Capítulo 25

41 3 1
                                    

LAURA

No podía ser más feliz en este momento, iba a tener una preciosa hija con Tayler que era el hombre perfecto para mi. Los dos estábamos viviendo juntos, nos casaríamos cuando nuestra hija tuviera uno o dos años, el trabajo de mi prometido (que bien sonaba) iba viento en popa y ahora cobraba bastante más que antes y yo comenzaría en septiembre la universidad a distancia, a diferencia de Jade, yo estaba en el bachillerato de ciencias e iba a estudiar psicología infantil. Estaba realmente feliz al igual que la familia de Tayler y la mía excepto mi padre que seguía enfadado, pero estoy segura que pronto lo asimilará, solo hay que darle tiempo y cuando esté arrepentido yo no le guardaré ningún tipo de rencor.

Estábamos ya a finales de agosto y mi barriga ya se notaba bastante, a mediados de septiembre estaría de cinco meses, hoy Thomas y Tayler habían quedado para jugar a la play en nuestra casa y yo saldría con Jade a comprar cositas para mi pequeña.

Estaba metida en mis pensamientos cuando oí que el timbre de casa sonaba y vi como Tayler se levantaba a abrir la puerta. En seguida entraron la pareja de tortolitos que estábamos esperando, después de saludarnos Thomas y Tayler fueron directos al salón, cogieron un par de cervezas y se pusieron a jugar a la play tan concentrados en el juego que daba risa verlos. Jade y yo estuvimos merendando en la mesa de la cocina mientras hablábamos y cuando terminamos fuimos a despedirnos de los chicos para dirigirnos al centro comercial. Cuando salimos al salón seguían enganchados a la dichosa máquina del diablo y no nos hacían ni caso, intentamos despedirnos unas tres veces pero no obtuvimos ninguna respuesta, Jade y yo estábamos comenzando a enfadarnos y de repente Jade se acercó y apagó la televisión.

-¿¿Qué haces?? -gritaron los dos chicos a la vez con cara de pocos amigos.

-Un poquito de caso no nos vendría mal, os hemos dicho doscientas veces que nos íbamos y que volveríamos sobre la hora de cenar y ni siquiera os habéis enterado -dijo Jade enfurruñada, estaba tan graciosa con el entrecejo fruncido que todos empezamos a reírnos al verla.

-¿Qué es lo que os hace tanta gracia? -preguntó enfadada.

-Lo graciosa que estás cuando te enfurruñas -le contestó Thomas mientras se levantaba a abrazarla.

-Bueno, bueno, eeh, venga, dejar las cursilerias para otro momento que vamos a perder el autobús que nos lleva al centro si no nos vamos ya -dije mientras cogía mi bolso.

-Pasaremos a recogeros a las nueve y media y así os dejo a ti y a Tayler en casa y nosotros volvemos a la nuestra -me dijo Thomas, yo me limité a asentir y le di un corto beso en los labios a Tayler antes de salir por la puerta de casa con mi mejor amiga directas al centro comercial.

Pasamos la tarde comprando ropita y juguetes, la decoración de la habitación no la compramos porque me hacía ilusión comprarla con Tayler. Salimos de la última tienda con un montón de bolsas en la mano y a Jade le sonó el teléfono, miró la pantalla del móvil y parecía sorprendida, lo descolgó y se alejó unos metros para hablar por teléfono, cuando terminó la llamada parecía tener mala cara, pero no me contó quien era ni lo que pasaba así que no quise atosigarla. Nos dirigimos a una cafetería a tomar un café mientras esperábamos a que vinieran a recogernos para volver a casa. En cuanto nos acabamos el café los chicos ya estaban esperándonos en el coche, habían sido muy puntuales y poco después ya estaba junto a mi novio en nuestra casa dispuestos a cenar e irnos a dormir, había sido un día muy largo sobretodo para mi que ahora me canso de hacer cualquier cosa.

THOMAS

Fuimos a recoger a las chicas al centro comercial, cuando se subieron en el coche Jade me saludó con un beso corto en los labios, algo le pasaba, lo notaba nada más verla y ese beso no era normal. Cuando dejamos a nuestros dos amigos en su casa, el camino hacia nuestra casa lo hicimos en un incómodo silencio. Al llegar a casa Jade se quitó los zapatos y se sentó en el sofá, me senté a su lado y la observé, ¿no pensaba contarme lo que le pasaba?

-Jade, ¿qué ha pasado? -le dije mirándola. Ella soltó un suspiro y me miró mientras jugaba con sus dedos nerviosa.

-Cuando estábamos en el centro comercial, recibí una llamada, descolgué el teléfono y era mi padre... -dijo bajando su mirada mientras yo comenzaba a tensarme.

-¿Qué es lo que quiere ahora? -dije serio.

-Mi madre ayer apoyó mal el pie bajando por las escaleras y se cayó, tiene un pequeño esguince en el pie y me ha pedido que si podría ir esta semana a ayudarla ya que él está trabajando y no puede hacerse cargo de ella -me dijo triste.

-Supongo que le habrás dicho que no -dije empezando a ponerme de los nervios.

-Le he dicho que si, voy a sacarme un billete esta noche para mañana Thomas, es mi madre y necesita mi ayuda, además solo será esta semana y luego no volveré a saber nada de ellos, no quiero verlos pero tampoco me gusta dejarlos tirados cuando me necesitan, yo no soy como ellos.

-¿Piensas largarte? -pregunté enfadado. -Esas dos personas se han largado y te han abandonado aquí Jade, les ha dado igual separarse de su hija y dejarla que se busque la vida ¿entiendes?  ¿y ahora tú te vas una semana para ayudarles? Por dios Jade creí que eras más inteligente, prefieren su trabajo que a su hija y ahora tú les haces los favores que te piden, no puedo creerlo... -dije gritando y levantándome del sofá mientras pasaba las manos por mi pelo.

-Thomas son mis padres, las personas que me han mantenido durante toda mi vida, se perfectamente que lo que me han hecho es horrible y yo soy la primera que no quiere verlos, pero no puedo negarles mi ayuda, después de esto no quiero saber nada más de ellos -me dijo gritando.

-No vas a ir -le dije serio.

-Por supuesto que voy a hacerlo, tú no eres nadie para decirme que no vaya -me dijo gritando. En ese momento paré en seco, algo en mi corazón se había roto con sus palabras.

-Está bien, puedes hacer lo que quieras, de todas formas yo no soy nadie en tu vida... Prefiero que no me hables ahora mismo, ya hablaremos cuando vuelvas de Londres, me has hecho daño ¿sabes? y cuando vuelvas del viaje espero que pienses esto, porque no seré nadie en tu vida pero soy la persona que se preocupa por ti día tras día mientras tus padres llevan meses pasando de ti -le dije a punto de llorar.

-Thomas no quise decir eso, me he puesto nerviosa... -me dijo triste.

-Has dicho lo que pensabas, ahora corre a sacarte el billete para mañana, yo me voy a dormir, no me despiertes mañana, coge el autobús para ir al aeropuerto, yo no tengo ganas de llevarte y ya hablaremos cuando vuelvas, ahora no me siento preparado para hacerlo -le dije soltando las lágrimas que había intentado reprimir.

Después de eso subí a acostarme mientras la oía sollozar en el salón, no quería hablar con ella, no esperaba que fuera a decirme que no era nadie en su vida, yo jamás le diría eso porque ella lo es todo en la mía. Ahora solo quería descansar y prepararme para pasar una semana separado de mi novia. 

Atrévete a soñar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora