Previamente:
Ambos se alejaron de sus amistades; se observaron mutuamente con una expresión de sorpresa, mientras un gran sonrojo se apoderaba de sus mejillas.
No dijeron nada gracias a la no tan aceptada llegada de Chole, la cual se le había abalanzado de inmediato al modelo cuando ingresó al salón de clases.
—¡AdriHoney! Muy buenos días.— saludó la rubia con abrazo incluido. El rostro del Agreste cambió de un avergonzado a uno fastidiado; era obvio que la esencia de Marinette no quería a la de coleta cerca de ella ni de su amado y ahora estaba haciendo ambas.
—Hola... Chloe...— sin ganas, respondió el de ojos verdes para después retirar delicadamente las manos de su contraria de encima suyo.
—¿Me podrías decir que estabas haciendo ayer con La Panadera que se sienta detrás tuyo?— tratando de imitar a un niño inocente, cuestionó la chica. Se sentó en la mesa del par de muchachos, justo enfrente de Adrien aprovechando que la profesora todavía no se presentaba en el lugar.
—No le digas así, Chole.— algo irritado, contestó el joven, tratando de esconder su verdadera furia.
—¿Quién te crees para llamarme así, Chloe?— se entrometió la de cabello azabache. Ésta se levantó de su asiento para bajar unos cuantos escalones y quedar a la par de su rival.
—Déjame decirte querida, que yo soy la hija del alcalde y también soy la amada de Adrien. ¿No es así?— habló la Bourgeois con tonalidades agudas, haciendo que su voz fuera menos digerible.
La de ojos cielo no permitió que el modelo hablara. El interno Adrien quería contestarle por lo menos una vez en su vida a la molesta Chloe, y ahora era un perfecto momento. Además, no seria la primera vez que las chicas discutían, ¿cierto?
—No me importa quien sea tu padre; y tú de Adrien no eres nada.— enfatizó las últimas palabras la Dupain-Cheng. —Él solamente es mío.
Acto seguido, la de coletas tomó agresivamente la parte del cuello de la playera negra que portaba el joven para atraerla hacia ella rápidamente, plantándole un beso en los labios. El lugar fue inundado por un agobiante silencio: lo único que se percibía era el sonido de la cámara celular de Alya, la cual le tomaba fotografías a la pareja.
Se mantuvieron en dicha posición unos cortos segundos. El semblante del Agreste expresaba sorpresa, pena y un gran sonrojo, mientras que la dama se mantenía neutra y con los ojos cerrados; se percataba un tono ligeramente carmesí en las mejillas de ella. La de lentes en la cabeza quedó boquiabierta ante tal acción.
Se alejaron de su unión para después observarse directamente a los ojos.
—Así que por favor, déjalo en paz.— remató la diseñadora. Ante tales palabras y acciones, la de amarillo se retiró indignada y furiosa de la mesa para sentarse en su lugar correspondiente; Sabrina trataba de calmarla un poco sin éxito.
La verdadera Marinette se encontraba en shock. Hace pocos segundos su amado le había dado un beso como si nada.
—A-acompáñame, Marinette.— con gran torpeza, indicó el joven lleno de color rojizo. Tomó la mano de su contraria para luego llevarla hacia la puerta principal y así, salir del aula.
No se alejaron mucho de la principal entrada, pero si lo suficiente para que ninguno de sus compañeros los escuchara; debido a la ventana alta en la pared, apenas se podían visualizar los jóvenes a cuestión. Ninguno de los dos mencionaba palabra alguna: el de cabellos rubios seguía con aquel tono escarlata en su rostro y la azabache mantenía una sonrisa coqueta con un ligero sonrojo.
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[ML] Atrapados en otro cuerpo.
Fanfiction•• Miraculous Ladybug •• ¿Quién iba a pensar que aquel Akuma les causaría tantos problemas a los héroes de la romántica París? Hasta que no derroten a aquella chica corrompida, ambos tendrán que vivir su día a día un poco diferente. Intercambiados. ...