Capítulo 10

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THOMAS

Nos sentamos en la mesa, mi padre, Jade y yo; Jade estaba bastante callada, mi padre ni siquiera la había saludado y tampoco parecía tener ninguna intención de que se la presentara, así que estaba seguro de que ella se sentía bastante incómoda con la situación. Jade estaba sentada a mi lado y mi padre se encontraba frente a nosotros.

-Papá, ella es Jade, mi novia -le dije para que supiera al menos su nombre, pero mi padre ni siquiera me prestó atención, ni la saludó ni nada de nada, pasaba absolutamente de ella y eso empezaba a cabrearme.

-¿Dónde está Alba? -pregunté rompiendo el incómodo silencio que se había formado.

-Está en su cuarto, ella no comerá con nosotros, te llamé para que vinieras porque quería hablar contigo y no creo que sea lo más adecuado que una niña de seis años esté presente en una conversación entre adultos -me dijo mientras dirigía una fugaz mirada a mi novia que todavía no había articulado palabra solo se limitaba a observar la situación.

-Tampoco creo que sea lo más adecuado que acceda a comer contigo cuando ni siquiera quiero hablarte y tú ni siquiera te molestes en saludar a mi novia -le dije empezando a mosquearme.

Mi padre volvió a hacer caso omiso a mis palabras y entonces, la cocinera llegó y nos sirvió la comida. Terminamos de comer mientras ninguno de nosotros había vuelto a hablar todavía y cuando trajeron el postre, mi padre por fin habló.

-Vamos a mudarnos a Italia -dijo como si fuera lo más normal del mundo y sin dar ningún tipo de explicación más.

-¿¿Qué?? -pregunté sin poder creer lo que escuchaba. -¿Para eso me invitas a comer? ¿Para decirme que te vas a llevar a mi hermana lejos de mi? Ni hablar, no pienso permitírtelo, acepté la vida que me habías creado, renuncié a mis sueños y para colmo, la maldita carrera que tu elegiste para mi la estoy pagando con mi propio dinero porque no quiero nada que venga de ti, lo único que te he pedido es poder ver a mi hermana cuando quiera ¿y tu me dices que te la vas a llevar a Italia y la vas a separar de mi? De eso nada... -le dije gritando mientras sentía como Jade apretaba mi mano intentando tranquilizarme.

-Es mi hija y es menor de edad, así que si yo me mudo a Italia o a la otra punta del mundo, ella vendrá conmigo, no hay más que hablar. Mi negocio y que pronto será también el tuyo está yendo de maravilla y mi empresa se ha expandido por diferentes lugares del mundo, no voy a renunciar a la empresa que yo mismo he conseguido con tanto esfuerzo y tu no vas a impedir que me vaya -dijo mi padre con el semblante serio pero con la misma tranquilidad de siempre.

En ese momento escuché como mi hermana sollozaba, estaba en el marco de la puerta del salón y había escuchado toda nuestra conversación. Me levanté dejando a Jade en el salón y fulminé a mi padre con la mirada, cada día lo odiaba más; me dirigí hacia Alba y la cogí en brazos, ella se agarró a mi cuello mientras seguía sollozando y subí las escaleras con ella hacia el que había sido mi cuarto cuando vivía en esta casa para tranquilizarla.

Una vez en mi antigua habitación, senté a Alba sobre mis piernas, ella me miró con sus ojitos rojos de haber llorado mientras yo maldecía al hijo de puta de mi padre en mi interior.

-Princesa, no pasa nada, no voy a dejar que te separen de mi, siempre voy a estar contigo ¿lo sabes verdad? -le dije acariciando su pequeña mejilla que aún estaba mojada por sus lágrimas.

-Tete, si me voy con papá, ¿vendrás a verme muchas veces y me querrás igual aunque no te vea todos los días verdad? -me dijo casi en un susurro.

-Por supuesto que sí princesita, yo siempre te voy a querer, eres lo más importante de mi vida junto con Jade y si te vas te veré todas las veces que pueda -le dije sinceramente.

-Jade es muy guapa -me dijo con una sonrisita. Sonreí ante su respuesta y cuando iba a contestarle escuché a mi padre gritar, así que bajé rápidamente las escaleras. Al llegar donde Jade y él se encontraban escuché lo que mi niña estaba diciendo y juro que no pude sentirme más orgulloso de ella de lo que ya lo estaba, era simplemente perfecta.

