– Que iremos a cenar esta noche a La Madriguera, Albus invitó a Scorpius y Lily a Alina, así que los Potter fueron muy amables y nos invitaron a todos, y ya que tus abuelos salieron esta mañana hacia Alemania nosotros accedimos a ir.

– ¡Mamá! ¿Por qué?

– Porque nuestras familias ya no tienen la rivalidad que tenían cuando yo estudiaba en Hogwarts, hija – comentó Draco, estaban todos desayunando y discutiendo, a excepción de Alina y Scorpius que veían todo eso muy divertido.

– ¿Es que acaso no saben cuál es mi relación con James Potter?

Scorpius rió por lo bajo y Alina soltó una fuerte carcajada.

– Sí sabemos hija, pero entiende que no estarán solamente en la cena los Potter.

– ¡Oh, claro que no! Estará toda su familia que parece una plaga de cucarachas.

Draco casi escupe el jugo de naranja que estaba tomando, y esbozo una leve sonrisa burlona cuando terminó de tragarlo.

– Malia – la reprimió Astoria.

– ¡Solamente digo la verdad!

– Estarán también los Scamander, son amigos de su familia.

– ¿Están de coña, no? – pero al ver que ninguno de sus dos padres hablaba suspiró frustrada –. Lysander y Lorcan Scamander, Lysander es un estúpido merodeador así que por lo tanto mi relación con él es tan mala como la de James.

– En realidad, ninguna relación es tan mala como la tuya y la de James – dijo Scorpius pero Malia lo ignoró.

– Luego está Lorcan Scamander, el gemelo con el que he compartido clases y nunca he hablado con él. Parece un estúpido niño nerd pero cuando está con su hermano se convierten en la misma persona, es... frustrante. Cenaré en la misma mesa que personas que no conozco, nunca he hablado, no son de mi agrado y también que, ¡Ah! ¡Que mi mayor enemigo!

– Estas exagerando las cosas, cariño.

– ¡No es cierto, mamá! ¡Sabes que no!

– Iremos, te vestirás formalmente como todas las navidades y tú no vas a rechistar de nada, estarás con Dominique y la pasarás bien.

– Pero...

– No hay peros, Malia. Iremos y punto.

Unas horas más tarde Malia salía de la regadera con una toalla enrollada al rededor de su cuerpo y otra en su cabello como un turbante, para que se secara y no chorreara.

Se acercó a su armario y se puso a revisar sus vestidos a sugerencia de su madre, claro está. Aborrecía tener que usarlos pero no le quedaba de otra, pasó uno, tras otro, tras otro hasta que dio con el indicado.

– Bingo – susurró para si misma mientras lo sacaba del armario y colocaba en su cama.

Se quitó la toalla del cuerpo aventándola a un sillón que había cerca de donde ella estaba, se colocó su ropa interior y por encima el vestido que había escogido.