Capítulo 8: La cita

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No tuve otra opción más que ir, porque si no iba Lucas tal vez podría buscarme y asecharme como la primera vez que nos vimos. Y sentí un escalofrío cruzar mi espalda, ante el recuerdo. Asumí, que no iba a hacer una cita normal, pero ¿no era una cita normal?, era algo peor; cómo iba a hacer normal salir con un hombre lobo o un hombre lobo salir con una vampira o mejor dicho, semi. Los nervios me habían revuelto el estómago. Caminaba a la dirección contraria a mi casa, iba justamente al punto de encuentro que Lucas me había dicho por teléfono; el puente del pueblo, la única vía que conectaba nuestros hogares con el resto del mundo humano. Suspiré. No sabía por qué Lucas me había llamado para esta sorprendente e improvisada "cita", y ese era uno de los motivos por los cuales iba hacia allá. Ansiaba saber su motivación, ése era la segunda razón, pero la principal era más personal...solo por simple indagación. Deseaba saber más de su persona, me había cautivado su forma de ver el mundo, sus ojos chocolate, la forma como hablaba y su ente animal; el cual me llamaba más curiosidad al límite. Pensaba mil y un preguntas, mientras caminaba hacia el puente. El sol aún continuaba puesto sobre el cielo y en unas cuantas horas se ocultaría. Miré mi reloj, el cual indicaba las tres, había salido de mi casa una hora antes de la hora puesta para nuestro encuentro. Honestamente iba por pura investigación, solo para saciar la sed del saber una joven chica sobre el mundo de los hombres lobos, suspiré cuando finalmente visualicé a Lucas. Llevaba casi la misma ropa de nuestro primer tropiezo en el bosque; solo que esta vez cargaba zapatos, una chaqueta de cuero y una camiseta azul oscuro. Me detuve a solo centímetros de donde se encontraba, solo para cerciorarme de que estuviese solo; miraba hacia el cielo, jugando con su palillo. Al cabo de un rato, volteo hacia donde yo me hallaba parada; intercambiamos miradas fugazmente, sus relajados ojos fueron como un alivio temporal para mi nerviosismo excesivo.

Por un corto lapso de tiempo, sentí que el tiempo entre nosotros se había detenido al vernos a los rostros y sumergirnos en los ojos de cada uno, yo en sus chocolate gloriosos y el en mis zafiros profundos. Pero rápidamente recobre el sentido, e hizo desaparecer esa sensación de extraño congelamiento perpetuo. Empecé a sacudir la cabeza apresuradamente de deshacerme de él. Cuando finalmente me detuve, y miré bien, ya Lucas estaba frente a mí. Estaba parado ante mí, mirándome muy extrañado

— ¿Te encuentras bien, Madison? — preguntó confundido

—Sí, estoy muy bien, solo tenía algo de sueño— le dije. — Me sacudí la cabeza para quitármelo. —Estaré bien— le mentí. Pero no está bien, en nadita

—Mmm, entonces vamos a nuestra cita— comentó, sacando su palillo de su boca

—Ah, de eso...quería hablarte, Lucas —le dije mirándolo a la cara. — ¿Cómo fue que conseguiste mi número de celular?, ¿por qué me llamasteis así de la nada, para y que "una cita" conmigo?, ¿y...creía que no te agradaban los Seivias, Lucas? Responde... —le ordené, cruzando los brazos y zapateando la tierra al compás

Me miró un rato corto, se colocó una de sus manos al lado de cabeza, cerró los ojos y se puso a pensar

— ¡Lucas! — le grité. — ¡Lucas! — volví a gritar su nombre, pero esta vez para que escuchara. — ¡Lucas, respóndeme!

Después de un rato sin soltar palabra, abrí sus ojos y me observó con una sonrisa de sus blancos dientes.

—Está bien, te lo diré mi motivo. —dijo sin mucho esfuerzo

—Gracias —repliqué con un ligero tono de amargura en mis labios

— ¡Pero en nuestra cita! —dijo de repente Lucas. — ¿De acuerdo, Maddy? — me guiño un ojo

— ¡¿Qué?! — exclamé incrédula. — ¡Pero me dijiste que...!

—Solo te prometí que te lo diría, pero nunca dije que lo iba hacerlo ahora—me explicó con una sonrisa. —Pero si no quieres saber...— me insinuó

Luz y Oscuridad © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora