[ML] Atrapados en otro cuerpo.

19. Poder mejorado

Previamente:

Esa chiquilla puede y va a hacer mucho.

***

Sin tácticas, sin planes, sin ideas, sin nada. Ambos jóvenes no sabían que hacer, cómo actuar o como enfrentarse a Melancolique Copie el día de hoy.

¿Se pusieron de acuerdo? Para nada.
¿Estuvieron coqueteando? Si, señor.

Un joven rubio esperaba fuera de la panadería de los Dupain-Cheng; su pie no dejaba de dar suaves golpes contra el concreto y su mirada era de angustia, sin mencionar su mirada fija a cierto punto.

—¿Qué haces aquí?— se escuchó una voz femenina detrás de él.

—Oh! Adrien...— no hubo mayor respuesta, ya que el Agreste vio a la madre de Marinette detrás de ella, la cual había escuchado perfectamente la manera en como se refirió él a su hija. —¡Adrien, ese es mi nombre!

Sabine solo soltó una risilla delicada, inclinó su cuerpo a modo de saludo respetuoso y se retiró. —Deberías ser más cuidadosa, My Lady.

—Lo lamento... El asunto de la niña Akumatizada me tiene con mucho pendiente.

—Ah! Pero antes los dos estaban como de: "Siento celos por Chloe", "¿Como estará mi Princesa?", "Adrien, te extraño" y no se que más cosas cursis innecesarias— se inmiscuyó el felino negro, saliendo repentinamente del bolso del joven. —Absténganse a las consecuencias, chiquillos.

—¡Plagg!— interrumpió la rojiza desde la tradicional bolsa de la azabache.

—Tiene razón, Tikki— comentó el de cabellos oro. —le dimos importancia a cosas tontas.

Aquel comentario llamó la atención del verdadero Adrien. —¿Acaso nuestra relación es una tontería?

—¿Acaso tenemos una relación como tal?— remató la esencia de Marinette.

Los cuatro individuos se callaron por completo, avanzaron sin más hacia el colegio, sin saber en qué momento la pequeña iba a atacar. Al cruzar la calle, la pareja pudo visualizar a sus amigos, Alya y Nino platicando cerca de la entrada, justo antes de subir las escaleras.

—Chicos, hola.— fue lo único que la de coletas pudo haber dicho; antes de que una gran estela verdosa inundara el ambiente; ésta tenía un olor fétido y poderoso, el cual le provocaría nauseas al hombre más varonil.

De inmediato, los jóvenes héroes sabían de quien se trataba: su enemiga actual. Debido al gran malestar, todo mundo se aguardó dentro de edificios o automóviles.

—¡Ladybug! ¡Chat Noir! ¿Donde están, tontos? ¡Es hora de que cobre mi venganza!— amenazó la de cabello morado, para después lanzar una especie de pelotas grises provenientes de su cinturón. Aquellos objetos liberaban más y más neblina verde, la cual era insoportable. Cabe mencionar que en su sombrero, en vez de los cascabeles que siempre portaba, tenía más de aquellas pelotas, solo que estas tenían impresa una mariposa morada.

De inmediato, tanto Marinette como Adrien corrieron dentro de la escuela, justo como los demás, pero en vez ocultarse, ingresaron al baño de hombres, lugar que estaba vacío y perfecto para una transformación.