JADE

Cuando Thomas subió las escaleras junto a su hermana, me quedé en el salón con su padre, aún no había hablado nada desde que había llegado a aquella casa pero ahora el mal nacido que Thomas tenía como padre me iba a escuchar.

-Señor -le dije ya que no me había dicho ni su nombre. -No pretendo darle lecciones de ningún tipo, pero ahora me va a escuchar -le dije seria.

-No te voy a escuchar nada niñata, no te metas en esto, tu no pintas nada aquí -me gritó su padre.

-Ya que usted no me tiene respeto a mí yo tampoco se lo voy a tener a usted, así que me va a escuchar, porque hasta que no me escuche no pienso largarme de esta casa. Me parece fatal todo lo que le hizo a su hijo, empezando por elegir su vida y acabando por separarle de su hermana. Ningún padre que quiere a su hijo le obliga a tener un futuro, los buenos padres apoyan a sus hijos en las decisiones que toman y usted no lo ha hecho, ¿alguien le dijo a usted lo que debía hacer con su futuro? No, nadie se lo dijo y ahora usted tiene un trabajo que le gusta y que le permite vivir con todos los lujos. Usted ha arruinado el futuro de su hijo, ahora no es feliz con lo que hace y para colmo decide separarle de su hermana, una niña de seis años que adora a su hermano mayor porque ni tiene madre ni padre tampoco, ya que usted se pasa el día en el trabajo y pasa olímpicamente de ella, su hermano es lo más importante que esa pequeña tiene en la vida y ahora para colmo la va a alejar de él, pero le digo una cosa, no se lo voy a permitir, conozco a una muy buena abogada y voy a conseguir que Thomas tenga derecho para poder llevarse a su hermana dos fines de semana al mes y también en vacaciones. No me interesa lo más mínimo lo que usted me vaya a decir ahora así que ahórrese sus comentarios irrespetuosos hacia mi y hágale una maleta a su hija porque la semana que viene, su hijo y yo vamos a venir a por ella para que pase unos días con nosotros antes de que se muden -le dije muy enfadada a ese tío mal educado que acababa de faltarme el respeto hace unos minutos atrás.

De repente, sentí como alguien me agarraba por la cintura, me giré y vi a Thomas mirando con desprecio a su padre, poco después se despidió de su hermana a la que todavía no había tenido oportunidad de conocer y salimos de esa casa para dirigirnos hacia la mía. En el camino del coche a casa no había hablado con Thomas, estaba segura de que seguía pensando en el echo de que iban a separarle de su hermana, pero yo no pensaba permitirlo de ninguna manera.

Cuando llegamos a casa, me fui directa a la cocina para preparar unas pizzas para ambos, la verdad es que después de la tensión que había en casa de Thomas, no habíamos comido nada. Cuando las pizzas estuvieron listas, puse la mesa y vi a Thomas acostado en el sofá boca arriba y con sus brazos tapando sus ojos, me tumbé encima de él, le quité los brazos de la cara y le miré mientras él me sonreía mirándome con ternura.

-No voy a dejar que te alejen de tu hermana y tampoco voy a permitir que no cumplas tu sueño, tu padre ha incumplido su parte del trato amor, se va a llevar a tu hermana, así que tú no tienes por qué seguir con esa carrera -le dije mientras seguía tumbada encima de él.

-No puedo dejar esa carrera, sino mi padre conseguirá cualquier cosa para que yo desaparezca de la vida de mi hermana, no te preocupes por mi mi niña, tú ya has hecho bastante con lo que le has dicho a mi padre, estoy tremendamente feliz de que estés conmigo, eres lo mejor que tengo junto con mi hermana -me dijo mientras pasaba sus brazos por alrededor de mi cintura.

-¿Has escuchado lo que le he dicho? -le pregunté sorprendida. -¿Estás molesto conmigo? -pregunté un poco nerviosa porque estuviera enfadado conmigo por hablarle así a su padre. Él solo rió y dijo:

-Te amo mi niña.

-Yo también te amo -le contesté besándole.

Atrévete a soñar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora