[ML] Atrapados en otro cuerpo.

13. Cine amoroso

Previamente:

Los cuatro empezaron su caminata. El Akuma podía esperar un día más; mientras, se dedicarían a disfrutar el día.

Ambas chicas caminaban enfrente de los jóvenes. A pesar de que el tiempo ya había pasado, aun no sabían a la perfección con tratar al mejor amigo del otro.

«Tranquilo Adrien... Es sólo el cine. ¿Qué puede pasar?» se cuestionaba para sí mismo el real Agreste.

—Marinette.— llamó la Césaire sacando a la chica de sus pensamientos. —¿Se podría saber que hacían Adrien y tú juntos? Últimamente son inseparables.— con cierta tonalidad pícara; la de lentes golpeó ligeramente el brazo de su amiga.

—Eh?...— las mejillas de la diseñadora se encendieron ligeramente. —N-nos encontramos en la calle y decidimos hablar un momento.— excusó para después soltar una risa nerviosa y rascar su nuca con la mano derecha. Alya se le quedó observando un par de segundos con el ceño fruncido para luego soltar aire.

—Tendré que creerte.— terminó diciendo algo resignada la morena.

En pocos minutos llegaron al cine acordado por la pareja de lentes desde un principio; era un lugar concurrido pero debido a la hora, no había mucha gente cerca.

—¿Qué película quieren ver?— preguntó Nino mientras señalaba con su dedo índice la lista de películas. —La que está más cercana a empezar es Lluvia de Julio; es romántica y cómica... Por mi esta bien ver esa.

—Opino lo mismo.— comentó Alya. —¿Ustedes dos están de acuerdo?— dijo dirigiéndose a la pareja intercambiada.

Lo pensaron un poco, realmente podían elegir cualquier producción ya que ni siquiera habían planeado ir a verla. —De acuerdo.— contestaron al unísono.

—Empieza dentro de una hora, así que iré a comprar los boletos de una vez.— propuso el de playera azul para luego dirigirse a la caja correspondiente.

—Marinette.— llamó la de coletas de manera discreta y en voz baja; el joven rubio se acercó ligeramente a la dama para escucharla. —Ten, dale a Nino el dinero de dos entradas.

La de blusa floreada entregó discretamente una cartera color claro al joven aprovechando que la Césaire observaba su celular. El de mirada esmeralda asintió torpemente y se dirigió hacia el de gorra.

—Amigo.— llamó el Agreste, logrando obtener la atención del mencionado. —Aquí esta el dinero del boleto de Marinette y del mío.— dijo mientras sacaba la cantidad correcta.

—No debiste Adrien.— amigablemente respondió el chico mientras aceptaba la cantidad monetaria. —Además, los invitamos de repente.

—No te preocupes.— simplemente respondió el modelo mientas mostraba una sonrisa. Permanecieron en silencio un par de segundos, hasta que éste se rompió gracias al creador de música.

—Sabes...— hubo una pausa; el joven volteó hacia su amigo para prestarle atención. —Creo que por fin lo voy a hacer.

La interna Marinette se quedó un blanco, no sabia a qué se refería exactamente Nino. —¿Hacer qué?— decidió preguntar.

Una risa algo nerviosa salió del moreno, el Agreste estaba consiente que su contrario no lo veía directamente a los ojos, sino a alguna parte lejana o al piso.