JADE
Estábamos casi a finales de Agosto, había pasado un mes desde la cena que habíamos tenido Thomas y yo con mis dos mejores amigos que se estaban convirtiendo en los suyos también, en esa cena me dieron una de las mejores noticias que podrían darme, se iban a casar, aún faltaba mucho para eso pero ya iban a empezar a planearlo todo con nuestra ayuda por supuesto y yo sería una de las damas de honor, estaba realmente feliz con esa noticia. En este mes habían pasado muchas cosas, habían ascendido a Tayler y ahora era el jefe de cocina del restaurante donde trabajaba y su sueldo era mucho mayor que el anterior; Thomas había llevado su moto al taller y ahora lucía perfecta, todavía no se había inscrito en ninguna carrera de motos pero si que salía a veces a montar y disfrutar un poco; yo había rellenado los papeles que Silvia les dio a mis amigos y ya los había entregado en la academia, así que el 4 de septiembre comenzaría nuevamente mi rehabilitación y estaba realmente nerviosa por ello, en cuanto a Laura estaba ya de cuatro meses y hoy iría al ginecólogo junto con su prometido para saber el sexo del bebé, así que habíamos quedado para cenar en su casa cuando nuestros novios terminasen de trabajar y así nos darían la noticia que estaba ansiosa por conocer.
Todo parecen ser noticias buenas en este mes, pero no es así, unos días después de que Alba se quedara con nosotros una semana, quedé con la madre de Laura, ella era como mi segunda madre y era una de las mejores abogadas de la ciudad, así que la llamé y quedé con ella en el restaurante donde trabaja mi mejor amigo para comer juntas mientras le explicaba la situación en la que Thomas se encontraba. Estuvimos muchísimo rato hablando y le detallé exactamente lo que quería conseguir con este juicio, no pretendía quitarle la custodia de Alba a su padre ni mucho menos, simplemente quería que Thomas que ya casi tenía 21 años, pudiese tener una parte de la custodia de su hermana en verano y algunos fines de semana para que pudiesen verse a menudo a pesar de vivir en diferentes países. La madre de mi mejor amiga escuchó atentamente todo lo que yo le dije pero me dijo que el juicio tardaría al menos un año en salir y durante ese tiempo el padre de Thomas podía prohibirle ver a su hermana sin ningún pudor y podría mudarse como ya tenían previsto, así que Thomas estaba algo triste con ese tema al igual que yo, pero sabía que por mucho que la echara de menos tarde o temprano conseguiría que pudiese tener una pequeña parte de su custodia.
Estaba acabando de ducharme para ir a cenar con mis amigos cuando oí a Thomas entrando en casa.
-Mi niña ya estoy en casa, ¿dónde estas? -gritó desde abajo mientras oía como se cerraba la puerta de la entrada.
-Estoy acabando de ducharme, termino en seguida y te dejo el baño libre para que te arregles tu -le grité.
Cuando acabe de ducharme, me puse mi albornoz rosa y blanco y Thomas entró al baño mirándome de arriba a abajo.
-Mi amor, deja de babear y metete a la ducha, vamos a llegar tarde -le dije riéndome. Él rió conmigo, se acercó para besarme y yo salí del baño envuelta en mi albornoz para dejar que él se arreglara.
Mientras Thomas se duchaba, me vestí con unos pantalones largos y pitillos con agujeros en las rodillas, una camisa palabra de honor llena de flores y que llegaba por encima de mi ombligo dejando ver el piercing que tenía (nunca lo había mencionado pero hace años que me lo hice con el consentimiento de mis padres por supuesto) y unas cuñas de tacón de color blanco. Dejé mi pelo suelto y lo planché para que se apreciaran las capas que tenía ya que mi pelo era bastante largo y me maquillé sencilla: línea negra en los ojos, sombra rosa palo, máscara en mis pestañas y un labial nude. Ya estaba lista y Thomas también lo estaba, yo le había elegido la ropa para que le diera tiempo a arreglarse ya que acababa de llegar de trabajar, llevaba unos pantalones vaqueros largos, unas deportivas azul marino, una camiseta de manga corta del mismo color que las zapatillas y que hacía resaltar sus músculos y una americana negra.
Subimos al coche rumbo a casa de mis amigos, íbamos en silencio así que encendí la radio del coche y comencé a cantar como si la vida me fuera en ello, Thomas intentaba mantener su vista en la carretera pero no paraba de mirarme de reojo mientras reía a carcajadas. Por fin llegamos a casa de Laura y Tayler, cuando aparcó el coche se quedó observándome unos segundos, me dió la impresión de que quería decirme algo y no me equivocaba.
-Mi niña, para mi Laura y Tayler se han convertido en mis mejores amigos, hace mucho que mis amigos dejaron de serlo, no se si lo sabes pero hace poco me enteré que están metidos en líos de drogas y yo no pienso meterme con ellos así que tus amigos han acabado convirtiéndose en los míos también; ellos han hecho muchas cosas por nosotros y yo había pensado que poco a poco podríamos pagar entre los dos un coche para ellos. Ellos tienen demasiados gastos y necesitan un coche para desplazarse, no creo que vayan a poder comprarlo así que ese podría ser nuestro regalo de boda, ¿qué te parece? -me preguntó sonriente.
-Me parece que no existe mejor novio en el mundo que tú -le dije lanzándome a sus brazos y besándole de manera dulce, transmitiéndole todo el amor que sentía por él.
Después de eso, llamamos al timbre de casa de nuestros amigos, Laura nos abrió sonriente y la cena pasó entre risas, recuerdos y mucha felicidad. Llegó la hora del postre y yo ya estaba ansiosa por conocer el sexo de mi sobrino/a.
-Bueno, desembuchar de una vez, ¿qué es? -dije impaciente. Todos rieron por mi reacción y entonces mis dos amigos se miraron sonrientes.
-Es una pequeña y sana princesita que me va a traer muchos quebraderos de cabeza cuando crezca y se eche novio -dijo Tayler haciendo que todos riéramos.
Mi reacción no pudo ser más cómica, me levanté de la mesa dando saltitos como una niña pequeña mientras chillaba, Thomas también estaba muy contento, no había más que mirarlo para saberlo. Después de mi numerito, felicitamos y abrazamos a nuestros amigos los dos algo emocionados por la situación.
-Va a ser la niña más mimada del planeta sobretodo por sus tíos adoptivos -dijo mi novio riendo y haciendo que riéramos con él.
-Me alegra que esteís tan felices, esto me demuestra que hemos tomado la decisión correcta porque mi hija no podría estar en mejores manos que las vuestras, por eso hemos decidido que vosotros vais a ser los padrinos de nuestra hija -dijo Laura emocionada mientras nos miraba sonriente.
Desde luego si esto era un sueño no quería despertar, Thomas estaba incluso más emocionado que yo y esta noche había sido de las más felices de mi vida.
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Atrévete a soñar.
RomanceJade es una chica con un sueño por cumplir (bailar), pero cree que los sueños no se pueden hacer realidad y lo deja de lado, no lo intenta por miedo a fracasar o porque simplemente cree que es imposible que pueda conseguirlo. Hasta que llega un chic...