Capítulo 22: Nuevo disfraz

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¿Acaso me estaba volviendo loca por querer a Lucas? O ¿era que el amor te hacia estar literalmente enfermo, de los pies a la cabeza? No le podía encontrar ningún sentido a eso, y además, Elizabeth, su querida hermana me había mentido o ambos. En los primeros días de septiembre, había escuchaba hablar entre Alex y mi hermano, que tendrían un partido de baloncesto en casa de los Corbett, con todos los muchachos ahí. Y yo de inmediato, intervine la conversación.

—Ellos no están, chicos — les dije tranquilamente. — Salieron de campamento, hace unos días. Lo siento—

— ¿De qué diablos hablas, Maddy? — inquirió mi hermano, arqueando una ceja. — Ellos no han salido a ningún sitio en este verano, hermana. Han estado en su casa todo este tiempo— me dijo confundido por mi declaración. — Además, ¿quién te dijo eso?

—Elizabeth.— repuse con mi palabra quebrada

—Te habrá mentido, sobrina—me dijo Alex, con una risa. —O te hizo una broma, porque los chicos no han salido a ningún sitio — me informó

—Entonces no han salido en TODO el verano, ¿no es así? — les pregunté a ellos

Mi tío y mi hermano intercambiaron miradas, confundidos, y luego asintieron seguros. Y en ese momento algo se me rompió en lo más profundo de mi alma, ¿cómo era posible que Elizabeth me hubiese mentido sobre el paradero de su hermano? ¿Es que realmente Lucas no quería ver ni en pintura? ¿Ni un poco? Entonces, ¿qué pasaría ahora, sabiendo yo que él no quería nada de mí? Nada, eso era seguro. Yo me mortificaba por él, angustiada de no saber nada de él, Lucas solo era... ¡un idiota!

Me sentía como si alguien me hubiese arrojado con un camión y luego que me hubiesen tirado de uno de los acantilados. ¿En que podría estar imaginándose ahora Lucas? ¿En cómo estaría yo? O ¿estaría su mentira utilizando su propia hermana como escudo? Eso era una cobardía; ni siquiera el mismo se atrevía a contestar su propio celular, y además mandar a Elizabeth para formular su cuartada. Era intolerable, y una bobada gigantesca por parte de él y aunque no lo había visto en meses sentía...una gran decepción por su persona

***

Observaba con aburrición las edificaciones y comercios de White Rose, mientras Carter conducía su Jeep Patriot plateado por el pueblo y había música country en la camioneta. Íbamos a buscar a Jack, porque hoy era su cumpleaños, seis de septiembre; además de eso le estábamos haciendo una fiesta en la casa y varios de los regalos ya se habían comprado. Mientras avanzábamos sobre las calles, frenamos en un semáforo en rojo y nos detuvimos, justo donde estaba el salón de belleza; La Bellezza Venus, donde trabaja Jennifer. Pude ver de reojo que estaba conversando con una chica. Era otoño y el aire era cada vez más helado, pronto seria invierno nuevamente, dignamente un año de embarazo cumpliría mi madre y en noviembre daría a luz a los bebés. El sexo seguía siendo un misterio para nosotros, pero eso era lo de menos que le importaba a mis padres, solo deseaban que fuesen bebés sanos y felices.

—Ya casi llegamos, linda—murmuró de repente Carter, e hizo que regresara a la realidad en la que encontraba.

Le eché una mirada rápida y le sonreí. Cuando llegamos mi abuelo, ya estaba ahí. No se veía nada mal para la edad que ya tenía y solo sonreía cuando vino a saludarnos. Su cabello aún no estaba del todo plateado, aún tenía ese tono castaño oscuro y algunas arrugas en la piel, aunque tiene un buen estado físico para su avanzada edad. Él siempre deseaba tener en secreto cada año, el número de años que tenía; no le gustaba que le recordasen que era un viejo clérigo.

—Carter, Maddy— dijo mi abuelo con una sonrisa. — Qué alegría verlos, muchachos. — comentó con una abrazo para cada uno

— ¿Estás listo? — le preguntó Carter

Luz y Oscuridad © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora