El Mejor Recorrido -2-

XIV

Ahora Videl camina extraño. Y también se comporta también raro, pues perece que ni siquiera recordara lo que ocurrió ayer en aquel banco de arena. ¿Acaso en serio no lo recuerda?

-Videl, ¿Recuerdas lo que hicimos ayer?- Pregunto para salir de dudas.

-Pues, claro que si - Se sonroja - Estúpido, me haces ruborizarme en público.

-Oh, lo siento. Es que haz estado actuando como si nada hubiese pasado.

-¿Y qué es lo que quieres que haga? ¿Que de comentarios sobre eso a cada momento? Además, ¿Cómo pensaste que no lo recordaba?

-No lo sé, quizás el orgasmo pudo haberte dado amnesia.

-¡¿Qué te pasa?, estúpido. No tuve un orgasmo! - Se sonroja.

-Lo siento, lo siento. Pero cálmate, recuerda que estamos en público, hubo gente que escuchó. Además ¿Cómo que no lo tuviste? ¡No seas mentirosa! - Exclamo en voz baja.

-Tal vez, tuve un poquito. ¿Por qué hablamos de esto? - Pregunta, yo respondo que no tiene importancia y ella sugiere que vallamos a un local en ese mismo centro comercial en el que venden unas marquesas de chocolate y vainilla increíbles. Pedimos un cada uno y los devoramos muy rápido. ¡Estaban deliciosos!

Bien, ahora me lleva a los juegos traga monedas. Ella ve algo en los premios que le gusta y decide reunir los tikets suficientes para poder reclamarlo. Fue una sorpresa para mi al ver a la empleada encargada de los premios, ¡Es Angela! Videl no parece sorprendida, creo que ya lo sabia pues ella pregunta con naturalidad a su ex-enemiga cuantos tikets necesita para reclamar lo que quiere, no se que es, tiene forma de cofre o algo raro.

-Bien, solo necesitamos cien tikets ¿Me ayudas a reunirlos? - Pregunta videl luego de haber cambiado algunos billetes en monedas.

-Claro, vamos.

De juegos de carreras a tetris, luego a una maquina de baile, a tomar una pistola y dispararle a algunos zombies.

-Creo que son suficientes- Dice y comienza a contar todos los tikets que reunimos de las máquinas y vamos a reclamar el premio.

Videl recibe el (Lo que sea que sea eso) lo toma con sus dos manos y me mira a los ojos.

Jamás hubiese estado preparado para lo que sería.